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“Me ofrecen sexo como un favor porque tengo discapacidad” BRAGA

“Me ofrecen sexo como un favor porque tengo discapacidad”

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Holly tenía sólo 16 años cuando alguien le preguntó si podía practicar sexo porque era alguien con discapacidad.


Holly tenía sólo 16 años cuando alguien le preguntó si podía practicar sexo porque era alguien con discapacidad.

A lo largo de los años le han hecho muchas otras preguntas, como si “puede tener sexo duro” o si tiene que ser en silla de ruedas.

“La gente cree que te está haciendo un favor, casi como un sacrificio. Lo peor es que ya no me sorprende ni me ofende”.

Holly, que ahora tiene 26 años, padece dolor crónico y síndrome de hipermovilidad, y es una de las muchas mujeres con discapacidad que han alzado la voz para desafiar los estereotipos negativos y el estigma cuando se trata de citas y relaciones.

Holly Greader cree que es importante que las relaciones felices de las personas con discapacidad estén representadas.

Empezó a salir con su actual marido, James, cuando era adolescente, y lleva nueve años con él. Se casaron a principios de este año.

“A menudo, en los medios de comunicación, las personas discapacitadas tienen vidas miserables, somos sólo una triste historia”.

Añade que siempre se ha sentido apoyada por él, pero estereotipada por los demás.

“Cuando nos fuimos a vivir juntos, la gente me decía que si mi salud empeoraba me dejaría. Por ser una carga o demasiado para soportar”.

Holly y James el día de su boda

Holly se casó con James en septiembre de este año y dice que él siempre la ha apoyado con su salud

Cuenta que en la escuela se hacían suposiciones sobre ella. Incluso, algunos chicos de su clase le hacían cuestionamientos personales e intrusivos.

“Me preguntaban cosas como: ¿sólo puedes tener sexo en una silla de ruedas? ¿Se te dislocarán las articulaciones? Si quisiera tener sexo duro contigo, ¿podría hacerlo?”.

Holly afirma que la gente también le ha mandado mensajes en las redes sociales sobre sexo, una oferta por la que a menudo le hacían sentir que debía ser “afortunada”.

A Holly le gustaría ver una mejor representación positiva en los medios de comunicación, y afirma que el personaje de Isaac Goodwin en el programa Sex Education ha sido el único buen ejemplo que ha visto recientemente.

Fotografía de una mujer sentada en un salón. Está sentada en un sillón de mimbre y lleva un top rosa con margaritas y fresas. Lleva un collar con un colgante rosa. Lleva el pelo castaño oscuro suelto, enmarcándole la cara. Mira ligeramente fuera de cámara.

Nicola dice: “Vemos el mundo de otra manera, nos adaptamos”.

Nicola Thomas, de 38 años y natural de Caerphilly, es invidente.

Nos cuenta: “Una de las preguntas más habituales es: ¿cómo practicas el sexo? Te deja sin aliento una pregunta tan invasiva y personal”.

Nicola padece una enfermedad autoinmune, neuromielitis óptica , y perdió la vista en un ojo hace 15 años y en el otro hace cinco.

“Mucha gente ve barreras en la ceguera y yo soy de las que las derriban”.

Entre las aficiones de Nicola están la vela, el paddleboard y viajar; su próximo viaje será a Hong Kong.

Un hombre y una mujer se besan en una calle de Asia oriental. Ambos llevan bastones porque tienen problemas de visión. El hombre lleva vaqueros azules y una camisa rosa salmón, la mujer lleva un top negro y una falda de lunares blancos y negros.

A Nicola y a su novio Paul les encanta viajar juntos por el mundo.

Nicola tenía novio cuando perdió la vista, pero la relación terminó.

“Me trataban como una carga, la gente le decía: ‘no podrás cuidar de ella’. Pero yo no necesitaba un cuidador”.

Ahora mantiene una relación con un chico que también tiene discapacidad visual.

“Aunque los dos somos ciegos, nos movemos por la ciudad o salimos solos. Nada nos frena”.

Nicola asegura que se siente estereotipada cuando la gente muestra interés por ella.

“La gente me manda mensajes en las redes sociales pidiéndome citas, su atención cambia o actúa de forma diferente cuando les digo que soy ciega”.

“Te tratan como si te estuvieran haciendo un favor. Te desanima al instante”.

Nicola añade: “La sociedad nos encasilla. Quiero acabar con ese estereotipo, tengo una vida plena y feliz”.

Una mujer en silla de ruedas sonríe a la cámara. Lleva un top negro con una falda negra y roja de pata de gallo. Detrás de ella hay unas escaleras con las barandillas pintadas de naranja.

“Cuando eres una persona con discapacidad conoces bien la pobreza, pero es algo más que un valor monetario, no tener una relación sana es pobreza”.

Kat Watkins afirma que las personas con discapacidad tienen derecho a explorar su identidad sexual y entablar relaciones como cualquier otra persona.

Es la responsable de proyectos de acceso a la política de Disability Wales.

“¿Por qué el sexo y las relaciones son un tabú para las personas con discapacidad? Somos más que poder comer y tener un techo”.

“Vivir tu vida y disfrutar de ti mismo es parte de la vida, y no se destaca lo suficiente para las personas con discapacidad”.

Kat aseguró que oír ejemplos de cómo la gente manda mensajes a las mujeres con discapacidad estaba “tristemente normalizado”.

Explicó que los juguetes sexuales adaptables y las ayudas suelen dar confianza a la gente. A ella le gustaría verlos en más sitios y puntos de venta de sexo convencionales.

“Tienes que sentirte cómoda contigo misma y entender tu cuerpo para poder explicar a los demás cómo funciona. El amor propio también es muy importante”.

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