BRAGA
Ante los próximos aumentos de temperatura, es necesario comenzar a cuidarse aún más de la exposición a los rayos UV. Nuestra piel es la primera barrera del cuerpo con el mundo exterior y está propensa a diversas amenazas, entre ellas, el irreparable daño provocado por el sol.
En Chile han aumentado cerca de un 40% las muertes por cáncer de piel, alcanzando el récord más alto en 21 años, con más de 500 fallecidos por año. Una exposición al sol por tiempo prolongado puede provocar graves problemas a la piel, ante esto es importante conocer los riesgos asociados a la radiación solar, como también promover el uso de los protectores solares.
Entre los daños a corto plazo asociados a la exposición se encuentran quemaduras ocasionadas por el sol, alergias y manchas que, con un debido tratamiento dermatológico, pueden desaparecer.
Con las quemaduras, la piel vive un proceso inflamatorio: los vasos sanguíneos se dilatan, provocando que la piel se enrojezca. También se vuelven “permeables”, lo que puede causar que el fluido se filtre en esta, ocasionando hinchazón y ampollas. Los mediadores inflamatorios sensibilizan las fibras nerviosas, lo que vuelve la piel muy delicada, provocando dolor. Las quemaduras de sol se clasifican como quemaduras de primer grado y la principal causa son los rayos UVB.
Las personas que se exponen a más luz solar muestran signos de envejecimiento prematuro en su piel, por lo que es importante que al momento de elegir un protector solar, este sea un producto de amplio espectro y tenga filtros para ambas radiaciones: UVA y UVB.
Existen productos faciales y corporales, la diferencia de estos no está en el grado protector, si no en la sensación que deja el protector en la piel. Esta elección es muy personal y se diferencian en ciertos componentes que contienen ambos formatos, aunque poseen similares filtros ultravioleta.
Existe un tiempo determinado de 30 minutos desde que se aplica hasta que comienza a hacer efecto el protector solar. Si tenemos un bloqueador que indica SPF +50, su uso se recomienda cada tres horas y, en el caso de inmersión en agua hay que reaplicarlo media hora después.
La forma más simple de cerciorarse de que el producto comprado es de calidad, es adquirirlos preferentemente en farmacias o comercio establecido, verificando que tengan Registro Sanitario en el Instituto de Salud Pública (ISP). La recomendación es siempre usar protector solar, durante invierno y verano para prevenir el cáncer de piel y lo más importante de todo, acudir anualmente a chequeos con dermatólogos si notas manchas o lunares nuevos en la piel.
