La obsesión por mantener una apariencia juvenil y el rechazo a los signos naturales del paso del tiempo son manifestaciones claras de la midorexia. Un fenómeno que afecta a muchas mujeres, sobre todo ante la presión social de mantenerse vigente según la apariencia y no solo las capacidades.
Vivimos en un mundo en que se considera la juventud como sinónimo directo de éxito y belleza. El miedo a envejecer se manifiesta en comportamientos que transcienden la simple vanidad. Este fenómeno, conocido como midorexia, ha dejado de ser una inquietud personal para convertirse en una problemática social creciente.
Pero, ¿qué es la midorexia? La midorexia es un trastorno psicológico que se caracteriza por el miedo irracional al envejecimiento. Se presentan conductas y pensamientos encaminados a siempre mantenerse jóvenes y atractivos, generando así un conflicto con edad real.
La película The Substance fue una de las más comentadas del año pasado, obteniendo varias nominaciones en la industria cinematográfica. Incluso, obtuvo una nominación a los premios Oscar en la categoría “Best Picture”. Este filme ha logrado posicionar bajo el foco el tema de la midorexia y la obsesión social con la juventud, retratando en un extremo ficticio, pero inquietantemente realista, lo que sería el pánico a envejecer.
La trama gira en torno a una actriz despedida al cumplir sus 50 años, quien recurre a un suero experimental para recuperar su “mejor versión”. Lo que logra, sin embargo, es una apariencia monstruosa que la hace irreconocible, evidenciando el costo emocional y físico de perseguir estándares imposibles.
Según datos de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica (SCCP), en Chile se realizan aproximadamente 15.000 cirugías estéticas al año, lo que representa un crecimiento del 30% desde el 2022. Este aumento refleja la presión por cumplir con estándares de belleza inalcanzables, lo que lleva a muchas personas a recurrir a intervenciones quirúrgicas y tratamientos no invasivos en busca de una imagen más juvenil. Incluso, son las misma jóvenes las que recurren a estos tratamientos aunque no los necesiten.
Este temor al envejecimiento, reflejado en el relato de The Substance, no es solo una ficción cinematográfica, sino un reflejo de una problemática real que afecta a muchas personas y que, en la actualidad va en aumento. La obsesión por mantener una apariencia juvenil y el rechazo a los signos naturales del paso del tiempo son manifestaciones claras de la midorexia.
Katherine Barría, dermatóloga estética y directora médica de la Clínica Dermatológica KB, describe la midorexia como, “un fenómeno asociado al rechazo de envejecer, que se manifiesta como una fobia marcada por el temor y ansiedad, sin considerar soluciones realistas o saludables para afrontar el proceso de envejecimiento”. Además, enfatiza que, desde una perspectiva médica, se trataría
Sin embargo, no todos los pacientes que enfrentan este temor buscan un enfoque equilibrado o natural para abordar su apariencia. Al respecto, la dermatóloga explica “este tipo de pacientes rara vez acude a mi consulta, ya que mi enfoque está orientado a obtener resultados naturales y preservar la esencia personal. Sin embargo, suelen buscar profesionales que ofrezcan cambios más drásticos, incluso si eso implica sacrificar la naturalidad o transformarse en alguien irreconocible”.
La midorexia afecta tanto a hombres como a mujeres, y es un reflejo de cómo la presión social por cumplir estándares inalcanzables puede desencadenar cambios de estilo de vida drásticos, inversiones excesivas en tratamientos estéticos o incluso crisis emocionales. Sobre esto, Barría agrega que esto no es un fenómeno nuevo, pero ” las redes sociales han contribuido significativamente a su masificación al difundir imágenes de ‘antes y después’ reforzando estándares de belleza poco realistas. Además, el uso constante de pantallas ha llevado a algunas personas a obsesionarse con supuestos defectos que perciben en su apariencia, basándose en imágenes que, en muchos casos, no son una representación fiel ni objetiva de la realidad”.
La dermatóloga, quien es reconocida por su enfoque integral en dermatología estética, subraya la importancia de educar a los pacientes sobre el envejecimiento saludable. “Es absolutamente válido querer verse bien a cualquier edad; forma parte de la autoestima y del autocuidado. Sin embargo, la idea no es detener el paso del tiempo o retroceder décadas, sino sentirse cómodo con la imagen que se proyecta en el espejo, respetando la esencia de cada persona”, agrega.
Asimismo, la doctora comparte recomendaciones prácticas para prevenir el envejecimiento prematuro sin recurrir a procedimientos invasivos. “La clave está en una buena fotoprotección, una alimentación balanceada, evitar el consumo de tabaco, dormir adecuadamente y mantener una rutina de cuidado de la piel adaptada a la edad y al tipo de piel. Además, asesorarse con un dermatólogo especialista es fundamental, ya que cada persona tiene necesidades únicas. La lucha contra la midorexia no se trata únicamente de combatir una obsesión por la juventud, sino de construir una cultura que celebre todas las etapas de la vida con dignidad, naturalidad y confianza”, finaliza.