Cuando surge la necesidad de un trasplante de órganos en una familia, las mujeres indias sienten una presión oculta para convertirse en donantes. Por diversas razones, las mujeres representan más de dos tercios de los donantes vivos, mientras que la mayoría de los receptores son varones.
Para Kavita (nombre ficticio), una mujer de alrededor de 40 años de Bengaluru que trabaja en una start-up, “no había otra alternativa”. Cuando su suegro necesitó un trasplante de riñón, toda su familia acudió a ella.
La mujer explica que su suegra no podía donar debido a su edad y a la diabetes, y que su marido estaba fuera en un proyecto en Alemania. Ella había dado a luz un par de años antes y, aunque todo el mundo le dijo que la decisión de donar era suya, se preguntaba cómo habría reaccionado la gente si hubiera decidido no hacerlo. “No sentí que tuviera elección”, dice.
Kishan Rastogi (nombre ficticio), paciente del hospital Apollo de Navi Mumbai, dice que “le debe la vida” a su esposa Rashmi, de 44 años.
Kishan, de aspecto frágil, lleva seis años sufriendo dolencias hepáticas, y la disposición de Rashmi a donar una parte de su hígado para su marido marcó la diferencia entre su vida y su muerte.
Rashmi y Kishan proceden de una típica familia de clase media, que se esfuerza por llegar a fin de mes a través de su almacén. Mientras la pareja esperaba fuera de la consulta del médico, Rashmi no dejaba de vigilar a su marido.
Kishan tenía una familia pequeña, con padres ancianos y ningún hermano. Aunque tenía una hermana, ella tenía su propia familia y no se le podía pedir ayuda. Los hijos de Rashmi eran aún pequeños. Según ella, esto la dejaba como la única que podía salvar a su marido.
Madres, esposas, hijas y nueras: hay un patrón. Cuando se trata de donantes de órganos en vida en India, una notable mayoría son mujeres.
Aunque no hay datos centralizados sobre donación de órganos en vida en la India, los médicos de tres hospitales distintos señalan que las mujeres superan sistemáticamente a los hombres cuando se trata de donar órganos para sus familiares varones. Esta tendencia se observa a través de los años, las ciudades y los hospitales.
Los nefrólogos del Hospital General Osmania (Hyderabad), el Hospital Manipal (Karnataka) y los Hospitales Apollo (Navi Mumbai), afirman que aproximadamente “el 70-80 % de los donantes son mujeres” y “el 70 % de los receptores son hombres”.
Una solicitud de Derecho a la Información (RTI) presentada por la escritora Shohini Chattopadhyay en 2018 sigue siendo el único dato disponible sobre donación de órganos en vida hasta la fecha. Según los datos, entre 2008 y 2017, las mujeres constituyeron el 74 % de los donantes de riñón en tres centros. Las mujeres también constituyeron el 60,5 % de los donantes para trasplantes de hígado en cinco centros entre 2009 y 2017.
Los datos de la Organización Nacional de Trasplantes de Órganos y Tejidos (NOTTO por sus siglas en inglés), por su parte, revelaron que cuatro de cada cinco donantes de órganos en India entre 1995 y 2021 fueron mujeres, y cuatro de cada cinco personas que recibieron los órganos fueron hombres.
Cuando Leela, una profesora de 35 años residente en Chennai, supo que su hijo padecía una insuficiencia renal a los nueve años de edad, su primera reacción ante la noticia fue “un sentimiento de culpa desgarrador”.
Leela recuerda haber llorado durante casi una semana, atormentada por la idea de que debería haber hecho que su hijo bebiera más agua o haberlo alimentado mejor. Creía que la única forma de enmendar la situación era darle una segunda oportunidad en la vida. Y dice que de ninguna manera habría confiado en nadie más para ello.
Leela vive en una comunidad de clase media alta de Alwarpet, en Chennai. Hoy, con 12 años, su hijo es como cualquier otro preadolescente, dice el doctor S. Srinivasan, nefrólogo con más de 20 años de experiencia, que fue su consultor desde el diagnóstico y el trasplante en 2019.
El médico señala que las madres, sobre todo las que tienen hijos pequeños, suelen creer que la afección de su hijo se debe a algo que ellas hicieron mal. Suelen pensar que deberían haber detectado antes los síntomas o haber actuado mejor. Según su experiencia, la mayoría de las madres no dudan en preguntar inmediatamente cómo pueden donar.
El sentimiento de culpa también influyó en el proceso de Vasundhara Raghavan como donante de su hijo. Recordando la infancia de su hijo adolescente, Vasundhara se lamenta de no haber pedido una segunda opinión sobre su tendencia a mojar la cama, un síntoma que podría haber indicado que su función renal necesitaba atención.
Su hijo se orinó en la cama hasta los 10 años. Cuando consultó a un médico de familia, le dijo que se resolvería solo con el tiempo. Sin embargo, más tarde se enteró de que si el problema se hubiera detectado cinco años antes, se podría haber tratado con cirugía reconstructiva, lo que podría haber evitado la necesidad de diálisis y un posible trasplante. Cuando se le pregunta, Vasundhara confirma la experiencia del Dr. Srinivasan: “Sí, las madres siempre se sienten más culpables”.
Pero su decisión de donar no fue fácil. Todo empezó en 1996, cuando su hijo, que entonces tenía 15 años y vivía en Bombay, se quejaba repetidamente de dolores de cabeza, cosa que su madre pensó que era una táctica para faltar a clase. Vasundhara no sabía que su vida iba a cambiar para siempre.
A su hijo le diagnosticaron insuficiencia renal, y Vasundhara fue autorizada a donar un riñón tras varias pruebas minuciosas. Pero el destino tenía otros planes.
Apenas dos días después de que le permitieran donar, a Vasundhara le diagnosticaron cáncer de mama.
Vasundhara recuerda que su hijo mayor había intentado convencerla de que no donara, insistiendo en que lo haría él en su lugar. Ella se negó, pues quería que al menos uno de sus hijos se centrara en completar su educación y asegurar su propio futuro. Pensó que probablemente su hijo menor se preguntaría si realmente recibiría el riñón que su madre le había prometido. Se sentía fatal por la situación, como si todo quedara colgando, en suspenso.
En 1998 donó uno de sus riñones a su hijo. Hoy, Vasundhara, de 75 años, dirige con pasión la Kidney Warriors Foundation, la primera ONG sin ánimo de lucro de la India que ayuda a familias con un miembro enfermo del riñón. Tras un trasplante exitoso, su hijo es ahora chef, científico, escritor y célebre quesero, todo gracias a su madre.
También hay una razón científica por la que las madres son más proclives a donar a sus hijos.
El profesor Darius Mirza, consultor y jefe de Trasplantes Multiorgánicos de los Hospitales Apollo de Navi Mumbai, explica que se tienen en cuenta otros factores, como el tamaño, la salud y el bienestar. Por lo general, las mujeres son más bajas y pequeñas, lo que hace que la madre tenga mejor tamaño para el niño que el padre. Sin embargo, si el niño pesa entre 25 y 30 kg, a veces la madre es demasiado menuda para ser compatible.
Las mujeres también parecen tener una apreciación diferente del valor de su cuerpo. La Dra. Manisha Sahay, jefa de Nefrología del Hospital General Osmania de Hyderabad, apunta a un factor económico: la mayoría de las mujeres no trabajan, así que se presentan a donar porque el varón suele ser el que gana dinero para la familia. La Dra. Sahay lo define como un “sentido del sacrificio” que tienen las mujeres, causado por el patriarcado.
En Pune, Shreya Pawar, de 38 años, que trabajaba en una agencia de viajes, tomó la decisión de donar un riñón para su marido de 45, a principios de 2023, porque era la “decisión correcta para su familia”.
Explica que no había alternativa. Se lo habían pedido a sus dos cuñados, pero estos se habían negado. Si ella no hubiera intervenido, nadie más habría podido mantener a su familia. Ahora, su marido se ha recuperado y ha vuelto al trabajo. Aunque Shreya tuvo que dejar su trabajo para donar y cuidar de él durante su recuperación, cree que a la larga fue una decisión beneficiosa para su familia, ya que él gana más dinero.
Según expertos, la dependencia económica es una de las principales razones por las que no vemos a muchos padres donando órganos. Para atravesar el proceso de donación, los hombres deben tomarse el tiempo para someterse a exámenes, realizar varias pruebas y disponer de tiempo para el período de recuperación, lo cual a menudo no es viable económicamente en un hogar donde el esposo es el principal sostén de la familia.
Aunque la mayoría de los donantes de hígado no sufren complicaciones graves o a largo plazo, la recuperación puede llevar tiempo.
En el caso de los trasplantes de hígado, los médicos recomiendan que el donante permanezca en el hospital al menos cuatro o cinco días. Sin embargo, la incisión tarda al menos seis y hasta ocho semanas en cicatrizar correctamente. La mayoría puede reincorporarse al trabajo a las tres o cuatro semanas de la intervención.
Esto deja pocas opciones a las mujeres de familias nucleares, en las que la mujer depende económicamente del marido. Por eso la mujer siempre se ofrece a donar, según el Dr. Vivek Kute, profesor y jefe de unidad del departamento de Nefrología y Trasplantes del Instituto de Enfermedades Renales y Centro de Investigación de Ahmedabad. En sus 15 años de observación, en la mayoría de los casos de donaciones conyugales, cuando la esposa se ofrece, depende del marido.
En Estados Unidos, donde se realiza el mayor número de trasplantes de órganos en vida, las mujeres constituyen el 62% de los donantes de riñón y el 53% de los de hígado.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), India sólo está por detrás de Estados Unidos en la realización de este tipo de trasplantes, y se perfila como centro neurálgico.
Mejorar la actual tasa de empleo de las mujeres indias, del 23,97%, sería una solución a largo plazo que repercutiría en otros factores centrados en el patriarcado, pero según los expertos la solución más práctica sería fomentar los donantes cadavéricos.
La tasa de donación de órganos en India es de 0,52 por millón de habitantes. En España, la tasa es de 34 por millón, la más alta del mundo. Esta tasa es aproximadamente 67 veces superior a la de India.
Cada 10 minutos se añade al menos una persona más a la lista de espera de personas que necesitan una donación de órganos. Ya hay más de 3 lakh (300,000) de personas en la lista de espera. Al menos 20 personas mueren cada día esperando.
Pero, ¿qué ocurre cuando es la mujer la que necesita el riñón?
Según los expertos, las familias no les dan prioridad. Del total de 36.640 pacientes que se sometieron a (cualquier) trasplante de órganos entre 1995 y 2021, 29.695 eran hombres, según datos de NOTTO.
Por tanto, si no hay donantes de órganos vivos ―o, como en el caso de la India, no hay madres, esposas o hijas que hagan el “sacrificio”―, la posibilidad de morir mientras se espera un órgano es casi inevitable.
Créditos. Reportera: Mythreyee Ramesh. Reportaje adicional: Meenakshy Sasikumar. Ilustraciones: Vibhushita Singh. Productora creativa: Anoushka Rajesh. Director creativo: Naman Shah. Cámaras: Yashpal Singh, Gautam Sharma. Editora senior: Shelly Walia
Esta historia fue publicada originalmente en The Quint (India) y es republicada dentro del programa de la Red de Periodismo Humano, apoyado por el ICFJ, International Center for Journalists.