La escritora y periodista chilena destacó por su contribución a la literatura juvenil y femenina de la época.
María Teresa Budge, reconocida escritora y periodista chilena, se destacó por su importante contribución a la literatura juvenil y femenina en Chile durante el siglo XX. Por esto, en un nuevo Mujeres Inolvidables, el especial semanal en donde destacamos las importantes hazañas de mujeres chilenas de la historia y el presente, visibilizamos su impacto en el escenario nacional.
Nació el 16 de octubre de 1896 en Santiago, siendo hija de Eduardo Budge y Rosa Alcalde. Criada en un ambiente culturalmente enriquecedor en Valparaíso, donde su padre, ingeniero de los Ferrocarriles y destacado bibliófilo, cultivó su amor por la literatura y la música.
La influencia de su entorno familiar y el contacto con figuras destacadas de la prensa moldearon su carácter y despertaron su vocación literaria, lo que la llevó a convertirse en una figura clave en la promoción de la lectura sana y amena para la juventud y la mujer.
Budge no se limitó a sus intereses literarios dentro del ámbito doméstico, como era común en las mujeres de su época. Demostró una firme necesidad de comunicarse y compartir sus inclinaciones literarias con el mundo exterior. Esto se reflejó en su colaboración semanal en la revista Zig-Zag a partir de 1930, donde publicó numerosos cuentos bajo el seudónimo Tebues. Estas primeras incursiones en la prensa la prepararon para emprender proyectos más ambiciosos.
En 1933 publicó su primera novela y en 1940 lanzó “Nuestras Sombras”, dirigida específicamente al público juvenil. Como periodista, fundó y dirigió “Margarita”, una de las primeras revistas femeninas en Chile. Con una gran circulación que abarcó todo el país entre 1934 y 1953, tenía como objetivo proporcionar entretenimiento sano y divertido a las mujeres, al mismo tiempo que ofrecía un servicio a través de la correspondencia con las lectoras, que fue considerablemente activa.
El éxito de “Margarita” se atribuyó en parte a su capacidad para satisfacer las necesidades de entretenimiento y conexión social de las mujeres chilenas de la época. Este logro destaca la importancia de María Teresa Budge como pionera en el periodismo dirigido al público femenino, demostrando su habilidad para reconocer y responder a las demandas de su audiencia. La revista, dirigida a mujeres de sectores populares, abordaba una variedad de temas relacionados con la vida cotidiana, la familia, la belleza, entre otros.
En este sentido, la tesis “Trabajo femenino en la Revista Margarita 1934-1939” de Constanza Salsas Bonilla analizó los contenidos de la revista, destacando que a pesar del avance industrial que había llevado a más mujeres a trabajar fuera del hogar en esa época, la revista refuerza estereotipos de género asociados a tareas domésticas y de reproducción, perpetuando la idea de que las mujeres deben estar en casa y subordinadas.
Asimismo, el análisis expone cómo la revista aborda la construcción de un cuerpo juvenil canonizado y estereotipado, promoviendo un ideal de belleza basado en mujeres delgadas, bellas y blancas. Esto ofrece una comprensión más profunda de los mensajes transmitidos en relación con el género, el trabajo y los estándares de belleza, destacando su influencia en la construcción de identidades femeninas en ese período histórico.
Cabe recordar que la representación del trabajo femenino en Chile, tanto doméstico como asalariado, en las revistas de la década de 1930 ha sido un tema poco explorado.
Finalmente, en 1953 Margarita cambió de directora y de nombre, convirtiéndose en “Confidencias de Margarita”. Al año siguiente volvió a cambiar de título, esta vez a “Confidencias”, y continuó publicándose hasta 1971.
El legado de María Teresa Budge como escritora y periodista perdura como testimonio de su contribución al enriquecimiento cultural femenino y la promoción de la lectura entre las mujeres y la juventud chilena. Su fallecimiento el 15 de agosto de 1995 marcó el fin de una vida dedicada al escribir.