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Maternidad subversiva: autonomía y resistencia en el contexto patriarcal BRAGA Créditos: Pexels

Maternidad subversiva: autonomía y resistencia en el contexto patriarcal

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Dayana Barrios Núñez
Por : Dayana Barrios Núñez Magíster en Derecho Internacional de los Derechos Humanos
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El feminismo propone complejizar el deseo maternal, desafiando las expectativas sociales y patriarcales, y considerando la interseccionalidad de clase, raza, y otras categorías situadas. Se destaca la autonomía en la experiencia maternal, reflexionando sobre las diversas subjetividades maternas.


La conceptualización del deseo maternal como una expresión de autonomía femenina es un tema de gran profundidad y complejidad dentro de los estudios de género y el feminismo. Este análisis aborda la maternidad no solo como un fenómeno biológico, sino también como una experiencia vivencial y una institución sociopolítica, profundamente entrelazada con las dinámicas de poder patriarcal.

Para mujeres con capacidad de tomar decisiones reproductivas, la aproximación a los 40 años puede ser una época de intensa reflexión. La fluctuación en la fertilidad introduce una compleja encrucijada, saturada tanto de expectativas sociopolíticas como de un ambivalente deseo personal respecto a la maternidad.

Adrienne Rich distingue la maternidad en dos dimensiones: como experiencia individual y potencial reproductivo, y como institución diseñada para perpetuar el control patriarcal sobre dicho potencial. Este dualismo revela la tensión entre la agencia personal y las estructuras de poder dominantes.

El feminismo, en sus múltiples expresiones, ha examinado críticamente la institución de la maternidad, destacando su papel en la perpetuación de relaciones de subordinación. Desde diversas vertientes nos ha llamado a analizar la maternidad a través de la lente de la categorización de género, identificándola como una institución que fomenta la subordinación reproductiva y doméstica.

Esta columna busca explorar el deseo de maternidad como una experiencia subjetiva, que, aunque moldeada por la institución político-social de la maternidad, puede ser compatible con un feminismo que aspira a transformar las relaciones sociales, promover la igualdad y erradicar la discriminación y violencia contra las mujeres.

Simone de Beauvoir argumentó que las mujeres son construidas como objetos de deseo para otros, lo que limita su capacidad para forjar una identidad y deseos propios, independientes del patriarcado. Surge entonces la pregunta: ¿es posible para las mujeres, inmersas en un contexto patriarcal, cultivar un deseo de maternidad autónomo, distinto de los imperativos hegemónicos sobre la reproducción?

La ideología maternal patriarcal dicta un amor incondicional e inquebrantable hacia la prole, encasillando la maternidad en un molde único y estereotipado, el cual se reduce en la relación mujer-madre, en la proscripción de la mujer y la prevalencia de la madre como única identidad posible. La culpa, el miedo, la sobre exigencia, la incomprensión y la soledad son situaciones que tienen que afrontar las mujeres en la experiencia de la maternidad bajo un sistema patriarcal que intenta imponer su dogma.

Este monolitismo omite la diversidad de experiencias maternales y sus inherentes desafíos bajo un sistema patriarcal.

El ecofeminismo y el feminismo de la diferencia, al distinguir entre la institución y la experiencia de la maternidad, enfatizan el potencial empoderador y transformador de esta última y pese a que la propuesta de considerar la maternidad como una función social, accesible tanto a hombres como a mujeres, ha generado debates dentro del feminismo, especialmente en corrientes separatistas, han colocado sobre la mesa la idea de la resignificación de la maternidad desde el feminismo.

Natalie Sanchez señala que la autonomía en la experiencia maternal debe ser vista como un principio ético feminista, esencial para la transformación social. Tal autonomía trasciende la mera elección de ser madre, abarcando también las autonomías asociadas a las modalidades y prácticas a través de las cuales se vive la maternidad. No se reduce a la libertad de ser o no madre, sino también a la libertad de como serlo.

El feminismo, al ofrecer una perspectiva crítica sobre la maternidad, invita a una reflexión más consciente sobre esta experiencia, considerando la interseccionalidad de clase, raza, y otras categorías situadas. Así, se abren caminos para explorar diversas subjetividades maternas y reivindicar nuestra agencia en la experiencia maternal, en un acto de resistencia y subversión frente al patriarcado, en donde están permitidas sin castigos las maternidades ambivalentes, equivocas, fluctuantes, contradictorias y también, aquellas en donde subsiste la mujer, por sobre la madre.

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