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Redes sociales y salud mental: la adicción silenciosa que afecta especialmente a mujeres y jóvenes BRAGA www.freepik.es

Redes sociales y salud mental: la adicción silenciosa que afecta especialmente a mujeres y jóvenes

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El uso excesivo de redes sociales impacta la salud mental, especialmente en mujeres y jóvenes. Likes, notificaciones y comparaciones constantes activan la dopamina y generan ansiedad, dependencia y malestar emocional.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
El uso excesivo de redes sociales, como TikTok o Instagram, puede afectar la salud mental al estimular constantemente la dopamina, un neurotransmisor asociado al placer. Esto genera una búsqueda constante de validación a través de likes y comentarios, especialmente en mujeres y jóvenes. La psicóloga Nadia Ramos advierte que esta sobreexposición puede provocar ansiedad, estrés y alteraciones del sueño. Regular su uso, seleccionar contenidos positivos y fomentar conexiones reales son claves para una relación más saludable con lo digital.
Desarrollado por El Mostrador

Las redes sociales han transformado radicalmente nuestra forma de comunicarnos, especialmente entre las generaciones más jóvenes y las mujeres. En muchos casos, los “likes” y las notificaciones se han convertido en sinónimo de validación personal y felicidad.

Sin embargo, esa búsqueda de aprobación instantánea muchas veces genera frustración, ansiedad e incluso adicción. Plataformas como TikTok o Instagram no solo marcan tendencias, sino que también sacuden la salud mental de sus usuarios al promover dinámicas de recompensa que no siempre son saludables.

¿Qué es la dopamina y cómo actúa en las redes sociales?

Producto de las notificaciones, likes, algoritmos y un alto volumen de contenido en Internet, los niveles de dopamina en las personas se disparan, provocando una sensación instantánea de placer, lo que puede presentar un riesgo a la salud mental, indicó la psicóloga Nadia Ramos Alvarado, directora del Centro de Psicología Aplicada de la Universidad de Talca.

La dopamina es un neurotransmisor del sistema nervioso central que regula la motivación y el deseo, “que cuando realizamos conductas que generan sensación de bienestar, la secreción de dopamina aumenta, por lo que volveremos a repetir esa conducta que ha resultado placentera y agradable” señala la especialista.

Aunque es posible aumentar los niveles de dopamina de forma natural mediante ejercicio, meditación o escuchando música que nos gusta, “hoy en día las redes sociales se han convertido en una fuente de dopamina inmediata, ya que se pude activar al anticipar o experimentar eventos de recompensa, como los likes o con los comentarios positivos en una publicación”, aclaró la especialista.

El problema radica, según la académica de la UTalca, en que si no hay recompensa y, por ende, una liberación de dopamina por quien consume contenido en redes sociales, se termina generando una sensación de malestar y “la persona se mantendrá conectada esperando la posibilidad de que eso pueda cambiar”.

Es decir, Basta un “me gusta” o un comentario positivo para desencadenar esta sensación de recompensa. El problema aparece cuando no hay respuesta a ese contenido: el cerebro no recibe la dosis esperada de dopamina, generando malestar y una necesidad compulsiva de seguir conectado.

Redes sociales, un factor de riesgo para la salud mental

A fines de 2024, la consultora MIND presentó un estudio donde se estableció que el 77,4% de la población chilena utiliza redes sociales activamente con un promedio de 3 horas y 22 minutos al día, ubicándose en los primeros lugares de consumo a nivel latinoamericano.

Esta cantidad de horas en que los chilenos permanecen conectados, tiene un fuerte impacto en la salud mental. Así lo detalló la académica, Nadia Ramos Alvarado, quien indicó que “diversos estudios muestran que, en el caso de los adolescentes, que las utilizan durante 3 o más horas al día, presentan mayores conductas agresivas, ruptura de reglas y problemas de atención”.

En ese sentido, la especialista explicó que también existen “otros estudios en población adulta donde se muestra que, a mayor uso de redes sociales, mayor presencia de síntomas de ansiedad, depresión, estrés, trastornos del sueño e irritabilidad”.

El factor común en usuarios adultos y adolescentes, es que las redes sociales pueden generar un “gran malestar producto del tipo de contenido publicado, que muestra estilos de vida y estatus alejados del propio y la presencia de cyberbulling y fakes news que pueden ser difíciles de detectar”, explicó la psicóloga.

¿Cómo regular el uso de redes sociales?

La especialista de la Universidad de Talca propone tres acciones concretas para mejorar nuestra relación con las redes:

Establecer un tiempo límite diario de uso, y respetarlo rigurosamente.

Seleccionar conscientemente el contenido que consumimos y dejar de seguir cuentas que generen malestar.

Tomar pausas digitales cuando el uso excesivo nos genera ansiedad, y enfocarnos en actividades reales y satisfactorias.

Internet, teléfonos inteligentes y los diferentes ecosistemas digitales, se han instalado tan profundamente en nuestras vidas, a tal punto que muchos sienten, para bien o para mal, que es casi imposible vivir sin ellas.

Sin embargo, para la académica y psicóloga de la Universidad de Talca, Nadia Ramos Alvarado, es importante regular el consumo de estas plataformas y, para eso, existen al menos tres acciones en las que podemos mejorar nuestra relación y, de esta forma, mantener nuestros niveles de dopamina controlados.

En primer lugar, se debe limitar el tiempo que estamos conectados a las redes sociales, lo que implica definir un tiempo específico para conectarse. “Hay que ser riguroso y no traspasar el límite establecido para no estar pendiente todo el tiempo de ellas”, indicó.

En segundo lugar, es importante seleccionar de manera selectiva las conexiones que se establecen en las redes sociales. Si seguimos cuentas que nos generan malestar, lo recomendable es no hacerlo. Acá “la recomendación es tomarnos un tiempo para analizar lo que estamos viendo y cómo nos hace sentir, para discriminar que contenidos me interesan y me entregan bienestar”, aclaró la profesora utalina.

Por último, “si estás muy pendiente de las redes sociales y te sientes ansioso, angustiado o inseguro después de usarlas porque sientes que te estás perdiendo algo, considera tomar un descanso y enfócate en hacer conexiones reales o en realizar actividades que te hagan sentir bien”, finalizó.

El uso de redes sociales no es en sí negativo, pero su consumo excesivo y sin filtros puede afectar seriamente nuestra salud mental. En un mundo cada vez más hiperconectado, aprender a regular nuestro tiempo y contenido digital es clave para proteger nuestro bienestar emocional. Recordemos que los “likes” no definen nuestro valor y que el equilibrio digital es una forma de autocuidado.

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