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¿Conocemos nuestro cuerpo? BRAGA

¿Conocemos nuestro cuerpo?

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Andrea Von Hoveling
Por : Andrea Von Hoveling Miembro de la Agrupación Ginecólogas Chile
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Es una pregunta que parece sencilla pero engloba temas muy diversos y complejos. Parte de conocer el funcionamiento básico de nuestro organismo, del mismo modo es necesario conectarnos con nuestra corporalidad: el hecho de que la mitad de las mujeres declare no alcanzar el clímax sexual nos lleva a pensar distintas cosas, pero aquí la falta de información, exploración y conversación nos involucra a todas y todos.


La verdad es que es una pregunta que parece sencilla pero engloba temas muy diversos y complejos. Parte de conocer el funcionamiento básico de nuestro organismo, del mismo modo es necesario conectarnos con nuestra corporalidad y necesidades más íntimas, por ejemplo para tener un orgasmo es vital disfrutar nuestro cuerpo (solas o acompañadas), el hecho de que la mitad de las mujeres declare no alcanzar el clímax sexual nos lleva necesariamente a pensar distintas cosas:

La primera: no conocen (conocemos) nuestro cuerpo. Lamentablemente esto no es sorpresa, considerando que vivimos en un país sin educación sexual real. Y, pese a lo que se cree, la educación sexual no es sólo hablar de sexo, sino que abarca muchas cosas, entre ellas la corporalidad y anatomía. Nos quejamos (incluso nos burlamos a veces) de que los hombres no saben dónde está el clítoris.. Bueno, resulta que gran parte de las mujeres tampoco lo sabe. Y por qué? Porque nadie se lo enseñó. Y ahí las causas son muy dolorosas de analizar… Porque van desde que a los/las adultos/as nos dio vergüenza, hasta el hecho de que sociedades y generaciones completas han considerado que el placer femenino simplemente no es relevante.

La segunda: no exploran (exploramos) nuestro cuerpo. Es imposible saber de antemano qué o cómo te gusta. Desde tiempos inmemoriales la masturbación se ha considerado un verbo masculino. Ni siquiera criticamos el autoplacer femenino, es que negamos de plano su existencia! Eso, sumado a las visiones románticas o pornográficas del encuentro sexual que aprendemos durante la adolescencia (porque no tenemos otras fuentes de aprendizaje) hacen que tengamos la esperanza de que al ocurrir un encuentro sexual el cuerpo va a responder con fuegos artificiales, cuando no sabemos ni siquiera qué nos hace disfrutar.

Lo tercero (y último, para no extenderme) es que hay una enorme falta de comunicación en la pareja. Y aquí también me hago cargo del peso que se llevan los hombres… Se requiere mucha confianza y una relación muy sólida para plantear “no lo estoy pasando bien en la cama”, o “me gustaría probar otras cosas”. Como mujeres heterosexuales, muchas veces tememos que nuestra pareja se sienta cuestionada por mencionar estas cosas. Al final las mujeres somos sin duda las más perjudicadas, pero esta falta de información, exploración y conversación nos involucra a todos y todas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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