Teatro Sur estrena “Pecado Nefando”, que aborda las luchas de los activismos homosexuales masculinos en los noventa, las contradicciones de las violencias en el proceso de liberación del nuevo milenio y la consolidación del modelo neoliberal, cerrando la trilogía “Memorias Invertidas”.
El 2 de julio de 1999, hace 25 años fue promulgada la ley 19.617 que sacó la palabra sodomía en el Código Civil chileno. Su derogación fue un avance importantísimo, ya que antes la práctica sodomítica -o coito entre hombres- se tipificaba como una falta punible. De esta manera, la ley dejaba en el pasado prácticas arcaicas donde se encarcelaba a un ser humano solo por ser homosexual.
La eliminación de la sodomía de la legislación chilena marcó un antes y un después para la defensa de los derechos de las personas LGBTIQ+, para el trabajador escénico, Ernesto Orellana recordar y revisitar esos hitos es importante, es por eso, que ha llevado al teatro las memorias políticas de la disidencia sexual en Chile en la trilogía “Memorias Invertidas: luchas y utopías de la disidencia sexual”.
Primero fue Yeguas Sueltas, obra inspirada en la primera protesta homosexual registrada en Chile en 1973; le siguió Edmundo, situada en los 40 años de la muerte del primer paciente diagnosticado con VIH/Sida en Chile, en 1984. Ahora, la compañía Teatro Sur continúa ahondando en las memorias políticas de la disidencia sexual en Chile con Pecado Nefando, que sella este proceso artístico, reflexivo y crítico.
“La trilogía surge por la necesidad de revisitar las memorias perdidas inconclusas, dispersas de las diversidades y disidencias sexuales en un contexto de disputas de memoria, de fragilidades en nuestros recuerdos y un peligroso escenario que es profundamente negacionista, sobre todo con aquellas memorias que vienen a poner sobre el escenario en la vida pública cuestiones que dicen relación con violencia, represión, criminalización, tortura con asesinato con leyes que han históricamente sistemáticamente reprimidos a ciertas comunidades que no responden a los mandatos del régimen político heterosexual de las normatividades que impone el patriarcado”, explica el dramaturgo a El Mostrador.
Pecado Nefando, puesta en escena dirigida y escrita por Ernesto Orellana, se estrena el jueves 28 de noviembre en el teatro principal del Centro Cultural Matucana 100. La obra aborda críticamente las causas y acciones que ejerció el activismo homosexual en la década de los ‘90 para lograr la despenalización de la sodomía en Chile en 1999, así como la lucha de las diversidades sexuales para ser parte de los Derechos Humanos; todo esto ad portas del inicio del nuevo milenio, en el contexto de la consagración del modelo neoliberal en el país.
La puesta en escena produce un archivo cultural teatral de memoria política homosexual, y cierra una trilogía que propone una genealogía sobre las memorias y trayectos de las disidencias sexuales en el país. El dramaturgo explica que en la obra se aborda “la construcción del sujeto homosexual en el marco de la disputa por los derechos humanos durante la década de los 90 inspirándose en las acciones, causas y consecuencias del histórico Movimiento de Liberación Homosexual”.
El movimiento “surgió en los 90 ya en pos de la despenalización de la sodomía porque el artículo 365 ya del Código Civil de 1875 criminalizada las relaciones sodomitas consentidas en mayores de edad, ser homosexual y tener sexo homosexual siendo mayor de edad de forma consentida era un crimen“.
Además, Orellana menciona que una de las motivaciones para hacer la obra es su papel no solo como trabajador de las artes escénicas sino que también como activista.
“Con el cambio de siglo y la profundización del modelo neoliberal principalmente en Chile y en otros contextos la despolitización de la potencia subversiva del homosexualidad se va poco a poco con el pasar de los años desvaneciendo”, manifiesta.
En ese sentido, el dramaturgo dice que está “tratando de hablar de lo que a mí me pasa como sujeto homosexual masculino y preguntándome por esas memorias, no me quiero apropiar de los relatos de otras identidades. Creo que hay personas que están haciendo ese teatro y en este caso yo estoy haciendo el teatro que me corresponde éticamente a mí en este contexto determinado, donde además percibo en las nuevas generaciones una falta de reconocimiento de memoria profunda por los trayectos del movimiento homosexual y también percibo una despolitización también de la potencia subversiva del deseo homosexual”.
El título, Pecado Nefando, evoca lo abominable, lo abyecto, lo innombrable; categorización cultural propuesta por la teología para señalar a la homosexualidad mediante el acto de la sodomía, previo al nacimiento de la modernidad. En la obra, este concepto funciona como un impulso queer para resignificar las contradicciones y violencias que sostuvieron la criminalización de las disidencias sexuales a lo largo de la historia.
De esta manera, Pecado Nefando continúa con el sello de Teatro Sur, problematizando y visibilizando las realidades de las disidencias sexuales del ayer y del presente, y preguntándose por los movimientos sociales que siguen marcando las luchas de las identidades homosexuales en la actualidad.
“El teatro es mi lugar de expresión y mi trinchera de creatividad”, dice Orellana. También, defiende que en el teatro confluyen varios aspectos que tienen que ver con la historicidad de la construcción de la homosexualidad en Chile.
“El teatro es un arte que reúne, que propone y que produce a través de los cuerpos y de los dispositivos estéticos, sonoros, visuales y audiovisuales, pero es protagonizado principalmente por actores y actrices. Yo trabajo algo, que a mí me gusta llamar teatro sexo disidente porque las pregunta, por quién hace lo que hacen en el escenario o cómo se representa lo que se hace en el escenario es profundamente importante”, expresa el docente.
En la trilogía, Orella trabaja con elencos que vienen de la disidencia sexual, “son actores y actrices que encarnan en la vida cotidiana disidencia sexual, son cuerpos”.
Además, recalca que un aspecto relevante es que “no representan el ideal hegemónico que la diversidad sexual impone, es decir, no son cuerpos cis, no son cuerpos masculinos hegemónicos, son cuerpos que representan marginalidad, representan un deseo que no responde al mandato supremacista de la masculinidad, mucho menos responde al mandato supremacista de la heteronormalidad pero tampoco representa en el mandato supremacista de la homo normatividad, es decir, este sujeto gay mainstream, musculoso de gimnasio que le importa más el oblicuo que la lucha política de su compañero que acaban de matar”.
“El teatro me permite hacer visibles ciertos cuerpos que ha sido excluidos históricamente de los relatos artísticos, no tan solo en el teatro, sino que en las disciplinas artísticas en general”, concluye.
Coordenadas
Pecado Nefando se estrena este jueves 28 de noviembre en el Teatro Principal de M100 (Matucana 100, Santiago) y tendrá funciones de jueves a sábado a las 20:00 hrs. y los domingos, hasta el 15 de diciembre, a las 19:00 horas.