La chía posee una importante fuente de fibra, ácidos grasos, proteínas y minerales, facilitando el tránsito intestinal y favoreciendo la absorción del colesterol. Además, posee beneficios antiinflamatorios y controla la sensación de saciedad, generando cambios significativos en quienes la consumen.
La Salvia hispánica, o comúnmente llamada semilla de chía, cada día se posiciona como uno de los alimentos más populares en los hogares, siendo utilizada por distintas culturas como un alimento básico y de origen medicinal. Posee altas propiedades nutricionales, convirtiéndose así en un componente infaltable en una dieta equilibrada.
Fácilmente reconocible, con un tamaño diminuto y color café, esta semilla tiene múltiples beneficios que la convierten en un superalimento: posee omega 3 que refuerza el sistema inmunológico, contiene propiedades antiinflamatorias ayudando con el dolor de articulaciones, es rica en proteínas, lo que fomenta el desarrollo de mayor volumen de masa muscular , regenerando tejidos y su alto contenido en fibra ayuda a mantener una sensación de saciedad por más horas favoreciendo a controlar el sobrepeso.
Regulando ciertas funciones y procesos corporales, las semillas de chía te ayudarán a sentirte saludable por dentro y por fuera.
Debido a su gran cantidad de fibra, las semillas de chía son fundamentales para evitar el estreñimiento ya que la fibra insoluble aumenta el volumen de las heces y facilita su paso a través del intestino. Al aumentar el consumo de frutas, verduras y granos con alto contenido de fibra, el tránsito del intestino se vuelve más regular, ayudando a regular el tiempo de digestión y mejorando la salud de la microbiota intestinal. Tener una alimentación alta en fibra no solo ayuda con el tránsito lento, si no que contribuye a una mejora en la salud en general.
La chía fácilmente combina con muchos alimentos y debido a su sabor suave es muy sencillo de incluir en la alimentación: puedes tomarla en ayuno previamente remojada en agua, leche o añadirla a tu lácteo favorito, agregarla en ensaladas y también en postres. Puedes consumirla en preparaciones tanto frías y calientes, como precaución evita que la chía hierva en líquido para que no pierda sus propiedades.