La homofilia es la tendencia a asociarse con individuos similares. Debido a ello, en ciencia, la homofilia de género revela que investigadores citan más a colegas del mismo género, afectando a mujeres.
La semana pasada, en varios diarios nacionales, apareció la noticia acerca de un estudio publicado en Research Policy donde se realizó un análisis de más de dos millones de artículos en ciencias biológicas que mostraba un fuerte sesgo de género en las citas: los artículos con autoras principales mujeres reciben menos citas que aquellos dirigidos por autores masculinos. Este patrón es válido en muchos subcampos de las ciencias biológicas, incluidos aquellos con una representación de género relativamente equitativa.
Los autores del estudio dicen que el desequilibrio se debe en parte a la especialización de género en ciertas áreas de investigación. Pero hay otro factor en juego: es probable que los mentores, coautores y compañeros de conferencia de un investigador compartan su identidad de género. Después de tener en cuenta un extenso conjunto de factores, los investigadores encontraron que algunas citas directas parecen estar impulsadas por la homofilia de género, es decir, se refiere al fenómeno en el cual individuos con características similares o compartidas tienden a interactuar y asociarse entre sí con mayor frecuencia que con aquellos que tienen características diferentes. Este concepto se aplica en diversos contextos, como en redes sociales, comunidades, organizaciones, entre otros, en este caso la tendencia de las conexiones profesionales de los científicos están sesgadas hacia su propio género. Esto, afortunadamente, no es tan frecuente en las generaciones más jóvenes, lo que podría ser una señal de cambio. Sin embargo, este patrón persistente coloca a las mujeres en una gran desventaja en campos donde están subrepresentadas, generando una brecha significativa en las citas. En comparación, en campos más equilibrados en términos de género, donde la brecha se está reduciendo.
Según Anil Oza en un artículo publicado en la revista Nature: “Dado que la homofilia de género en las citas impide el flujo de conocimiento en la mayoría de los campos, su impacto adverso en la ciencia probablemente incluya no sólo la desaceleración de las carreras de las mujeres sino también la creación de una difusión menos eficiente del conocimiento”. Los esfuerzos para aumentar la equidad de género en las ciencias generalmente se han centrado en aumentar el número de mujeres en ésta área y en reclutar mentoras para científicas. Pero el análisis sugiere que esta última práctica crea silos de género en los campos. “Necesitamos dar un paso más y realmente lograr que estas dos redes se integren”, dice Chai una de las autoras del artículo publicado en Research Policy.
Una estrategia efectiva para lograr esta integración es generar comunidades más cohesionadas y utilizar espacios ya existentes. Un ejemplo concreto es la promoción de congresos y conferencias que fomenten la incorporación de paneles paritarios, o que cuenten con la participación de al menos una investigadora, especialmente en áreas con menor participación femenina. Esta práctica no solo garantiza una representación equitativa, permitiendo a la audiencia beneficiarse de una variedad de perspectivas, sino que también facilita el diálogo entre investigadores. Al propiciar estos encuentros, se contribuye significativamente a la integración de las redes y se fortalece la colaboración en el ámbito científico.
Es imperativo que tanto hombres como mujeres reconozcan y valoren las contribuciones de sus colegas femeninas. Este reconocimiento mutuo no solo mejora la difusión y creación del conocimiento, sino que también se convierte en un compromiso colectivo para reducir la brecha en ciencias. De esta manera, se establece un terreno fértil para una comunidad científica donde todos sus miembros están comprometidos con la equidad y trabajan juntos para superar barreras y promover un entorno más diverso y justo.