
Cómo elegir la crema ideal según tu tipo de piel y los mejores ingredientes naturales
Elegir la crema facial adecuada es clave para proteger y nutrir la piel según sus necesidades específicas. Conocer los ingredientes ideales y evitar los dañinos garantiza un cuidado efectivo. Descubre cómo seleccionar la mejor opción para tu tipo de piel en cosmética natural
Elegir la crema adecuada para el rostro es fundamental para proteger y mantener la salud de la piel. Conocer los ingredientes y activos indicados para cada tipo de piel nos permite nutrirla correctamente y evitar productos que puedan causar efectos no deseados. Clara Valenzuela, químico farmacéutico experta en cosmética natural y fundadora de Aqualab, nos guía en la búsqueda de la fórmula perfecta con un enfoque basado en ingredientes naturales y efectivos.
La naturaleza nos ofrece una amplia variedad de activos beneficiosos para el cuidado de la piel. Desde aceites vegetales hasta antioxidantes naturales, cada componente juega un papel clave en la salud cutánea. Aprender a reconocer los ingredientes adecuados según el tipo de piel nos ayuda a potenciar los efectos positivos y minimizar los riesgos de irritación o desequilibrios.
Sin embargo, siempre es recomendable acudir a un especialista al momento de querer realizar tratamientos faciales ya que, pueden existir productos o componentes que pueden ser invasivos para nuestra piel.
El primer paso: conocer tu tipo de piel
Antes de escoger un producto, es fundamental identificar el tipo de piel. Uno de los errores más comunes es el uso de productos inadecuados. “Muchas personas creen tener piel grasa porque usan cremas que tapan los poros y generan un aumento de grasitud”, advierte Valenzuela.
A continuación, nos indica los principales tipos de piel:
Piel Seca: Frágil, con pérdida de agua y tendencia a descamarse.
Piel Normal: Equilibrada en hidratación y protección.
Piel Mixta: Puede ser mixta-seca (zona T ligeramente grasa) o mixta-grasa (zona T con tendencia a puntos negros).
Piel Grasa: Con poros dilatados, resistente al envejecimiento.
Piel Deshidratada: Opaca, con secreción sebácea alterada.
Piel Sensible: Propensa a irritaciones y alergias.
Los activos indicados para cada tipo de piel
Más allá de los ingredientes individuales, lo ideal es que haya una sinergia entre los activos para que estos cumplan su función cosmética. Valenzuela recomienda:
Piel Seca: Aceite de cáñamo (piel joven), aceite de arroz (piel madura), aceite de oliva (piel madura avanzada).
Piel Mixta: Aceite de jojoba.
Piel Grasa: Aceite de avellana.
Además, hay activos con beneficios generales, como el ácido hialurónico para hidratar, antioxidantes como maqui o murta, y proteínas hidrolizadas para mejorar la estructura de la piel. “Lo importante es que estén en una concentración adecuada y dentro de una estructura idónea”, explica Valenzuela.
Ingredientes a evitar según el tipo de piel
No todo lo natural es ideal para todos. Algunos ingredientes pueden resultar contraproducentes. Clara Valenzuela indica cuáles evitar según el tipo de piel:
Pieles jóvenes: No se recomienda usar aceite de coco en el rostro por ser comedogénico.
Pieles secas y sensibles: Evitar el retinol puro, ya que puede irritar.
Pieles grasas: No usar aceites con ácidos grasos como el de oliva o argán, pues la piel ya tiene exceso de grasa.
Valenzuela enfatiza la importancia de conocer los ingredientes y su concentración: “Para elegir un buen producto, es esencial leer la etiqueta y saber qué necesita nuestra piel y qué debemos evitar”.
Se debe destacar que, los productos comedogénicos hacen referencia a a una sustancia o producto que tiene la tendencia a obstruir los poros de la piel, lo que puede provocar la formación de comedones (puntos negros y espinillas) y contribuir al acné.
Rutina de cuidado facial para potenciar resultados
El uso de cremas debe ir acompañado de una rutina adecuada:
Limpieza diaria: Mantiene la piel limpia y los poros receptivos.
Exfoliación según tipo de piel: Una vez al mes (piel seca), cada 15 días (mixta), una vez a la semana (grasa).
Hidratación con sérum: Día y noche para piel joven; con crema adicional para piel madura.
Tratamientos específicos: Antiage, despigmentante o reparador, según las necesidades de cada piel.
Uso de productos con registro ISP: Garantiza seguridad y eficacia.
“Primero, conoce tu piel. Luego, busca productos con estructuras livianas, ingredientes hidratantes y sin comedogénicos en pieles jóvenes”, concluye Valenzuela.
Con esta guía, elegir la crema ideal será una tarea mucho más sencilla y efectiva. Al conocer las necesidades de nuestra piel y los ingredientes que mejor le sientan, podemos asegurarnos de brindarle los cuidados adecuados para mantenerla saludable, radiante y protegida. Una elección consciente y basada en información confiable nos permitirá disfrutar de los beneficios de una piel equilibrada y bien nutrida a lo largo del tiempo.
Cuidar la piel no es solo una cuestión estética, sino también de salud. Elegir los productos adecuados, entender sus ingredientes y conocer las necesidades específicas de cada tipo de piel es clave para mantenerla equilibrada y protegida. Sin embargo, cada piel es única, por lo que siempre es recomendable acudir a un especialista antes de iniciar cualquier tratamiento. Un dermatólogo o químico farmacéutico podrá guiarte en la elección de productos seguros y efectivos para potenciar la salud de tu piel sin riesgos innecesarios.