Los primeros meses de la Ley Karin han marcado un hito en la lucha contra el acoso y la violencia en los espacios laborales en Chile, pero el verdadero desafío será sostener este esfuerzo en el tiempo, con el apoyo de todos los actores involucrados.
A dos meses de la entrada en vigencia de la Ley Karin, diseñada para prevenir, investigar y sancionar el acoso laboral, sexual y la violencia en los lugares de trabajo, los resultados iniciales revelan cifras contundentes: se han registrado 4.820 denuncias y 1.852 atenciones psicológicas entre agosto y septiembre.
Según el Ministerio del Trabajo, el 76% de las denuncias provienen del sector privado, evidenciando un fuerte impacto en la cultura laboral tanto en el ámbito público como privado. Mientras que expertos de la U. de Chile subrayan la importancia de la sensibilización y el cambio cultural en esta cruzada.
Aunque la Ley Karin entró en vigencia hace dos meses, las cifras de denuncias correspondientes al primer mes ya son contundentes: 4.820 denuncias y 1.852 atenciones psicológicas tempranas registradas en agosto. Según datos del Ministerio del Trabajo, de las denuncias totales, 3.844 provienen del sector privado y 976 del sector público. La Ley, que busca prevenir, investigar y sancionar el acoso laboral, sexual y la violencia en los lugares de trabajo, ha mostrado un impacto significativo en su fase inicial.
La ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, destacó que la ley, enmarcada en la ratificación del Convenio 190 de la OIT, prioriza la prevención sobre la sanción: “El corazón de la Ley Karin está en generar espacios laborales saludables y respetuosos, promoviendo una cultura de bienestar basada en el respeto mutuo”. Sin embargo, la implementación efectiva de la ley no solo depende de las autoridades.
Para Carla Rojas, coordinadora de Inclusión y Género del Observatorio de Gestión de Personas de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile y docente del curso “Ley Karin y Convenio 190”, el mayor impacto de esta normativa radica en su capacidad para impulsar una transformación cultural profunda.
“La Ley Karin fomenta un cambio cultural necesario. No solo es una normativa, sino una herramienta que incentiva la participación activa de trabajadores, empresas y sindicatos en la prevención y sensibilización”, subraya Rojas, destacando que las capacitaciones periódicas son clave para este cambio.
Entre el 1 y el 31 de agosto, se recibieron 4.820 denuncias bajo el marco de la Ley Karin. De estas, 76% corresponden al sector privado, con 2.928 casos en fase de análisis jurídico y 906 en fiscalización. En el sector público, 73,4% de las denuncias están relacionadas con acoso laboral, mientras que un 77% de las denuncias totales en este sector son realizadas por mujeres, lo que refleja una tendencia que también se observa en el sector privado, donde el 68% de las denuncias provienen de trabajadoras.
Al respecto, Carla Rojas señala: “Las mujeres están mucho más expuestas a la violencia, al acoso sexual laboral y a la discriminación. Esto se debe a dos factores principales: primero, el acceso limitado de las mujeres a cargos de poder, ya que aún son pocas las que ocupan posiciones en la legislatura o en directorios. En segundo lugar, los estereotipos de género refuerzan roles que perpetúan dinámicas de poder desiguales en el entorno laboral, donde los hombres pueden sentirse con derecho a controlar o menospreciar a las mujeres”. Y añade: “Estos estereotipos contribuyen a que las mujeres sean víctimas de esta violencia, mientras los hombres asumen el rol de quienes la ejercen”.
Ante estos resultados, el subsecretario de Previsión Social, Claudio Reyes, hizo un llamado a las empresas para fortalecer los procedimientos preventivos: “Es esencial que tanto empleadores como trabajadores comprendan la importancia de la prevención. No podemos limitarnos a reaccionar ante las denuncias”. En ese mismo sentido, Carla Rojas reafirma la relevancia de los protocolos y de la educación constante dentro de las empresas, enfatizando que “no basta con tener una política escrita; se necesita sensibilización continua para educar y psicoeducar sobre los riesgos y efectos de la violencia y el acoso”.
Uno de los aspectos más destacados del balance es la labor de capacitación realizada en el primer mes. En agosto, se llevaron a cabo 102.268 actividades de asistencia técnica y difusión, abarcando a más de 98.000 entidades empleadoras. Adicionalmente, 50.700 personas han participado en actividades de formación sobre la Ley Karin, con un fuerte enfoque en la prevención.
Asimismo Rojas resalta que, más allá de las cifras, el verdadero aporte de la Ley Karin es su capacidad para generar espacios de diálogo y participación tripartita: “Es fundamental que esta ley no solo se vea como una herramienta punitiva, sino como una oportunidad para fomentar el diálogo social entre trabajadores, empleadores y sindicatos, promoviendo una cultura laboral de respeto e inclusión”.
El balance también muestra diferencias significativas en la cantidad de denuncias según la región y el sector productivo. En el sector privado, la Región Metropolitana concentra el 29% de las denuncias, seguida de Valparaíso y O’Higgins. En el sector público, la Región Metropolitana también lidera, con un 34,6% de las denuncias.
En cuanto a los sectores productivos, el comercio al por mayor y al por menor, junto con la reparación de vehículos automotores, encabezan las denuncias con un 19,6%, seguidos por servicios administrativos y enseñanza.
La implementación de la Ley Karin aún enfrenta varios desafíos. La superintendenta de Seguridad Social, Pamela Gana, subrayó la importancia de que los empleadores asuman la responsabilidad de identificar y gestionar los peligros relacionados con la violencia en el trabajo, mientras que el director del Trabajo, Pablo Zenteno, enfatizó la “responsabilidad compartida” en la correcta adopción de los protocolos.
Para Carla Rojas, el camino hacia un entorno laboral libre de acoso y violencia pasa por una educación constante y la normalización del diálogo preventivo: “Esta ley fomenta una acción preventiva sólida. No se trata solo de atender denuncias, sino de crear una cultura donde el respeto y la inclusión sean pilares fundamentales”.
En definitiva, los primeros meses de la Ley Karin han marcado un hito en la lucha contra el acoso y la violencia en los espacios laborales en Chile, pero el verdadero desafío será sostener este esfuerzo en el tiempo, con el apoyo de todos los actores involucrados.