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En el mes del Orgullo: Chile, un país con avances, riesgos y desafíos BRAGA

En el mes del Orgullo: Chile, un país con avances, riesgos y desafíos

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Alejandra Ojeda
Por : Alejandra Ojeda Directora de estudios públicos, Ipsos Chile
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Dentro de los datos más reveladores de la última Ipsos “Orgullo LGBT 2024”, se señala que un 67% de los chilenos cree que adolescentes transgénero deben poder recibir tratamiento de reafirmación de género.


El estudio global de Ipsos “Orgullo LGTB+ 2024” confirmó varias ideas que se venían manejando intuitivamente en Chile.  En primer lugar, la presencia y visibilidad de la comunidad LGTB en la cotidianeidad, en las familias, amistades y espacios de trabajo. Parece evidente, pero no lo es, porque requiere condiciones para expresarse libremente por parte de la comunidad, y reconocimiento, otorgar legitimidad a la identidad del otro, por parte de la persona observadora. Es una ecuación basada en libertad, confianza y aceptación. Y esto no ha sido fácil, sino que un largo camino desde la despenalización de la homosexualidad en Chile en el año 1999.

En segundo lugar, los resultados también confirman el mayoritario apoyo ciudadano a la necesidad de proteger los derechos de la comunidad LGTB+, disminuir las brechas, y asegurar la no discriminación mediante leyes. Y, sorpresa para más de alguno, 60% en Chile apoya la idea de que los seguros de salud cubran los costos de la transición de género, así como otros procedimientos médicos relacionados. Además, 67% cree que adolescentes transgénero deben poder recibir tratamiento de reafirmación de género. Estos resultados son muy desafiantes para nuestro país, porque interpelan a la voluntad de avanzar en políticas públicas al respecto. Y también apuntan al financiamiento de las medidas para que no sean sólo avances testimoniales.

Los resultados parecen muy positivos y hablan de un país que ha avanzado en el reconocimiento de las diversidades y la necesidad de igualdad de derechos. Y a largo plazo es así, pero tenemos datos que también hablan de retrocesos en los últimos años. Es ahí donde se observan riesgos y fragilidad en lo ganado. Cuando en el año 2021 consultábamos por el apoyo a leyes que prohíban la discriminación de las personas LGTB+, 70% se manifestaba de acuerdo, hoy hay un retroceso de 9 puntos. Y así mismo con varios indicadores: menos apoyo a que las empresas promuevan la igualdad, menos aceptación a que las personas LGTB hablen abiertamente de su orientación en público, o menos aceptación a atletas de la comunidad en equipos deportivos.

Se sabe que frente a todo gran avance también hay retrocesos. Porque cuando un grupo adquiere derechos, adquiere poder, y en el otro extremo están quienes lo pierden. Y ya son varios estudios de Ipsos donde aparece entre las personas la idea de haber ido muy lejos en los cambios cuando se habla de igualdad de derechos. Probablemente, estamos observando resistencias culturales que están fuertemente instaladas en nuestra sociedad. Y ahí es donde la educación para la aceptación de la diversidad como expresión natural de lo que somos como colectivo humano toma centralidad.

Finalmente, una interesante noticia. Es la generación más joven la más abierta a los cambios. Y en las juventudes, son las mujeres jóvenes quienes están promoviendo el cambio de mentalidad, por sobre los hombres jóvenes. Ahí está el motor que hoy impulsa una nueva forma de pensar el país el que queremos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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