La ansiedad y el estrés son las principales razones por las que el cortisol aumenta en nuestro cuerpo. Existen ciertos riesgos para la salud que implica tener niveles elevados de esta hormona. A continuación, recomendaciones para reducirla con hábitos saludables y de manera natural.
El cortisol es una hormona esteroidea producida por las glándulas suprarrenales, que es liberada en situaciones de estrés o peligro. Aunque con mala fama, cumple diversas funciones imprescindibles en el organismo, incluyendo la regulación de la presión arterial, el metabolismo de la glucosa y la respuesta fisiológica ante el estrés. Si bien el cortisol es esencial como respuesta al estrés, en niveles elevados prolongados puede afectar negativamente tu salud.
Cuando nos estresamos, esta glándula pituitaria situada en el cerebro, envía una señal a las glándulas suprarrenales para que liberen cortisol al torrente sanguíneo.
Su rol es fundamental en nuestro cuerpo para enfrentar el día a día y aumenta frente a estímulos de la vida cotidiana. Durante la noche los niveles de esta hormona van disminuyendo, ya que en ese momento nuestra células y funciones en general pasan por un período de reparación al dormir. Es por esto, que el cortisol sigue un ritmo de 24 horas que se incrementa durante el día para estar alerta frente a posibles amenazas y se reduce por las noches.
Uno de los principales efectos del cortisol es el aumentar la glucosa en sangre, para así proporcionar al cuerpo rápidamente la energía que necesita para poder hacer frente a la situación de peligro o estrés.
Si los niveles de cortisol se mantienen altos de forma constante por el estrés crónico, puede afectar negativamente la salud. Un exceso de esta hormona puede debilitar la respuesta del sistema inmunológico, haciendo que el cuerpo sea más susceptible a enfermedades e infecciones, ya que el sistema inmune no opera de manera eficiente en esta situación de alerta constante.
Además, puede verse reflejado en la piel presentando brotes de acné o rojeces por sensibilidad, con el paso del tiempo estos procesos inflamatorios fomentan el envejecimiento prematuro de la piel, rompiendo procesos naturales que rompen el colágeno y la elastina, fundamentales para que la piel se vea joven.
Los niveles de cortisol pueden medirse en sangre, saliva y orina. Apesar de esto, existen algunas señales que nos pueden indicar que están altos:
Existen diversas estrategias para reducir los niveles de cortisol y estrés en nuestro cuerpo que se pueden aplicar en la vida diaria. Algunas recomendaciones pueden incluir: practicar técnicas de relajación como la meditación; el yoga o ejercicios de respiración; realizar actividad física regular; tener una buena higiene del sueño; mantener una alimentación saludable y equilibrada. Todas estas actividades estimulan la secreción de oxitocina, el antídoto del cortisol.
La manera más efectiva de bajar el nivel de la hormona del estrés en nuestro organismo es intentar reducir las cosas que desencadenan su producción. Aplicando cambios simples en nuestro día a día, nos puede ayudar a relajar el sistema nervioso, reducir el estrés y recuperar el bienestar.
Algunas recomendaciones: