En el reino de las aguas gélidas, la nadadora Bárbara Hernández se ha ganado el título de “Sirena de Hielo” al desafiar los límites del cuerpo y la mente en los escenarios más extremos.
La vida de Bárbara Hernández gira en torno a aguas cercanas al punto de congelación, trozos de hielo flotando junto a ella y desafíos constantes que la han llevado a la cima del mundo de la natación. Reconocimientos nacionales e internacionales, incluso más de un Récord Guinness, han marcado la carrera de la “Sirena de Hielo”.
En 2020, logró notables hazañas que incluyen el cruce del Canal Beagle de 9 kilómetros y medio, el desafío del cruce del lago Chungará, el más alto del mundo. Además de la vuelta a la isla de Manhattan en Nueva York, un nado de 20 horas continuas con el que logró la codiciada Triple Corona de natación en aguas abiertas, un desafío que contempla también el cruce del Canal de la Mancha y el Canal de Cataluña.
La Asociación Mundial de Nado en Aguas Abiertas (WOWSA) nombró a Hernandez la “Mujer del Año” en 2021, un logro sin precedentes en nuestro país. Entre 59 nominados de 27 naciones, Hernández se destacó como la más votada a nivel mundial, un testimonio de sus extraordinarios logros en el campo del nado en aguas abiertas.
Solo un año después, la “Sirena de Hielo” logró una tremenda hazaña: se convirtió en la mujer más rápida del mundo en nadar tres millas. Aquellos 15 minutos con tres segundos se convirtieron en su puerta de entrada a los Récord Guinness.
Recorrer la distancia más larga en aguas gélidas: 2,5 kilómetros en el océano Antártico, sin traje de neopreno y temperaturas que no superaban los 2°C, la hicieron merecedora de un segundo Récord Guiness.
Este desafío significó 45 minutos y 50 segundos de pura valentía y perseverancia, que incluso la llevaron a una hipotermia severa. Al salir del agua, su cuerpo marcaba 27°C y solo unos minutos después bajó a 25°C, cuando la temperatura corporal normal de una persona debería rondar los 37°C.
En una entrevista con El Mostrador, Hernández mencionó que su meta, además de ser un aporte a la natación en Chile, es poder abrir puertas para muchas niñas deportistas.
“Las brechas de género son algo que está presente, también los micromachismos siguen estando allí. Siento que el ser una deportista extrema, es correr esa barrera de lo que otros suponen no se puede hacer por ser mujer”, comentó.
Hernández, ha demostrado una inmensa valentía al sumergirse en aguas gélidas, ha recorrido largas distancias durante tiempos impensados, lo que ha demostrado que los deportes extremos son un terreno igualitario para hombres y mujeres.
Su dedicación y enfoque en desafiar límites preestablecidos se reflejan en sus entrenamientos en aguas chilenas e internacionales. Además de sus logros deportivos, Hernández ha asumido un papel crucial en la concientización ambiental, uniendo fuerzas con la Armada de Chile para promover la protección de las aguas y los glaciares.
Bárbara Hernández no solo ha dejado su huella en las aguas gélidas del mundo, sino que también ha construido un camino para las futuras generaciones de mujeres deportistas. Su mensaje para las mujeres, niñas y adolescentes es claro: “Persigan sus sueños, no se limiten por su edad. Hay que perderle el miedo a la palabra fracaso, atrevernos las veces que sean necesarias”.
Bárbara Hernández, la “Sirena de Hielo”, continúa inspirando y rompiendo barreras para quienes sigan sus audaces pasos y brazadas, en el mundo de la natación.