Una puesta en escena inédita en Chile se estrenará el 2 de noviembre en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). Se trata de la obra de danza llamada ‘GEA’, una puesta en escena destinada a niños/as entre los 4 y 7 años, y sus cuidadores.
Danza, música, arte instalativo y un recorrido por el territorio y la fauna chilena es la experiencia inmersiva que ofrecerá a niños entre los 4 y 7 años, la obra GEA, del colectivo chileno Atlas. La puesta en escena, que estará en cartelera los días 2,3, 9 y 10 de noviembre, amplia la perspectiva de las artes escénicas para la primera infancia.
Al respecto, Loreto Caviedes, directora de la obra señala que: “El público se encontrará con una geografía sensorial inspirada en nuestro territorio, compuesta por danza, música en vivo, objetos y video mapping. La danza se basa en los movimientos de especies con las que compartimos nuestro entorno, como peces, anfibios, reptiles y mamíferos. La música en vivo fusionará sonidos del paisaje chileno con música electroacústica, mientras que los objetos y proyecciones estarán inspirados en la biodiversidad y la geografía de nuestro paisaje. Durante la obra, el público no solo será invitado a observar la puesta en escena, sino que también a escucharla y tocarla”
La compañía, conocida por su obra Atlas (experiencia de danza para bebés y sus cuidadoras/es), se ha especializado en obras para la niñez temprana y sus cuidadoras/es.
“GEA nace de la inquietud de seguir abordando la primera infancia, esta vez enfocándonos en el segmento de 4 a 7 años. En relación con ello, nuestra primera obra podría representar nuestro primer ambiente como especie humana, inspirado en las aguas oceánicas y amnióticas, mientras que GEA explora nuestro segundo ambiente, el terrestre”, dice la directora.
Sobre cuál ha sido el desafío de este nuevo montaje, Caviedes sostiene que el principal fue adaptar la obra a las necesidades particulares del rango etario de 4 a 7 años.
“En esta ocasión hemos tenido que ajustar las estrategias de participación, es decir, la forma en que se invita al público a ser parte de la experiencia y la narrativa que les ofrecemos; todo ello atendiendo al desarrollo y las necesidades específicas de los niños y niñas a los que la obra está dirigida. Esta vez GEA ofrece un viaje dónde invitamos al público primeramente a escuchar, luego a observar, después a tocar, y por último, a moverse por la escena si lo desean”, explica.
Según Caviedes, los beneficios de este tipo de experiencias sensoriales para los niños y niñas y sus cuidadores, son muchísimas. No solo se les ofrece un espacio donde pueden moverse libremente y explorar su motricidad, sino que también, fomenta el apego y la seguridad afectiva, cuestiones fundamentales para el desarrollo psicoemocional en la primera infancia.
La directora también señala que la obra reflexiona sobre la crisis medioambiental, tema fundamental para niños y niñas de nuestros tiempos.
“Consideramos fundamental promover discursos ecologistas que trasciendan la idea del ‘fin del mundo’ y nos conecten con un sentido de pertenencia hacia nuestro entorno, así como con empatía hacia las otras especies con las que compartimos el planeta. En este sentido, creemos que una manera de lograrlo es a través de la invitación sensible que hace GEA a reconocernos como humanos, pero también en conexión con las otras especies con las que compartimos territorio”, concluye.