Publicidad

«El lado bueno de las cosas»: Pienso positivo

Publicidad

En esta comedia romántica con trazos de drama y que postula a varios premios Oscar, nos encontramos ante personajes con serios problemas mentales, pero con algo en común: buscan el amor y la felicidad, aunque para ello haya que tropezar varias veces. Si bien pudo ser más corrosiva, es una encantadora película, con protagónicos de gran carisma, y que realza la ternura y la mirada positiva de la vida. Una película ideal para salir del cine con una generosa y genuina sonrisa, y el ánimo bien arriba.


El profesor Pat Solatano (Bradley Cooper) quien acaba de salir de una institución mental a la que fue a parar por enloquecer hace casi un año, vuelve a casa y busca retomar su vida normal, incluyendo su relación marital, con la filosofía de que las cosas pueden salir bien y tener un final feliz.

Un par de veces nos lo recuerda y también lo mencionan otros personajes de “El lado bueno de las cosas”, por lo que el propio guión nos adelanta hacia dónde se dirige: que Solatano logre controlar su bipolaridad y encauce positivamente su vida.

Podríamos decir, entonces, que se trata de una película predecible. Y es cierto: en buena medida podemos adelantar el final, porque el relato se va construyendo sobre la base de sucesos que nos sugieren que el protagonista se reencontrará con el amor, al final de cuentas el motivo principal de prácticamente todos los personajes relevantes de esta historia.

Ello, sin embargo, no le resta méritos a “El lado bueno de las cosas”. No lo hace porque, si bien es una comedia obediente con los tópicos de este género (un romance que pasa por varias vicisitudes o que se concreta con mucha dificultad, personajes secundarios algo extremos, la disyuntiva entre dos amores), tiene algo que muchas cintas ya se quisieran: encanto.

Encanto que reside en los protagónicos, Solatano y Tiffany (Jennifer Lawrence), la hermosa y sincera vecina del barrio donde viven los padres del profesor, quien también sufre de problemas mentales, los que estallaron tras quedar viuda. Hay veces en que a ambos los quisiéramos lejos, debido a sus arrebatos y su carácter algo conflictivo, pero a medida que pasa el tiempo nos encariñamos con ellos porque son honestos, apasionados y simplemente quieren amar y ser amados. Aspectos que los hacen mucho más entrañables que los adultos sin aparentes dificultades mentales.

Lo mismo sucede con Pat padre (Robert de Niro), un empedernido apostador casero y obsesivo seguidor de un equipo de fútbol americano, que incluso tiene prohibido el ingreso al estadio de su equipo debido a un episodio de violencia. Él, majadero en su creencia en las cábalas, también busca el amor, el de su hijo, con quien no ha logrado comunicarse bien en este último tiempo.

En la contraposición de estos personajes al borde con quienes no manifiestan esta clase de problemas, radicaba una gran oportunidad para el relato: ahondar en el cinismo y los acomodos de la mayoría de los adultos, pero este filón dramático es apenas esbozado y ciertos caracteres son dibujados a brochazos, como Ronnie, el amigo de Pat que vive un presente aparentemente feliz.

El director, el eficiente David O. Russell (“Tres reyes”, “El luchador”), privilegia la comedia, sin adentrarse mayormente en la crudeza de ciertas personalidades y situaciones originadas por éstas. Pudo ser más corrosivo, quizás, pero aun así nos queda el dulce sabor de una comedia bien filmada (muy buenos los movimientos de cámara para dar cuenta de la inestabilidad emocional del protagonista), divertida, tierna, con una encantadora actuación de Jennifer Lawrence y que remata en forma original la historia central de amor. Una película ideal para salir del cine con una generosa y genuina sonrisa, y el espíritu bien arriba.

Película: “El lado bueno de las cosas”.
Año: 2012.
Duración: 122 minutos.
Dirección: David O. Russell.
Reparto: Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Robert de Niro, Jacki Weaver, Chris Tucker, John Ortiz, Julia Stiles y Anupam Kher.
Todo espectador.

Trailer subtitulado:

Publicidad

Tendencias