La andropausia se refiere a una disminución de la testosterona. Se caracteriza por síntomas tanto físicos como emocionales que pueden afectar la calidad de vida. Aunque no todos los hombres lo experimentan, muchos pueden verse afectados por este fenómeno a medida que envejecen.
La andropausia, mejor conocida como la menopausia masculina es una fase por la que pasan todos los hombres. Conocerla y saber que efectos tiene en el organismo masculino te ayudará a entenderla mejor.
A partir de los 35 años, comienza una disminución lenta pero progresiva de los niveles de testosterona, el principal andrógeno masculino. Está calculado que esta hormona disminuye a razón de un 1 por ciento anual. Es frecuente que a los 55 años esta baja se note. A ese cuadro comúnmente se le llama andropausia, aunque los urólogos prefieren llamarlo síndrome de deficiencia androgénica del hombre adulto, en inglés ADAM.
El hipogonadismo de inicio tardío (HIT) o andropausia es un síndrome clínico y bioquímico asociado al avance de la edad en el hombre, caracterizado por síntomas que en general son inespecíficos y bajos niveles de testosterona plasmática. Esta condición puede deteriorar la calidad de vida y afectar negativamente el normal funcionamiento de numerosos sistemas y órganos.
la andropausia afecta a entre el 6% y el 10% de la población general masculina entre los 40 y 60 años, sufra que se eleva a entre 34% y 70% de los hombres mayores de 70 años.
La causa del hipogonadismo de inició tardío es mixta. Es decir, existe una falla primaria en la producción de testosterona a nivel testicular, pero también una falla parcial en el funcionamiento del hipotálamo e hipófisis, en el cerebro.
Los efectos de la andropausia además de estar relacionados con la sexualidad, también pueden ser extra sexuales.
En cuanto a los primeros, es frecuente la disminución de la libido, erecciones poco frecuentes o totalmente ausentes, disminución de la potencia y volumen de la eyaculación, e incluso la ausencia de orgasmo. La disminución del deseo es un proceso lento, por lo que muy a menudo se subestima y se asocia a la vejez
Pero como hemos dicho, los síntomas provocados por la reducción de la testosterona no sólo están relacionados con la esfera sexual, de hecho, afectan a todo el organismo:
• Aumento del peso corporal, con notables depósitos de grasa en las caderas, abdomen y nalgas.
• Reducción y deterioro de la masa muscular.
• Aumento del riesgo de fracturas, debido a la reducción de la densidad ósea.
• Ginecomastia, el desarrollo excesivo del pecho masculino.
• Piel más fina, y adelgazamiento del vello corporal y del cabello.
• Anemia, que provoca una disminución de la energía física.
• Trastornos del sueño, irritabilidad.
• Aumento del volumen prostático.
• Reducción del colesterol HDL y aumento del colesterol LDL, lo que se traduce en riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Reconocer los síntomas de la andropausia masculina es muy difícil, porque cada individuo reacciona de forma diferente. Sin embargo, los síntomas no son sólo los relacionados con el físico, hay otros menos evidentes pero igual de importantes, que están relacionados con la esfera psicológica:
• La pérdida de confianza en uno mismo,
• El miedo a no ser querido por los demás.
• La dificultad para relacionarse con otras personas, debido a una sensación de inadecuación.
• La depresión.
Los síntomas de la andropausia masculina deben, sin embargo, considerarse reversibles, ya que son atribuibles a una descompensación hormonal temporal.
No es correcto hacer una analogía porque son procesos distintos. La menopausia es un fenómeno bastante regular que le ocurre a todas las mujeres y marca el fin de la etapa reproductiva. La baja de la testosterona no afecta a todos los hombres, es un proceso más gradual y no se relaciona con la capacidad de procrear. De ahí que los términos de andropausia o climaterio masculino no sean correctos.
El criterio para el tratamiento hormonal debe considerar la severidad de los síntomas, los niveles de testosterona y los riesgos que éste tendría. Existen contraindicaciones, como el cáncer prostático. En general, el uso está indicado cuando la testosterona total es inferior a 300 ng/dl (10,4 nmol/lt), lo que se mide en un examen de sangre. La idea es mantener niveles entre 500 a 550 ng/dl.
El aporte de testosterona exógena beneficia algunos parámetros que mejoran la calidad de vida del paciente: tienen más ánimo, les mejora el carácter, aumenta la masa muscular y disminuye la grasa magra, por lo que su apariencia mejora. Lo más importante: mejora la libido y su función eréctil, lo que lo ayuda a fortalecer su autoestima y su actitud frente a la pareja.
La indicación depende de las circunstancias. En los casos de hipogonadismo total o severo (deficiencia del funcionamiento testicular) el reemplazo está indicado a cualquier edad. En los casos de ADAM es importante considerar el beneficio versus el riesgo del tratamiento. Cuando a un paciente se le aporta testosterona externa, se bloquea la producción propia en los testículos. Al suspender el reemplazo esta producción demora entre tres a seis meses en recuperarse, dependiendo de cuánto tiempo estuvo bloqueada. Por eso no se recomienda en hombres menores de 55 años y en casos en que la testosterona está justo en el límite entre lo normal y el mínimo aceptable.