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Se habla mucho sobre cómo tener una pérdida de peso de forma rápida, sobre qué alimentos engordan y cuáles no, pero muchas veces no sabemos qué hay de cierto y si nos ayudan a nuestra salud. Conoce algunos mitos.
Llegó el mes de septiembre y terminaron las Fiestas Patrias, hay que agregar que el verano ya está a la vuelta de la esquina. Comienza a hacer buen tiempo y el cerebro, automáticamente, empieza a pensar en el sol, las vacaciones, la playa. Quien más, quien menos ha ganado algo de peso durante los meses de invierno y muchas mujeres piensan que es hora de hacer dieta y pensar en la mejor manera de bajar de peso.
Pero, a la hora de pensar en algún truco para adelgazar, lo primero que suele venir a la cabeza suelen ser las dietas milagro que prometen perder muchos kilos en poco tiempo. El problema es que el efecto rebote de esas dietas provocan, en la mayoría de los casos, recuperar todo el peso perdido e, incluso, quedarse con algunos kilos de más.
Adelgazar es difícil hasta en las mejores circunstancias, pero puede ser aún más complicado cuando una mujer vive inmersa en un mundo donde los consejos son “haz esto” y “haz lo otro”, “no comas esto”, “evita lo otro”… Ya sea porque estés buscando en Internet o hablando con amigas, con tanta información al alcance de nuestras manos, a veces es difícil separar los hechos de la realidad, especialmente cuando hablamos de perder de peso, básicamente porque todo depende de las necesidades y objetivos de cada persona.
Tener una vida saludable es un propósito que muchas personas quieren alcanzar. Para lograrlo es importante ser constante, disciplinado, trazarse pequeños objetivos y acudir al acompañamiento de un experto que, además de establecer un plan según tu edad, estilo de vida y preexistencias, te ayude a resolver las inquietudes que surjan en el proceso, pues existe mucha información al respecto y es importante que tomes decisiones con base en datos verificados. Por eso, es importante eliminar algunos falsos mitos que nos han acompañado durante décadas y que están instalados en el imaginario colectivo.
1. Los jugos de fruta natural son más sanos. Tienen vitaminas, minerales y fibras pero no existe evidencia que se absorban mejor en un medio líquido. Lo que sí se absorbe mejor son los azúcares y la fructosa. La invitación es a consumir la fruta en su estado natural, ya que la fibra enlentece la absorción de la fructosa.
2. Comer de noche. Muchos creen que comer de noche engorda, pero se debe tener en cuenta la calidad del alimento a ingerir, cantidad y el nivel de sedentarismo asociado. Con un buen nivel de actividad física, la alimentación, aunque sea tarde, es saludable.
3. Grupos alimenticios malos. Se dice que para bajar de peso no se deben comer carbohidratos, tampoco ingerir grasas, lo que es una creencia equivocada. Lo que importa es realizar una buena elección de alimentos y preferir grasas sanas y optar por carbohidratos menos procesados.
4. Exagerar con ejercicio aeróbico. Exagerar haciendo ejercicio físico no sirve de mucho. La recomendación es combinar ejercicio aeróbico con fuerza localizado. Si hay más músculo, el metabolismo estará más acelerado.
5. El agua con limón quema grasa. Tomar en la mañana un vaso de agua con limón o vinagre de manzana ayudará a la pérdida de grasa. No hay alimento que tenga esa capacidad, lo que aporta desde el punto nutricional, es la hidratación.
