
Una vida sexual activa es una forma natural y placentera de aliviar el estrés
El 60% de las personas experimentan disfunciones sexuales debido al estrés. La ansiedad y la tensión pueden interferir con la respuesta física del cuerpo, dificultando la excitación y causando sequedad vaginal. Una vida sexual activa puede liberar hasta cinco hormonas para y mejorar tu bienestar.
En la rapidez de la vida moderna, el estrés y la ansiedad se han convertido en compañeros cotidianos que afectan no solo la salud mental, sino también la vida íntima. Diversos estudios señalan que una actividad sexual regular actúa como un remedio natural al liberar “hormonas de la felicidad” que incluyen endorfinas, oxitocina, serotonina y dopamina.
El estrés crónico eleva los niveles de cortisol, una hormona que puede reducir la producción de estrógenos y testosterona, afectando el deseo sexual. Investigaciones recientes destacan que, al reducir los niveles del cortisol –la hormona del estrés– el sexo puede contrarrestar los síntomas de ansiedad y mejorar el estado de ánimo.
Este efecto protector se ha evidenciado en estudios publicados en el Journal of Sexual Medicine y en la revista Psychosomatic Medicine, donde se resalta cómo incluso gestos afectivos como besos y abrazos generan beneficios significativos en la salud emocional.
Eduardo Tamayo, experto en sexología clínica en Met Medical Center, recomienda que integrar el sexo como una herramienta para reducir el estrés. Algunos otros consejos incluyen mantener una comunicación abierta con tu pareja, crear un ambiente relajado y libre de distracciones, y explorar nuevas formas de conexión íntima.
“Practicar sexo de manera regular, sin presiones, y enfocarse en el placer mutuo puede ser clave para disminuir tensiones y mejorar tu bienestar emocional”, recomienda para vivir una vida sexual plena y saludable.
Efectos del estrés en la sexualidad
El impacto del estrés en la sexualidad se manifiesta en diversas disfunciones: desde la insuficiencia eréctil y la sequedad vaginal hasta la eyaculación precoz, condiciones que afectan tanto a hombres como a mujeres. La ansiedad y la tensión pueden interferir con la respuesta física del cuerpo, dificultando la excitación.
La tensión muscular provocada por el estrés puede aumentar la sensibilidad al dolor, causando molestias o incluso dispareunia (dolor durante el sexo). El estrés puede también hacer que la mente esté demasiado ocupada con preocupaciones, dificultando la concentración en el placer y el clímax, demás de afectar la intimidad y la comunicación cuando se está en pareja
Expertos en salud y bienestar aseguran que integrar hábitos que fomenten la actividad sexual puede ser tan crucial como una alimentación equilibrada o la práctica regular de ejercicio. Estudios revelan que, incluso en adultos mayores, la vida íntima está asociada a una mayor calidad de vida y autoestima, posicionándose como un componente esencial para el equilibrio físico y mental.
El sexo ayuda a reducir los niveles de cortisol, lo que contribuye a una sensación de calma y actúa como un relajante natural, liberando tensión muscular y promoviendo un mejor descanso, lo que a su vez ayuda a controlar el estrés.
Además, tener una vida sexual satisfactoria puede mejorar la confianza en uno mismo y la percepción del bienestar general. Y en las relaciones de pareja, la intimidad sexual fortalece la conexión emocional, lo que puede dar una mayor sensación de seguridad y bienestar, reduciendo el estrés.