Para Amanda Seyfried, que da vida a Linda Lovelace, y que también está presente en esta 63ª edición del Festival Internacional de Cine de Berlín con «Les Misérables», esta película ha supuesto en su carrera «un punto de inflexión».
El porno regresó hoy por segundo día consecutivo a la Berlinale de la mano de «Lovelace», basada en la vida de la actriz que protagonizó «Deep Throat», y que cuenta con una sorprendente Sharon Stone, ausente en Berlín, por lo inesperado de su papel.
Para Amanda Seyfried, que da vida a Linda Lovelace, y que también está presente en esta 63ª edición del Festival Internacional de Cine de Berlín con «Les Misérables», esta película ha supuesto en su carrera «un punto de inflexión».
«Quería sumergirme en la vida de otra persona. Creo que tuvo una historia fascinante, quería ser Lovelace», afirmó la actriz en una rueda de prensa.
Reconoce que aparecer ligera de ropa era algo necesario para su papel, pero que no le causó ningún miedo, pues confiaba plenamente en el equipo y se sintió «muy cómoda» con Peter Sarsgaard, quien en el filme encarna a Charles «Chuck» Traynor, el hombre que introdujo a Lovelace en la industria del porno y se convirtió en su marido.
Para preparar su papel no le faltó material, aseguró Seyfried, además de la película «Deep Throat», «que también es interesante de ver», subrayó.
La vida de Lovelace, educada en el seno de una familia religiosamente conservadora, cambia con 21 años cuando conoce a Chuck y se convierte de la noche a la mañana en la protagonista de una cinta que supuso el nacimiento del «porno-chic» y en ejemplo de la revolución sexual.
La inocente Lovelace acepta de buen grado su nueva identidad, pero no tarda en conocer el lado oscuro de la industria pornográfica y sobre todo de su marido, lo que hace que finalmente se convierta en una activista antipornografía.
Lovelace, maltratada por su marido, «fue de gran ayuda al poner sobre la mesa en los años ochenta» el tema de la violencia doméstica, señaló Seyfried, quien resumió su participación en este filme como «una experiencia genial».
«Creo que todos tenemos un lado de luz y otro de oscuridad y este hombre tenía mucho de oscuro», resumió Sarsgaard la personalidad de su personaje, Chuck, que además de marido y representante de Lovelace, también se convirtió en su proxeneta.
Según Jeffrey Friedman, codirector de «Lovelace» junto a Rob Epstein, la cinta no pretende ser una «declaración firme» en relación a la industria pornográfica, sino más bien «un homenaje a otra película», que supuso un «gran descubrimiento» al crear «una experiencia pornográfica en un espacio público».
«El desafío para nosotros era crear este mundo donde el porno es algo especial», subrayó.
Para Epstein, «Lovelace» es claramente una película «muy feminista», como demuestra el final mismo, «cuando Linda encuentra su propia voz, su propia fuerza», pues «ahí es donde empieza el próximo capítulo de su vida».
De hecho, puntualizó Friedman, Lovelace «descubrió primero su sexualidad y luego su propia voz».
En tanto, Sharon Stone, con papeles eróticos en su haber en filmes como «Basic Instinct» o «Sliver», sorprende al encarnar en una cinta como «Lovelace» a la madre de Linda, una mujer religiosa y conservadora que considera que el papel de una esposa es satisfacer y escuchar a su marido.
Según Friedman, estaba claro que querían trabajar con Stone, «porque es una gran actriz y podía aportar algo inesperado al papel» como madre de Lovelace.
«Tuvimos una cena con Sharon, hablamos sobre su papel y estaba emocionada y entusiasmada e hizo un trabajo brillante», agregó Epstein.
También participó en la rueda de prensa para defender la cinta, que se proyecta fuera de concurso en la sección Panorama, James Franco, quien en «Lovelace» encarna en un papel secundario a Hugh Hefner, el fundador y editor jefe de la revista «Playboy» e icono y defensor de la revolución sexual.
Franco está presente en la Berlinale, además, con otras dos cintas, también en la sección Panorama: «Interior. Leather Bar» y «Maladies».