“Peso” se refiere al peso corporal y “centrismo” implica un enfoque o centrado en algo, por lo que “pesocentrismo” podría interpretarse como una tendencia o enfoque centrado en el peso corporal.
El término “pesocentrismo” no es ampliamente conocido ni utilizado en la literatura científica o popular. Sin embargo, se puede descomponer para inferir su significado. “Peso” se refiere al peso corporal, y “centrismo” implica un enfoque o centrado en algo. Por lo tanto, “pesocentrismo” podría interpretarse como una tendencia o enfoque centrado en el peso corporal.
Existen diversas interpretaciones a este concepto, la primera y más común es el enfoque en el peso corporal; cultura o sociedad que pone un énfasis excesivo en el peso de las personas. Esto puede manifestarse en diversos contextos, como en la industria de la moda, medios de comunicación, marketing, o incluso en la medicina, donde el peso se considera una medida y variable importante en salud, para determinar el “estado nutricional” como es el índice de masa corporal o más conocido como (IMC), primordial de salud o belleza. Segundo; estigma y discriminación, que enfrentan las personas debido a su peso. Esta perspectiva crítica del pesocentrismo destacaría los prejuicios y las injusticias que sufren quienes no se ajustan a los estándares corporales dados por el “IMC” o socialmente aceptados. Tercero; cultura de la dieta y la obesidad, donde hay una obsesión con perder peso y mantenerse delgado, pudiendo así hasta llegar a patologías mentales y descuidando de la salud mental. Este enfoque puede llevar a comportamientos poco saludables, trastornos alimentarios y una visión distorsionada de la salud y el bienestar.
En mi experiencia he visto un alto porcentaje de hombres y mujeres que se encuentran traumadas por esta visión y están llenos de prejuicio, que en el día a día les imposibilita o se les hace mas difícil, desarrollar conductas “normales” por qué sin duda que es importante el peso para verse y sentirse saludable, pero no lo es todo; debemos considerar que un bienestar integral debe incorporar la salud mental y física.
Podríamos decir que mirarlo solo desde ahí tiene un componente reduccionista, donde se subestiman otros elementos que determinan si una persona está saludable o no. Por ejemplo, lo psicológico y las conductas de una persona, esto es determinante para generar cualquier cambio en hábitos alimenticios y generar una vida saludable, desde el bienestar integral.
Esta perspectiva concibe al “peso” como un balance de energía sin contemplar las interacciones de tantos otros factores, como; genes, conductas, experiencias, exposiciones ambientales y factores socioeconómicos que pueden estar influyendo y sobre todo los factores biopsicosociales. A su vez, no se tiene en cuenta que las personas toman decisiones conscientes y voluntarias acerca de la alimentación y de la actividad física y que estas pueden ser modificadas y manipuladas, por el entorno o estímulos digitales . Por lo que se convierte en una responsabilidad individual e incrementa la estigmatización y culpabilidad en las personas en relación a su peso.
¿Qué pasaría si cambiáramos la visión en relación a esto? Si miráramos el peso como un indicador más, pero no el protagonista, si realmente comenzáramos a evaluar el bienestar personal, desde los hábitos de vida saludable; hacer deporte, cantidad de frutas y verduras en mi alimentación; como está mi autoestima, mi motivación y salud mental; si existiera educación desde la educación inicial en relación a este tema. Claramente no llegaríamos a los índices de ansiedad y trastornos de depresión y conducta alimentaria que tenemos hoy y tendríamos un equilibrio en la búsqueda de las personas y la relación que existe entre saludable y alimentación, actualmente comer poco o estar delgado significa estar saludable, que es un grave error; veo día a día en consulta personas delgadas con un % muy bajo de masa muscular y con déficit en vitaminas y minerales, sacrificando su salud mental por llegar a ese “numero”.
Es fundamental que la política pública contemple un cambio de mirada, desde la evaluación del estado nutricional en salud otorgado por el “IMC”; además de formación y educación en relación a lo que es saludable, de esta forma tendremos niñas, jóvenes y adultos más sanos, con menos traumas y prejuicios sobre su cuerpo.