Creo que si hay algo fascinante del mundo contemporáneo, pero también absolutamente insoportable, es la cantidad de condicionamientos y reglas adicionales a la vida misma que nos vamos poniendo. Y es que claro, no conforme con el poliamor, lxs amantes, lxs not pololxs, las personas además condicionan las relaciones abiertas como si fuera un manual irrestricto.
Si hay algo que realmente ha llamado mi atención son las relaciones abiertas, pero no de cualquier tipo. A ver, si retrocedo un poco, mi papá me enseñó sobre ellas -ya que era una praxis que aplicaba constantemente- hace unos 20 años atrás; y una de mis mejores amigas las practicaba en los noventa. Yo, honestamente, un poco antes del 2009, después me aburrieron. Con esa base, ¿qué puede ser lo curioso? Cuando las relaciones se abren, pero solo en el extranjero.
Creo que si hay algo fascinante del mundo contemporáneo, pero también absolutamente insoportable, es la cantidad de condicionamientos y reglas adicionales a la vida misma que nos vamos poniendo. Y es que claro, no conforme con el poliamor, lxs amantes, lxs not pololxs, las personas además condicionan las relaciones abiertas como si fuera un manual irrestricto. Es así como he conocido a varixs que abren las relaciones (nota al lector inexperto: esta apertura es para poder follar sin compromiso con una o varias personas ajenas a la relación, con ciertos cuidados y restricciones), pero solo al salir del país.
Realmente, cuando comento esta realidad entre mis amistades que no conocen esta forma relacional, les causa mucha curiosidad y risa porque suena un tanto, ¿extremo liberal?, ¿barsa?, ¿raro? Pero, claro, si lo comento entre quienes conocen y viven estas relaciones, les parece absolutamente cotidiano. Y es que en esto de las relaciones interpersonales o, mejor dicho, sexo-afectivas, hay todo un mundo por explorar. En fin, les dejo algunas de las normas que he recopilado de las relaciones abiertas en el extranjero:
1. No follar con gente que viva en el país donde ambos habitan, aún y cuando se encuentren o conozcan en el extranjero.
2. No mantener una relación afectiva constante o a largo plazo (base para las relaciones abiertas, no así en el poliamor).
3. No mantener una frecuencia sexual con la tercera persona involucrada, aludiendo, evidentemente, al punto dos.
4. La relación, al estar abierta, ¿queda abierta para ambas partes?
Al respecto, he conocido algunas que sí y otras que no, lo cual complejiza toda la situación porque:
5. Y bueno, algunxs incluyen contarse; otros, simplemente, mantienen la prohibición de que su pareja se entere. Es aquí cuando se arma el caos, porque típico que alguien delata a otro; o la tercera parte se enamora y ya, todo se derrumba. Se acaba la apertura, la relación y bienvenida la nostalgia.
Independiente de lo anterior, hay algunas relaciones que se abren aún y estando en el mismo territorio o país en el que se encuentren los involucrados y acá, debo decir que en la actualidad hay un gran acto de madurez por parte de ambas personas. Es que realmente, el mundo a veces cambia y suena tanto más honesto, real y, por duro que parezca, mejor… Creo que son absolutamente rescatable aquellas relaciones abiertas en las que ambas personas, con toda sinceridad, deciden cuidarse tanto emocional como físicamente y para ello la solución es bastante sencilla, pero requiere de valiosos índices de honestidad: “tírate a quien quieras, pero te cuidas; y, si no te cuidas, te haces un test de VIH y mientras tanto nos cuidamos, nosotros, con preservativo”.
¡Es que esta frase es digna de premiación! Imagina tener una relación abierta, con todas las condiciones del punto 1, 2, 3, 4 y 5; y aún así agregar una sexta: tirar con condón u honestidad y test de VIH ¡Bienvenidas aquí las nuevas generaciones! Qué vergüenza debería darle a todos esos hombres que asquerosamente contagiaron de VIH a sus esposas, sólo por sus irresponsabilidades y mentiras.
Y bueno, creo que también mi padre hubiera agregado una séptima regla, un poco más convencional y, por ende, válida para las relaciones abiertas de aquella época, que creo que ni siquiera se llamaban así, porque él solo decía que no tenía pareja exclusiva, y era: 7. Jamás preguntar dónde estás, con quién estás y qué estás haciendo. Y es que si lo haces matas el misterio, rompes la incógnita, te tienes que hacer responsable de aquella respuesta que probablemente la otra persona no quiera escuchar; o peor aún, esperar una mentira porque a veces es complejo decir: tirándome a alguien más, ¿o no?