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Trabajadoras del hogar: un pilar silencioso del emprendimiento femenino Yo opino

Trabajadoras del hogar: un pilar silencioso del emprendimiento femenino

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Johanna Reyes
Por : Johanna Reyes Vicepresidenta de G100.
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El pasado fin de semana se conmemoró el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar. Esta fecha nos invita a reflexionar sobre el valor y la dignidad de su labor. Como mujer emprendedora, deseo destacar el rol esencial que desempeñan estas trabajadoras en el desarrollo de nuestros negocios y, al mismo tiempo, visibilizar el enorme sacrificio que implica su labor.​

Muchas de nosotras hemos podido levantar nuestros emprendimientos gracias al apoyo de quienes cuidan nuestros hogares e hijos. Mientras nos dedicamos a construir sueños, generar empleo y aportar a la economía, hay otra mujer que garantiza que nuestra casa funcione, que nuestros hijos estén alimentados y cuidados, y que el hogar permanezca en orden. Sin embargo, esta labor esencial se sostiene sobre una gran paradoja: la trabajadora del hogar deja el suyo propio. En su esfuerzo por sostener y cuidar otra familia, muchas veces no pueden estar con la suya, criar a sus propios hijos o atender su propio hogar.​

Esta realidad me golpea profundamente. Sé que, sin su apoyo, mi camino habría sido más difícil. Pero también soy consciente de que su sacrificio es inmenso. La economía y el emprendimiento femenino avanzan gracias a su trabajo, pero ¿a qué costo para ellas? ¿Cuántas noches han dormido lejos de sus hijos? ¿Cuántas veces han pospuesto su propio bienestar por cuidar el de otros?​

Es urgente que, como sociedad, valoremos esta labor con condiciones dignas, salarios justos y el respeto que merece. La informalidad sigue siendo una realidad para muchas trabajadoras del hogar, lo que implica inestabilidad económica, falta de seguridad social y poca protección ante abusos. Según datos recientes, las mujeres en Chile dedican en promedio dos horas y cinco minutos más que los hombres a actividades de trabajo no remunerado al día, lo que refleja una carga desproporcionada en las labores de cuidado. ​

Además, la crisis de cuidados en América Latina pone una presión adicional en países como Chile, donde se proyecta que la población dependiente de cuidados se triplicará en unos 30 años debido al envejecimiento de la población. Esta situación incrementará la demanda de trabajadoras del hogar y resaltará aún más la necesidad de reconocer y dignificar su labor.

Este Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar no debe ser solo una conmemoración, sino un llamado a la acción. Como mujeres que emprendemos y soñamos con un mejor futuro, debemos ser aliadas en la lucha por la dignificación de su trabajo. No basta con agradecer su labor; debemos exigir condiciones justas y valorar su aporte con hechos concretos.​

Cuando una mujer emprende, hay otra que la respalda. Ambas merecen justicia y reconocimiento. Porque el éxito de unas no debe construirse sobre el sacrificio extremo de otras. Es hora de retribuir su esfuerzo con justicia y dignidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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