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¿Quién fue Mónica Briones?: El primer caso documentado de un crimen de lesbo-odio en Chile BRAGA

¿Quién fue Mónica Briones?: El primer caso documentado de un crimen de lesbo-odio en Chile

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Emilia Aparicio
Por : Emilia Aparicio Periodista El Mostrador
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La periodista Érika Montecinos debuta con un libro sobre el caso de la artista asesinada brutalmente hace 40 años.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
En la crónica *Con mi recuerdo encendí el fuego*, la periodista Érika Montecinos expone aspectos poco conocidos de la vida de Mónica Briones, una artista lesbiana asesinada en 1984, cuyo crimen sigue impune. Montecinos, tras años de investigación, reconstruye su historia a través de entrevistas y archivos judiciales, mostrando a Briones como una figura compleja, más allá de su victimización. La obra también aborda la violencia contra las diversidades sexuales en dictadura y la persistente lucha por justicia y visibilidad en Chile.
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En la crónica Con mi recuerdo encendí el fuego, la periodista y activista lesbo-feminista, Érika Montecinos, comparte aspectos desconocidos sobre la vida de la artista Mónica Briones, asesinada a golpes en el centro de Santiago la madrugada del 9 de julio de 1984. Desde entonces, el crimen permanece impune y en su memoria cada año se conmemora en esa fecha en Chile, el Día de la Visibilidad Lésbica.

“Se trata del primer caso documentado de un crimen de lesbo odio en Chile, es decir, que a través de documentos podemos afirmar, sin ninguna duda, que el crimen contra Mónica Briones fue por motivos lesbo odiantes y eso, hasta el momento, no sé si se ha hecho tan patente en alguna otra investigación. ¿Qué otra cosa la iba a matar más que el odio a que ella fuera plena y feliz siendo quien era y de manera abierta sin ocultarlo?“, señala la autora.

“Tengo claro que en la comunidad querían saber más de ella, no solo quedarse con su final trágico y penoso, si no conocerla más, acercarnos a una vida que se percibe intensa, o sea, estamos hablando de una artista completa, en un contexto de dictadura, que representa el deseo y la convicción de ser una misma en cualquier circunstancia, de ser leal con quien una es. De rebelarse a lo que te han colgado respecto a la vergüenza de vivir una sexualidad que no es la heteronormativa”, agrega.

Montecinos, fundadora de la ex revista Rompiendo el Silencio, comenta que “lo oral es parte de la memoria de las mujeres y disidencias sexogenéricas. Si no hubiese sido por las primeras activistas que militaron y lucharon en los ochenta y noventa, no me hubiese enterado del caso de Mónica”.

La autora supo de este asesinato cuando estaba terminando su carrera universitaria y desde entonces se ha dedicado a investigarlo, desde ese momento supo que quería escribir un libro sobre este caso.

“Desde el inicio se pensó como un libro, pero luego comencé a darle prioridad al medio de comunicación que dirigía el año 2006, la ex revista de cultura lésbica Rompiendo el Silencio y a crear contenido para ella a través de reportajes; entonces, la idea de libro se fue esfumando, más que nada porque mi escritura iba por el lado de la periodista y no tenía las herramientas para darle una forma, digamos, más narrativa. Fue recién hace dos años que retomé la idea, en mi vida estaban sucediendo muchos cambios y recordé que una de mis pasiones, por llamarlo de alguna manera, era escribir y nunca le había dado forma, por eso me metí en talleres literarios, en diplomados de escritura creativa, porque tenía claro que sí haría un libro, debía conmover a través de la narración”, explica.

Montecinos accedió a los expedientes judiciales, conoció a los amigos y familia de Briones, así como las pinturas y esculturas realizadas por la artista. También recorrió los lugares que, en aquella época, Mónica frecuentaba entre la capital y la playa de Horcón, en plena dictadura militar.

El resultado de esta exhaustiva investigación periodística es una crónica conmovedora que enlaza la existencia de ambas mujeres.

A lo largo de 192 páginas, Montecinos retrata a Mónica Briones con todos sus matices, lejos de la figura de mártir.

“El caso de Mónica, si bien no se resolvió y terminó sin culpables, dejó su historia para que nunca dejemos de exigir justicia por tantas otras, además es la prueba que en dictadura también se violentó a las diversidades y esa historia ha sido invisibilizada y no está en los registros, ni siquiera en el Informe Rettig”, asegura la autora.

A través de un caso puntual, Con mi recuerdo encendí el fuego describe también a una generación que vivió su identidad a escondidas en el Santiago de las décadas del setenta y ochenta. 

“La memoria de las disidencias ha sido invisibilizada históricamente, no estamos en los registros de derechos humanos, se nos oculta cuando hay tiempos en que se relativiza todo, entonces que nosotres mismes trabajemos en visibilizar nuestra historia, lo hace doblemente meritorio”, manifiesta.

“Nuestras luchas siempre han sido dificultosas, hacemos frente a muchas cosas, entonces tener una memoria, decir, “esto partió con tal hecho…”, es significativo porque nos enraiza, nos dice que pertenecemos gracias a la valentía de otros y otras que se atrevieron en tiempos más difíciles que este, y que, siempre, siempre, podemos volver allá. Mónica es el recuerdo constante que debemos seguir exigiendo justicia para nuestros compañeros y compañeras hechos desaparecer por el odio a nuestra existencia”,

En cuanto a lo social, la periodista y escritora dice que el lesbo odio “Sigue latente en cualquier aspecto de nuestra vida”.

“Tal vez es mucho más soterrada, las lesbianas jóvenes están más relajadas y visibles, pero eso no significa que otras no estén padeciendo aún los costos de vivir en una sociedad patriarcal. Estoy hablando de compañeras que no viven en Santiago, si no en regiones, de las compañeras que viven en comunas periféricas, las que no tienen miedo a mostrar su expresión de género, las que aún son acosadas por expresar sus afectos en la vía pública, las que tienen que lidiar con familias religiosas, las que vienen de otros países y no se les reconoce. Cómo se nos invisibiliza todavía incluso dentro del mismo movimiento.  Todo eso me hace pensar que sigue ahí, más soterrado, pero presente”, concluye.

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