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Acoso laboral en enfermería: Un llamado urgente a la acción Pexels

Acoso laboral en enfermería: Un llamado urgente a la acción

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Dennisse Brito-Placencia
Por : Dennisse Brito-Placencia Académica de la Escuela de Enfermería UDP, estudiante de Doctorado de Psicología UDP, Socia y Fundadora de SOCHIENFA, Sociedad Científica de Enfermería Familiar y Comunitaria de Chile.
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En el marco del Día Internacional de la Enfermería, resulta imperativo reflexionar sobre cómo cuidamos a los que nos cuidan; la crisis de salud mental desencadenada por el acoso laboral, puede conllevar consecuencias graves.


En el Día Internacional de la Enfermería, celebrado el pasado 12 de mayo, nos enfrentamos a una realidad sombría que oscurece la celebración: la tragedia recurrente del acoso laboral y su devastador impacto en la salud mental de quienes dedican su vida a cuidar a los demás. Recientemente, otra enfermera se ha quitado la vida, y una vez más, el acoso laboral figura como un factor crucial en su decisión. Este no es un caso aislado. Durante los últimos años, hemos visto cómo esta historia se repite, afectando tanto a profesionales establecidos como a estudiantes en el campo de la salud.

Estos sucesos nos obligan a reflexionar profundamente: ¿cómo cuidamos a quienes nos cuidan? La salud mental de los profesionales de la salud debe ser una prioridad desde el inicio de su formación. No obstante, sería un error atribuir la total responsabilidad del autocuidado a los individuos. Las investigaciones sobre la violencia y el acoso laboral revelan que estos fenómenos dependen de factores que trascienden las características personales del acosador y la víctima. Como lo expresa el experto Ståle Einarsen, la violencia laboral existe en los entornos que permiten su presencia, lo cual implica una responsabilidad institucional.

Es inaceptable que el acoso y el maltrato se den en los entornos de trabajo. Los lugares donde pasamos gran parte de nuestro tiempo, donde crecemos y moldeamos nuestra identidad profesional, deben ser no solo seguros, sino también propicios para el desarrollo personal y profesional. Los líderes y supervisores tienen la obligación de garantizar que así sea.

La evidencia científica es concluyente: el acoso laboral conlleva la presencia de ansiedad, depresión, consumo de psicotrópicos e incluso ideación suicida, entre otros problemas de salud mental. En el marco del Día Internacional de la Enfermería, debemos reflexionar sobre cómo protegemos a nuestros profesionales de la salud y dejar de normalizar el acoso y la violencia en este ámbito. Es imperativo trabajar en la promoción de la salud mental y la prevención desde la etapa formativa, demandar a los entornos laborales una política de tolerancia cero hacia el acoso y el maltrato y exigir a nuestros líderes que cumplan su rol esencial de cuidar a sus trabajadores. Un buen líder no permite que la violencia y el acoso contaminen el ambiente de trabajo. Porque, al fin y al cabo, un buen lugar de trabajo, cualquiera que sea, es aquel que no tolera la violencia y el acoso. En memoria de quienes hemos perdido y en honor a quienes luchan cada día, hagamos de este llamado a la acción una realidad en cada institución de salud. Solo así podremos decir que verdaderamente cuidamos a quienes nos cuidan.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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