La palabra Kinkeeping es un concepto que tiene más de medio siglo y pone nombre al desempeño que requiere la familia en términos de gestión emocional y organización de eventos. Un agotador e importante trabajo silencioso para el bienestar familiar que normalmente desempeñan las mujeres.
En las familias existen diversos roles que comúnmente podemos identificar. Casi todas tenemos una “tía chistosa” o un “primo rebelde”, por ejemplo. Pero hay un rol que forma parte indispensable de la familia y pocas veces mencionamos: el kinkeeping.
Este término en inglés se utiliza para nombrar un rol que tradicionalmente recae en las mujeres. Consiste en ser el “pegamento” que mantiene a la familia unida.
Las menciones a las kinkeepers empezaron a aumentar en la literatura sociológica en los años ochenta y noventa, pero es un término que surgió en la década de los 60 y suele relacionarse principalmente con las mujeres debido a roles de género tradicionales. “Pero era habitual considerar estas actividades menos dignas de investigación empírica que otros temas con mayor impacto económico, como los efectos del empleo materno en el desarrollo infantil”, explica Laura Brown, socióloga de la Universidad de Nueva York y una de las mayores expertas mundiales en kinkeeping. Por eso apenas hay estudios longitudinales de calidad sobre el tema. Ella lleva más de una década llenando este vacío de conocimiento. En un estudio de 2010, Brown analizó los patrones de parentesco de 227 familias. El estudio confirmó que el kinkeeping era un fenómeno mayoritariamente femenino.
Este rol se refiere a las personas que se encargan de todo lo que tiene que ver con la comunicación en la familia: desde las reuniones y actividades, hasta el apoyo emocional y mantenerse en contacto, como explica el portal Stylist.
Aunque es una serie de tareas que suelen ignorarse y para las cuales no suele haber nombre, tiene una importante carga emocional y requiere tiempo y energía de quien ejecuta esas tareas (la ‘kinkeeper’). El problema no es que esas tareas sean pesadas en conjunto, sino que recaen en una sola persona y tradicionalmente es mujer.
Pensemos en un ejemplo muy claro en que se manifiesta el kinkeeping: las fiestas de fin de año. Probablemente, mientras crecías veías a tu mamá, abuelita y tías organizar todo para cena de Navidad y Año Nuevo. Desde cocinar y servir, hasta recibir a los invitados y organizar la entrega de regalos.
De acuerdo con el diario británico Metro, en 1996 se realizó por primera vez un estudio dedicado al ‘kinkeeping’ y reveló que 85% de las personas que tenían este papel eran mujeres; principalmente se trataba de mamas, tías y abuelas entre las edades de 40 y 59 años.
En resumen, el kinkeeping es el rol que implica mantener a la familia unida mediante la gestión de eventos, reuniones familiares y apoyo emocional.
La labor de ‘kinkeeping’ es invaluable y no debería perderse, pero tampoco debería ser responsabilidad de una sola persona. Si se quiere cambiar esa realidad en una familia, existen cosas que se puedes hacer, de acuerdo con Psychology Today.
1. Repartir tareas
Hay que tener la noción de que todas las personas en la familia son kinkeepers, no solamente la abuela, la mamá o la hermana mayor. Todos los miembros deben tener tareas por cumplir para mantener a la familia unida, pues es algo de lo que todos se benefician. También los niños pueden participar con actividades y responsabilidades de acuerdo a su edad.
2. Cultiven la tolerancia
No a todas las personas nos gusta hacer lo mismo. Mantener a la familia unida no siempre significa hacer fiestas o cosas formales. Puede tratarse también de una noche de videojuegos, ir al cine o un paseo. Todos deberían sentirse incluidos.
3. Acepten que es estresante
A pesar de su gran importancia y beneficios, el kinkeeping puede ser muy pesado. No debería haber vergüenza en tomarse un tiempo fuera y dejar que alguien más tome la responsabilidad.