“Es un tema de derechos humanos, de democracia, de reconocimiento de un pueblo”, dijo a El Mostrador TV el director de la entidad, Ricardo Brodsky. Para ello espera reunirse y conversar con organizaciones indígenas que tengan proyectos sobre el tema.
El recién asumido director del Museo de la Memoria y Derechos Humanos, Ricardo Brodsky, está lleno de proyectos e ideas para potenciarlo. Así lo manifestó en entrevista con El Mostrador TV.
Los primeros días de mayo, Ricardo Brodsky asumió la dirección del Museo de la Memoria y DDHH, y la misión que se le encomendó marca una nueva etapa “de mayor despliegue, presencia pública y apertura hacia el mundo que no conoce el tema de las violaciones de derechos humanos”.
Dentro de esta apertura pretende impulsar el tema mapuche que, a su juicio, cobra especial relevancia en estos tiempos. Y es que como él mismo reconoce “es un tema de derechos humanos, de democracia, de reconocimiento de un pueblo”. Por lo que “pretendo abrirle un espacio, a través de exposiciones, muestras y eventos”. Para ello espera reunirse y conversar con organizaciones indígenas que tengan proyectos sobre el tema.
Esto, principalmente, porque siente que en el museo falta un espacio de exposición permanente para este tema que no deja de ser sensible. “Hecho de menos un tratamiento específico al tema mapuche durante la dictadura. Hay detenidos, asesinados y sobre todo, hay una política -que tiene que ver con las tierras indígenas- que se aplicó durante el tiempo de la dictadura que destruyó, en gran medida, la organización social y humanitaria del pueblo mapuche”, argumentó.
Pero ese no es su único objetivo ya que también pretende crear instancias de reflexión de futuro, y que como él mismo reconoce espera impulsar a que “el museo tome riesgos”.
Por otra parte, en el marco de la celebración mundial del Mes de los Museos, el de La Memoria y los Derechos Humanos, destacó de su colección un caballito de mar. Brodsky explicó que la pieza fue seleccionada, entre las muchas que posee la colección estable, porque “los presos en los lugares de detención, de tortura, estaban generalmente con los ojos vendados, cuando iban al baño, se las soltaban o sacaban y lo que veían era la ornamenta de un caballito de mar”.
Con el paso del tiempo esta figura fue, agregó, simbolizando algo bello en medio de ese infierno y los detenidos en distintos lugares lo empezaron a reproducir hasta covertirlo en un mensaje que representaba la esperanza, “que la vida no era tan mala como ellos la estaban viviendo”, y terminó convirtiéndose en “una pieza de artesanía carcelaria”.
Ricardo Brodsky también subrayó el interés del Museo por contribuir a que las nuevas generaciones conozcan la etapa de la historia de Chile entre los años 1973 y 1989. Para ello, explicó, “estamos trabajando material de apoyo a los profesores para trabajar el tema de manera más atractiva”, también realizan visitas guiadas a estudiantes de manera de explicarles lo que van encontrando en su recorrido por el museo.
Así las cosas, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos está comenzando una etapa de mayor actividad pública para lo que han organizado múltiples actividades como coloquios, seminarios, y muchas otras a las que puede asistir público en general. De hecho, está programado un seminario abocado exclusivamente al tema de la mujer.