Los primeros capítulos de las teleseries de UCTV y TVN, han estado vinculados a un sinnúmero de críticas en torno a sus contenidos. Falta de realismo, lejanía con la época que pretenden retratar o inconexión en el lenguaje, son algunos de los aspectos que tres historiadores nacionales conversaron con El Mostrador.cl.
El nuevo round de las teleseries ha estado marcado por diversas críticas a la verosimilitud de sus historias. Tanto Hippie de Canal 13, como Los Pincheira de Televisión Nacional, presentan deformaciones evidentes -según algunos historiadores-, en relación a la realidad de los acontecimientos que pretenden retratar.
"Los Pincheira reales son de 1820, 1825 en la post independencia, los cuales son barridos por el general Bulnes. Históricamente, los hechos no tienen absolutamente nada que ver con la teleserie de TVN. La propuesta del canal retrata a un tipo de bandidaje rural distinto, que aparece en la segunda mitad del siglo XIX, en el campo en Chile, y que dura hasta principios del siglo XX. Usaron sólo el nombre", asegura el sociólogo e historiador, Eduardo Santa Cruz.
Si bien para Santa Cruz, una de las funciones de la televisión no es retratar realidad, afirma que la arbitrariedad de denominar a las propuestas televisivas, Los Pincheira y Hippie, aduce netamente necesidades comerciales. "Lo que hicieron ambas fue utilizar conceptos familiares, conocidos, que les permitiera llegar rápidamente a la gente".
"La teleserie de TVN es un relato o una construcción discursiva acerca del mundo de la siembra, con todo lo que ello implica, tales como formas de vida culturales, relaciones sociales, etc., que hasta principios de siglo XX eran las formas predominantes en Chile. Los Pincheira reales, responden a un hecho histórico cien años antes que la adaptación que se muestra en la propuesta de TVN, lo que no aparece en el relato", agrega.
Según el historiador César Albornoz, la teleserie de TVN ni siquiera se acerca a la estética de los personajes verdaderos. "Ellos no andaban tapados. Los Pincheira eran una horda con cientos de tipos que andaban en el sector de Chillán. Llegaban a un pueblo y mataban a los hombres, violaban a las mujeres y después las raptaban. En la televisión, el bandido siempre tiene el arquetipo del que roba a los ricos, sin embargo, Los Pincheira reales arrasaban con poblados completos de gente pobre y los mataban".
Y agrega: "Eran realistas y asesinos, no una especie de Robin Hood. Me da la impresión que la teleserie de TVN se está planteando una visión romántica de un bandido, cosa que en el caso particular de los verdaderos Pincheira, no lo era. También me llama mucho la atención que la canción promocional haya sido encargada a La Ley. ¿Porqué no emplear música tradicional chilena ligada al campo? En cambio se apuesta por un tema pegajoso rock pop, de un grupo que se sabe vender".
El fenómeno de Hippie
Una serie de críticas hacia la adaptación de la época ha rodeado a los primeros capítulos de la nueva teleserie de Canal 13. Eduardo Santa Cruz afirma que "cualquiera que haya vivido en los sesenta sabe que en Chile no existieron los hippies. Otra cosa es que ciertas personas, básicamente jóvenes del barrio alto, adoptaran como moda ser hippie. Pero como un movimiento cultural, en nuestro país nunca se vivió, entre otras cosas, por el grado de politización que existió. No había un movimiento juvenil hippie importante que anduviera por las calles gritando No a la guerra".
Para el historiador y sociólogo, el problema radica en que en general, la industria cultural chilena no es capaz de ofrecer una variedad de discursos sobre determinadas épocas o sucesos que permitan cierta comparación. Sin embargo, comenta que la propuesta de la red privada está muy cerca de presentar aún más falencias, en relación a la historia que pretende construir o recrear.
"Hippie en algún momento debería encontrase con un contexto social-económico-político mayor. Es decir, la reforma agraria, por ejemplo, que se da en el año 1967, lo que genera un impacto y un conflicto para la sociedad chilena. Si no apareciera, habría un defecto muy grande. Si el argumento de Hippie quedara encerrado en universidad-jóvenes-familias de clase alta, sería una historia bastante trunca. Con un reconstrucción bien chata, bien estrecha".
Por su parte, el historiador Jorge Iturriaga, es más drástico todavía, al señalar que el proyecto de Canal 13 presenta un compromiso muy débil con la realidad de los años sesenta y que se desarrolla en un ambiente casi irreconocible. "En la teleserie Hippie la historia está contada sin el conflicto que había en la época, lo que se muestra más como algo anecdótico, donde importa más la vestimenta, las casas, etc. Estamos hablando de los sesenta, una etapa súper caliente, pero en Hippie no se vislumbra. De hecho, aparece un dirigente universitario sin militancia. Eso es grotesco. Todo el mundo estaba metido en política".
Además, asegura que "los pocos hippies que habían en Chile, estaban en un burbuja. La juventud chilena era bastante más tradicional, política sí, revolucionaria absolutamente, pero no hippie. Creo que hay una suerte de "yanquización" de la cultura chilena. Creo que todos los guionistas de las teleseries, lo único que hacen es ver tv cable. Como ese es su principal nutriente, ellos se imaginan unos sesenta no a la chilena, sino que a la "gringa".
En este sentido, César Albornoz también es categórico al criticar la falta de realismo y compromiso con los sucesos históricos ocurridos en Chile, durante la década de 1960. "La impresión que me dio, en relación a los spots de Hippie, es la imagen del hipismo en California. Es decir, se adaptó en un Chile de fines de los año sesenta. Hoy el país tiene una similitud mayor con Estados Unidos, pero hace cuarenta años diría que el sesenta por ciento de la población chilena tenía un proyecto precisamente para diferenciarse de EEUU".
Sin bien Albornoz admite que el fenómeno hippie sí tuvo algunos focos en Chile, asegura que fue en un muy reducido número. "Si se analiza la época, te vas a encontrar con que los hippies eran un grupo limitado de jóvenes, denostados por todos los sectores. Por la izquierda, porque eran vendidos al capitalismo y, por la derecha, porque eran enajenados y volados".
Esta especie de adaptación del fenómeno norteamericano en Chile, a la que hace referencia el historiador, se manifiesta claramente, según Albornoz, en los spots publicitarios. "La imagen que se presenta es la de Dennis Hopper y Peter Fonda en la película Busco mi destino, pero en Chile. Además se presenta una estética que, según mi parecer, tampoco se dio en Chile. La apariencia de un hippie chileno de los sesenta, era de un lolo del programa Música libre".