Basada en una novela del autor de Moby Dick, Herman Melville, la historia fue llevada a los escenarios a mediados del siglo pasado por Benjamín Britten, quien en clave homosexual nos presenta la lucha entre el bien y el mal y la represión al “distinto”.
“¿Quién en el arco iris puede trazar la línea donde termina el violeta y comienza el anaranjado? Vemos claramente la diferencia de colores, pero, ¿dónde exactamente, se confunde el primero con el segundo?…»
La cita pertenece al libro «Billy Budd, marinero», del estadounidense Herman Melville, y corresponde a una novela corta que el autor escribió en 1889, pero que fue publicada de manera póstuma en 1924.
Y es en base a este libro, que plantea los límites difusos entre el bien y el mal, entre lo correcto e incorrecto, o entre la locura y la cordura, que el inglés Benjamín Britten, el compositor más importante de su país en el siglo XX creó su ópera más ambiciosa en 1951, “Billy Bud”.
Y a propósito de que este mes se cumplen 100 años desde su nacimiento, es que el Teatro Municipal de Santiago trae esta ópera a Chile en un afán de salir de lo clásico para apostar por lo contemporáneo.
Para la obra se ha creado una puesta en escena hiperrealista que, a través de modernos recursos audiovisuales (como proyecciones en 3D), promete embarcar a la audiencia en el viaje de «El Indomable».
La acción transcurre a bordo del «Indómito» en el verano de 1797, durante las guerras napoleónicas, cuando comenzaban a producirse motines en las embarcaciones del Imperio Británico a raíz de las nuevas ideas propulsadas por la Revolución Francesa.
En este escenario, el marinero Billy Budd, un muchacho ingenuo y lleno de buenos propósitos, se enfrenta al envidioso y sádico capitán de armas John Claggart, quien acusa a Billy de tendencias rebeldes y de incitar a un motín, por lo que el capitán del barco, Edward Vere, quien narra la historia, los reúne para que expongan su caso, pero el marinero, quien es tartamudo, tiene dificultades para expresarse y reacciona golpeando y dando muerte accidentalmente a su acusador. El capitán sabe de la inocencia de Billy, pero asegura que todos ellos se deben aun código de conducta y a las leyes del mar, independiente de su moral privada. Así, impone al consejo de guerra la horca para el acusado.
En esta historia confluyen un sinnúmero de conflictos humanos que la sociedad ha debido enfrentar hasta nuestros días. El tema de la autoridad, el abuso de ésta, el límite entre lo legítimo e ilegítimo, el conflicto entre ley y justicia y el doble discurso moral que condena a muerte a un inocente, son aspectos que Benjamín Britten también ha querido abordar al adaptar esta novela a la ópera.
“ Como en toda obra de Melville, Billy Bud es una parábola bíblica en donde hay una especie de ángel y un demonio, y esta lucha entre el bien y el mal es dirimida por un hombre quien en este caso es el capitán”, cuenta Marcelo Lombardero, director de escena.
Esta obra, a diferencia de la ópera clásica no presenta una historia de amor convencional, está escrita en tono masculino y en clave homosexual.
“Tanto Britten como los libretistas eran homosexuales. Es una obra cantada íntegramente por hombres, no hay personajes femeninos, no hay historias de amor como las que normalmente están retratadas en la ópera clásica. Claramente hay algo alegórico también. En toda la obra de Britten hay una especie de alegoría que trata de representar la estigmatización del distinto, la represión al diferente, por su propia condición”, señala Lombardero.
Britten comenzó a trabajar en el libreto en 1948, junto a Edward Morgan Forster y Eric Crozier, al mismo tiempo que el italiano Giorgio Federico Ghedini estrenaba su propia versión de la novela en un acto en Venecia.
Originalmente la obra de Britten consistía en cuatro actos, pero en 1964 la abrevió a dos, versión considerada más efectiva desde el punto de vista dramático. Su estreno se realizó en el Covent Garden de Londres el 1 de diciembre de 1951, bajo la dirección musical del propio compositor, y aunque tiene todos los elementos de una ópera convencional (arias, dúos, tríos, ensambles, recitativos), el músico tomó esos recursos y creó una obra en claves modernas, con una profunda compenetración entre el lenguaje y la música.
Britten escribió obras sinfónicas, conciertos, música de cámara y canciones, pero fue la ópera la que lo ha posicionado como uno de los compositores más importantes del siglo XX. Se señala además que su vida fue una verdadera cruzada por la paz, y que Billy Budd sería la obra que resume muchas de sus ideas. Y dado que e este año se cumplen 100 años desde su nacimiento, el Teatro Municipal de Santiago ha querido sumarse a la celebración con esta obra, para la que contará con dos artistas que ya han incursionado en el repertorio del inglés, se trata del barítono estadounidense Craig Verm, quien interpretará al jove Billy Budd, y del tenor canadiense Roger Honeywell, elogiado por la crítica norteamericana por el “carácter heroico” de su voz, quien personificará al atormentado Captain Vere. Se sumará a ellos el bajo alemán Andreas Bauer, miembro estable de Ópera Estatal de Berlín, y quien adoptará el rol del maquiavélico John Claggart.
Se presentarán además figuras como Leonardo Neiva, Arttu Kataja y Homero Pérez-Miranda, junto a la Orquesta Filarmónica de Santiago, las voces masculinas de Coro del Teatro Municipal y 12 niños del Coro de The Grange School.
Todos ellos serán dirigidos por el brítánico David Syrus, conocedor desde hace más de cuarenta años de la obra de Britten, y de quien señala: “Revitalizó la música desde el punto de vista del lenguaje, que es lo que impulsa a la ópera. Ése fue el centro de las reformas de Gluck y Wagner y, en el caso de Britten, fue el uso del inglés, su forma de percibirlo y de conseguir replicar auténticamente la declamación del idioma. La musicalización de las palabras por parte de Britten es lo que hace que estas óperas sean verdaderamente nuevas y originales”.
La dirección de escena estará a cargo del premiado regisseur argentino Marcelo Lombardero, el que contará con sus habituales colaboradores: Diego Siliano en la escenografía, Luciana Gutman en vestuario y José Luis Fiorruccio en la iluminación.
En el resto del mundo también habrá una activa participación en torno a la figura del compositor inglés, así, alrededor de dos mil representaciones de su obra se llevarán a cabo en cerca de 50 países.
En nuestro país, la presentación contará además con la coproducción del Teatro Argentino de La Plata, y se realizarán diferentes actividades de difusión y acercamiento a la obra de Britten, tanto en el Teatro Municipal como en el Centro Cultural Gabriela Mistral, a través de conferencias y transmisiones en blue ray de algunas de sus óperas.
Las presentaciones serán los días 19, 21 y 26 de agosto a las 19:00 hrs. Y el 24 de agosto a las 17:00 horas.