Hay mujeres y mujeres, como hay hombres y hombres. Todas nos ganamos la vida de diversas maneras. Algunas somos científicas, otras ingenieras, pero las sororas no somos unas «hijas de putin».
Aunque no conozco a las moscovitas descendiente del “Zar” ruso, si me ha tocado conocer a algunas “hijas de putin”:
“La copiona”: copia ideas y las hace propias sin pudor. “La jefa”: lo único que aspira en la vida es a mandar. “La mala madre”: es como la planta, primero ella, segundo ella, tercero ella. “La insolidaria”: no te apoya en nada. “La avara”: se queda todo, es presidenta, secretaria y tesorera de varias agrupaciones. “La chismosa”: te pela con otras que son peladoras. “La pindi”: cuenta la vida en las redes sociales para mostrarse exitosa. La winner: anda ganando todo. La premiada. La acomodá: se mueve en círculos de poder.
Para qué continuar las descripciones. En todos los ámbitos hay alguna mujer “no sorora” de la que pensamos, reconozcámoslo aquí.
¿Por qué ocurre este fenómeno? Dicen los entendidos, que alguna vez les hicieron lo mismo a ellas..
Sería mejor contar con mejores personas en la sociedad. Como contra-descripción merece la pena contar con:
¿Será mucho pedir?
No seamos hijas de putin. Colaboremos, apoyemos, cuidemos.