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Una antigua hierba que, más allá de su encanto en la cocina, se erige como un fascinante aliado en la regulación hormonal femenina, destacando su relevancia en el manejo de los síntomas de la menopausia.
las hojas de Salvia officinalis han gozado desde hace miles de años de muy buena reputación en diferentes usos, como por ejemplo estimulante para mejorar los sentidos en general y la memoria en concreto, astrigente, antiséptica, antisudorífica, vulneraria y cicatrizante, digestiva e hipoglucemiante. Esta última acción se asocia con su actividad estrogénica pues es capaz de ligarse a receptores específicos de estrógenos, y es una de las virtudes de la salvia que en los últimos tiempos llama la atención.
Cada mujer puede tener una experiencia diferente en relación al calor y a la sudoración: hay mujeres que perciben un ligero acaloramiento sin más, y otras que se enrojecen, acaloran como si le abrasara al cuerpo y sudan prolíficamente. En los últimos años y en relación con el interés suscitado por conocer si efectivamente la salvia podía ayudar a las mujeres que sufren sofocos en la etapa de la menopausia, se han realizado diversos estudios de valoración.
La salvia es una hierba que pertenece a la familia de la menta (Lamiaceae), como otras hierbas comunes como el romero, el tomillo o la melisa. Hay una variedad de plantas de salvia, pero la más común es la salvia común, Salvia officinalis.
Es una fuente natural de flavonoides y compuestos polifenólicos. El ácido carnósico y rosmarínico están presentes en altas concentraciones en el extracto de salvia y son conocidos por sus fuertes propiedades antioxidantes. También es rico en aceites esenciales, con una gran variedad de sustancias químicas orgánicas conocidas como terpenoides, incluida la tuyona.
La salvia es una planta fitoestrogénica, lo que significa que tiene componentes con actividad estrogénica, lo que le permite unirse a receptores específicos de estrógenos en el organismo y equilibrar los niveles de esta hormona cuya reducción en la menopausia es la causante de la mayoría de los síntomas y molestias.
Uno de los síntomas más molestos es los sofocos, un calor súbito y repentino que puede resultar muy molesto, incluso afectar a nuestra vida si se experimentan con mucha frecuencia e intensidad. Estos sofocos también pueden notarse por la noche, lo que se conoce como sudores nocturnos, influyendo en nuestro sueño y descanso.
Además de la terapia hormonal sustitutiva, que no es aconsejable para todas las mujeres por las contraindicaciones que tiene en algunos casos, existen muchas plantas y remedios naturales que pueden ayudar a las mujeres a aliviar y reducir los sofocos, como la salvia.
Diversos estudios han demostrado que la salvia actúa sobre las terminaciones nerviosas de las glándulas sudoríparas y sobre el centro termorregulador, disminuyendo el sudor y la sensación de calor. Es decir, equilibra nuestro sistema simpático y parasimpático, ya que al parecer es otra de las posibles causas de los sofocos.
Así, puede disminuir la frecuencia diaria de los sofocos y la intensidad en un 50% de las mujeres que lo toman en tan solos 4 semanas de suplementación y llegar hasta el 64% en 8 semanas. El número medio de sofocos leves, moderados, intensos y muy graves disminuyó en un 46, 62, 79 y 100% durante 8 semanas, respectivamente. La Escala de Calificación de la Menopausia y sus subescalas somato-vegetativa, psicológica y urogenital disminuyeron significativamente en un 43, 43, 47 y 20 respectivamente. El tratamiento fue muy bien tolerado.
También mejora el sueño y disminuye el cansancio y la fatiga habituales en esta etapa.
Y se ha demostrado que potencia la memoria y ayuda al funcionamiento cognitivo, evitando otros problemas normales como los cambios de humor, los despistes, la falta de concentración, etc.
Se ha comprobado en estudios celulares que el extracto de salvia bloquea la acción de la acetilcolinesterasa (AchE), una enzima que destruye el neurotransmisor acetilcolina y, por lo tanto, reduce sus niveles. La acetilcolina es un neurotransmisor esencial, que juega un papel importante en la función cognitiva, como la memoria y el aprendizaje.
El estrés oxidativo está implicado en el proceso general de envejecimiento y daño tisular, especialmente en el cerebro. Debido a la gran cantidad de compuestos antioxidantes como el ácido rosmarínico en la salvia, se ha formulado la hipótesis de que la salvia podría ofrecer una protección a largo plazo contra el deterioro cognitivo asociado con el daño por estrés oxidativo, algo que han confirmado algunos estudios.
Por último, la salvia tiene propiedades antimicrobianas por lo que podría ser un remedio natural para ayudar con problemas de la boca y los dientes, aunque hacen falta más estudios.
Las propiedades de la salvia van más allá de los aspectos cognitivos. Investigaciones sugieren que esta hierba podría tener un impacto positivo en la regulación hormonal en mujeres, especialmente durante la menopausia. Se ha observado que la salvia actúa de manera similar a ciertas hormonas, ayudando a equilibrar los niveles y aliviando así los síntomas desagradables asociados con la transición menopáusica.
El portal menopausia.com publicó que esta hierba es utilizada para realzar el sabor de los platos, aunque va más allá de su papel en la cocina. Un estudio realizado en 1998 examinó los efectos de un preparado de extracto de salvia y alfalfa en 30 mujeres.
Los resultados revelaron que este extracto no sólo era efectivo para reducir los sofocos, sino que también mostraba una pequeña actividad antidopaminérgica central. Debido a que es rica en enzimas, vitaminas B1 y C, así como flavonoides, particularmente isoflavonas que tienen un comportamiento similar al del estrógeno.
