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Hollywood se llena de fiestas para la noche de los Óscar

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Entre las fiestas más sonadas estarán las de Demi Moore y Madonna, así como la cena de Elton John o las que organizan instituciones como la Academia de Hollywood o la revista Vanity Fair.


La noche de los Óscar tendrá este año un ambiente más festivo que en las dos últimas ediciones, marcadas por la huelga de guionistas en 2008 y la crisis económica 2009, y proliferarán los eventos posteriores a la ceremonia, informó hoy la revista Variety.

Entre las fiestas más sonadas estarán las de Demi Moore y Madonna, así como la cena de Elton John o las que organizan instituciones como la Academia de Hollywood o la revista Vanity Fair.

Hasta el próximo domingo, día de la ceremonia de la 82 edición de los Óscar, tendrán lugar más de tres docenas de celebraciones ostentosas en la meca del cine que tendrán su culminación una vez termine la gala de premios.

Cita a la que no suelen faltar las estrellas será la tradicional cena Governors Ball que dispone la Academia de Hollywood en una sala anexa al teatro Kodak justo después de los Óscar, a partir de ahí los famosos se dispersarán hacia diferentes lugares de Los Ángeles.

Una fiesta muy frecuentada es la que da cada año Vanity Fair en un hotel de Sunset Boulevard, que congrega a multitud de curiosos a la entrada con intención de ver de cerca a sus ídolos de la pantalla.

Destacará por encima de otras celebraciones la que harán conjuntamente Demi Moore y Madonna en una carpa anexa al domicilio del represantente de la cantante, Guy Oseary, en las colinas de Hollywood, así como la 18 edición de la cena de gala para ver la ceremonia de la fundación contra el sida de Elton John.

Muchos de los eventos, no obstante, serán más discretos para conseguir privacidad, tal será el caso de la fiesta a la que acudirá el equipo de la coproducción hispano-peruana «La teta asustada» o los españoles del cortometraje animado «La dama y la muerte».

La meca del cine recuperó el ambiente festivo después de dos años en los que se moderó el gasto en celebraciones debido a la huelga de guionistas de 2008, que estuvo a punto de trastocar la gala de premios, y el clima de crisis económica que se vivió en 2009 y que parece haber quedado atrás en Hollywood.

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