Nuevo estudio destaca los beneficios del omega-3 vegetal en la condición física de mujeres mayores

A medida que envejecemos, la pérdida de fuerza muscular y movilidad se convierte en un desafío clave para mantener la independencia y la calidad de vida. La nutrición juega un papel fundamental en este proceso, y un nuevo estudio liderado por Masoud Isanejad, especialista en epidemiología de la Universidad de Liverpool, ha puesto en evidencia el impacto positivo del ácido alfa-linolénico (ALA), un tipo de omega-3 de origen vegetal, en la función física de mujeres mayores. Los hallazgos sugieren que una mayor ingesta de ALA, presente en alimentos como la chía y la linaza, puede mejorar la velocidad al caminar, fortalecer las rodillas y optimizar el equilibrio, contribuyendo así a un envejecimiento más saludable y activo.

La investigación que se enmarca en el proyecto “Factores de Riesgo y Prevención de la Osteoporosis”, analizó a más de 550 mujeres entre 65 y 72 años, demostrando que una mayor ingesta de ALA se asocia a diversos beneficios físicos como ser: mayor velocidad al caminar, mayor fortaleza en rodillas, como así también una superior optimización en el equilibrio.

A diferencia de estudios previos enfocados en los ácidos grasos de origen marino: EPA y DHA, este estudio científico, resalta el valor del ALA vegetal en lo que compete a síntomas inflamatorios y prevención de la pérdida de movilidad relacionada con el envejecimiento.

La disminución de la fuerza muscular y la movilidad son factores clave, que propensa riesgos de caídas y fracturas en la población mayor. En este contexto, los resultados arrojados por la reciente investigación abre nuevas oportunidades para el desarrollo de estrategias nutricionales enfocadas en el envejecimiento saludable.

Es por ello que el consumo de alimentos ricos en ALA podría ser un aliado esencial en la prevención de la fragilidad muscular, promoviendo una vida activa y funcional.

¿Qué es el omega-3 y por qué es importante?

El omega-3 es un tipo de ácido graso esencial que el cuerpo humano no puede producir por sí mismo, por lo que debe obtenerse a través de la alimentación. Se clasifica en tres tipos principales:
• Ácido eicosapentaenoico (EPA): presente en pescados grasos y aceites de pescado, con propiedades antiinflamatorias.
• Ácido docosahexaenoico (DHA): también de origen marino, esencial para la función cerebral y cardiovascular.
• Ácido alfa-linolénico (ALA): de origen vegetal, se encuentra en semillas y frutos secos, y puede convertirse en pequeñas cantidades en EPA y DHA en el organismo.
A diferencia de estudios previos centrados en los omega-3 marinos, la investigación de Isanejad destaca los beneficios del ALA, evidenciando su impacto positivo en la reducción de la inflamación y la prevención de la pérdida de movilidad relacionada con la edad.

¿Dónde obtener Omega-3 Vegetal de manera natural?

Las semillas de chía, la linaza y las nueces son fuentes que se destacan por su alto contenido de ALA. En particular la chía, que aporta no solo una alta concentración de este omega-3 vegetal, sino también fibra, antioxidantes, y minerales.

Carolina Chica, nutricionista de Benexia, explica que “gracias a su contenido en calcio, fósforo y magnesio, la chía es un excelente complemento en la dieta de mujeres mayores. Como demuestra el estudio, su consumo regular favorece la salud cardiovascular, ósea y muscular”.

La semilla de chía se destaca por ser versátil y añadirse fácilmente a batidos, yogures, ensaladas y panes, permitiendo una deliciosa alimentación equilibrada y beneficiosa.

Los recientes descubrimientos refuerzan la importancia del omega-3 vegetal en la prevención de la fragilidad muscular y la promoción de una vida activa y funcional en la población mayor. Priorizar el consumo de ALA a través de una dieta equilibrada no solo mejora la movilidad y la salud general, sino que también se posiciona como una herramienta clave para garantizar un envejecimiento saludable y lleno de vitalidad.