Las mujeres que alcanzan la máxima jerarquía de profesora titular en las universidades chilenas llegan apenas al 22%, mientras que su presencia en investigación no supera el 34%, indican informes.
En los últimos años, la equidad de género en las carreras STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics por sus siglas en inglés) ha representado uno de los mayores desafíos para las facultades de ingeniería del país.
Si bien, el informe sobre Brechas de Género en Educación Superior, publicado en marzo por el Servicio de Información de Educación Superior (SIES), indica que las mujeres registran un mayor porcentaje de matrícula que los hombres en primer año (52,5%), su participación en carreras STEM no supera el 30%.
No obstante, debemos destacar el esfuerzo realizado en distintos sectores de nuestra sociedad para reducir esta brecha. El Estado, lo hizo a través del Mineduc creando el programa “Más Mujeres Científicas (+MC)”, mientras que, desde las nuevas generaciones de jóvenes, ávidas por generar cambios, han nacido iniciativas como la “Fundación Ingeniosas”, enfocada en integrar a niñas de entre 12 y 16 años al área de las STEM.
La industria también se sumó a esta tendencia fomentando la participación femenina en sectores altamente masculinizados como la minería. Por ejemplo, la empresa BHP Billiton incrementó el ingreso de mujeres en su fuerza laboral desde un 17,6% en 2016 a un 30% en 2022, un fenómeno que se replicó en la industria y tuvo como consecuencia la creación de entidades como Women in Mining, Women in Energy o Women Board Up, que promueven la participación de mujeres en áreas de baja participación femenina.
Si bien, es admirable ver cómo se articulan esfuerzos para generar un cambio de paradigma y promover la equidad de género en un sector que durante años le ha sido esquivo a las mujeres, cuando analizamos ese 30% que nos deja la matrícula de niñas en carreras STEM, nos queda un sabor de boca algo amargo. Lo anterior nos lleva a pensar ¿Qué nos queda por hacer para alcanzar el 50% de equidad de género en educación que se proponen los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU?.
Las instituciones de educación superior juegan un rol preponderante en esta misión. Hoy, todas las universidades han publicado políticas de equidad de género y la mayoría han creado cupos de admisión especial para mujeres en carreras STEM por medio de la política “Más Mujeres Científicas” del gobierno, mientras que, el instrumento de Innovación en Educación Superior, InES, Género, buscar disminuir la brecha en los ámbitos de I+D+i+e. Si bien esto es un inicio, podemos hacer más.
Si analizamos los rendimientos en los puntajes PAES 2023, de estudiantes que recién egresaron de Enseñanza Media, se aprecia una brecha negativa para las mujeres en los puntajes de las pruebas de Matemática (-41 puntos) y Ciencias (-18 puntos). Pero cuando vemos su desempeño en carreras STEM, no sólo nos encontramos con un mayor porcentaje de retención (77,9% en primer año de pregrado), sino también presentan una menor extensión en sus años de estudio respecto a los hombres.
Por lo anterior, es clave que las facultades de ingeniería desarrollen planes estratégicos que vayan más allá de crear cupos especiales para mujeres en STEM y articulen distintas acciones con ellas desde etapas tempranas. Debemos integrarlas a estas disciplinas a través de la experiencia, el acceso a nuestros laboratorios y colaborando con mujeres líderes de la industria que serán sus futuras colegas.
Sin embargo, para lograr todo esto, debemos sentar las bases y dar el ejemplo, porque aún tenemos algunos pendientes. Según el informe sobre brechas de género que cité en las primeras líneas de esta columna, los planteles de personal académico presentan una diferencia negativa de 9,1% a favor de los hombres.
Si revisamos el informe ”Radiografía de Género” desarrollado en 2020 por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, encontramos más antecedentes. El estudio destaca que las mujeres que alcanzan la máxima jerarquía de profesora titular en las universidades chilenas llegan apenas al 22% y al 15% en la solicitud de patentes, mientras que su presencia en investigación no supera el 34%.
Cuando la Universidad Alberto Hurtado creó la facultad de ingeniería en 2023, sus autoridades creyeron en nosotras y apoyaron la idea de contar con un liderazgo femenino que potenciara la participación de más mujeres en sus carreras, lo que demuestra que no es imposible generar el cambio de paradigma.
Si bien, la tarea de fomentar la participación femenina en carreras STEM es desafiante, motivante y hermosa a la vez, es necesario revisar nuestras instituciones e implementar cambios que nos permitan estar a la altura del desafío y hoy es un buen día para realizar esa reflexión.