A la actualizada Apple TV, que fue presentada esta semana, hay que sumar la esperada venta de productos como Revue -el adaptador para Google TV- o su competidor Boxee Box, que saldrán a un mercado que sigue buscando una fórmula eficaz para contagiar al pasivo telespectador el espíritu inquieto del internauta.
Tras años de tímidos intentos, las compañías tecnológicas han decidido apostar fuerte por la integración de internet en los televisores con el lanzamiento este otoño en EEUU de novedosos dispositivos para interactuar con la «caja tonta».
A la actualizada Apple TV, que fue presentada esta semana, hay que sumar la esperada venta de productos como Revue -el adaptador para Google TV- o su competidor Boxee Box, que saldrán a un mercado que sigue buscando una fórmula eficaz para contagiar al pasivo telespectador el espíritu inquieto del internauta.
Hasta la fecha, los interesados en disfrutar de contenidos web mientras ven la tele han podido hacerlo adquiriendo alguna de las caras pantallas planas con aplicaciones de internet o comprando dispositivos que hacen de puente entre los dos universos como Roku XR, Tivo o Apple TV.
Sin embargo, ninguno de estos aparatos permite navegar libremente por la red y se limitan a ofrecer acceso a un determinado número de contenidos como YouTube, Flickr, Facebook o canales de alquiler de películas y series como Netflix y Amazon VoD.
Un vacío que pretende llenar Google con su servicio Google TV que estará disponible incorporado a los televisores de Sony o a través de la caja módem Reveu fabricada por Logitech, cuyo precio estimado podría rondar los 200 dólares.
La plataforma Google TV, además de incluir las aplicaciones mencionadas, está pensada para navegar en la red desde el televisor mediante Google Chrome igual que si se usara un ordenador, misma filosofía que siguen los creadores de Boxee, un software para ver series y películas en internet, que desarrollaron la Boxee Box.
Ese dispositivo, valorado en 199 dólares y que verá la luz en noviembre, se anunció como el que tendrá mayor conjunto de aplicaciones para visionado de contenidos disponibles en la red, además de servir para navegar por internet.
La nueva Apple TV presentada el miércoles por el consejero delegado de esa empresa, Steve Jobs, buscará otro enfoque menos ambicioso en términos de interacción, pero más simple de manejo y económico, 99 dólares.
El aparato llegará a las tiendas en EEUU en octubre con la idea de convertirse en un videoclub casero con tarifas competitivas y acceso a algunas aplicaciones de internet, una oferta parecida a la que incluye actualmente Roku XR, que se mueve en la misma franja de precio.
Será cuestión de tiempo saber qué visión termina por convencer al telespectador, la más interactiva de Google o la más práctica de Apple, un pulso comercial que está llamado a modificar en mayor o menor medida la forma en la que se consume televisión.
Actores clave en esta carrera tecnológica son los proveedores de contenidos, principalmente las grandes cadenas de televisión y los estudios de Hollywood, que desde la llegada de internet han visto menguar sus ingresos, especialmente en ventas de DVD, un área de negocio que sufriría aún más.
Esta semana Steve Jobs aseguró que con la nueva Apple TV se podrán alquilar capítulos de series en emisión por 99 centavos cada uno, 2 dólares menos del precio en la actual Apple TV, aunque sólo los estudios Disney y Fox han aceptado esas condiciones, mientras muchos consideran que se devalúa en exceso el precio del producto.
La irrupción masiva de internet en la televisión podría condicionar también los acuerdos entre los estudios y las empresas que distribuyen televisión por cable y satélite, que pagan por emitir unos contenidos que luego las cadenas cuelgan gratuitamente en sus páginas web.
En ese sentido, plataformas como Hulu.com, que ofrece en internet para EEUU una amplia gama de series y películas de forma legal, ha llegado a impedir su acceso desde buscadores pensados para ser usados en la pantalla de la televisión, como Kylo.tv o el propio Boxee, que pretenden fusionar internauta y telespectador.