TeatroCinema reflexiona sobre una sociedad donde sólo importa el dinero. Laura Pizarro, actriz fundadora de la compañía, explica que la obra es una especie de espejo que revela que en nuestra sociedad contemporánea perdimos nuestra individualidad para convertirnos en una masa inconsciente, manejable, «una masa después del shock».
Tras el éxito de “Sin sangre” y “El hombre que daba de beber a las mariposas”, la compañía TeatroCinema cierra en grande su primera trilogía con “Historia de amor”, un relato sobre una mujer que se va a vivir con su violador, con una puesta en escena jamás vista de teatro-cómic.
Basada en la novela del francés Regís Jauffret, “Historia de amor” versa sobre la difusa frontera entre razón y locura para reflexionar sobre el lado oscuro del amor con la historia de un hombre (Julián Marrás) que se obsesiona con una mujer (Bernardita Montero), lo que genera una relación de sometimiento y maltratos psicológicos y físicos en el marco de una estética de cómic que despliega sin parar varias viñetas de historietas. TeatroCinema, fundada por ex miembros de La Troppa, presentará la obra en el Teatro NESCAFÉ de las Artes (Manuel Montt 032) del 12 al 15 de septiembre a las 20:30 horas, excepto el último día (19:00 horas).
“Historia de amor” –vista ya por 9.500 personas- cierra la trilogía de la célebre compañía chilena, sobre amor y desamor, comenzada en 2007 con “Sin sangre” para luego seguir en 2010 con “El hombre que daba de beber a las mariposas”, cuya mezcla de composiciones digitales, filmaciones y animaciones en 2D y 3D, más escenografía, iluminación y música, generan una experiencia de alto impacto intelectual y sensorial.
“La obra es una alegoría al abuso, pero no sólo de ese tipo de abuso”, explica Laura Pizarro, actriz fundadora de la compañía. “Queremos plantearnos hasta donde el individuo en esta sociedad contemporánea ha perdido su facultad de ser único y su valor en sí. Pasamos a ser una masa, una masa inconsciente de un montón de cosas, una masa manejable, una masa después de un shock” a la cual se le puede hacer cualquier cosa, dice.
Se trata, entonces, de una obra que tiene que ver con el poder, la impunidad y “una sociedad que se arma después de un gran shock, y los resultados que hay”, una sociedad “que nos hace ser más fragmentados, más estúpidos, más ignorantes, y donde lo único que vale es el dinero”.
Pizarro destaca que el guión ya incluía una parte visual (storyboard), lo que permitió que los ensayos se realizaran teniendo éste como referencia. Un trabajo muy similar al cine, tal como dice el nombre de la compañía.
“Es una narración cinematográfica”, afirma. “Ya desde los inicios de La Troppa nos vimos enfrentado a un tipo de narración que llamamos ‘la acción poética” o ‘un mundo de imagen’ que era parte de la acción dramática”, asegura. “Desde ‘Pinocchio’ hay juego de planos, todo mecánicamente”, recuerda para explicar cómo su trayectoria ha desembocado en el mundo audiovisual.
Con “Historia de amor” “comenzamos a entender que también es una manera de hacer teatro, o teatro cinema, que tiene que ver con la luz. Todo es luz. Luz son las pantallas, las proyecciones teatrales, luz son las proyecciones de adelante… todo pasa a ser un trabajo de luces para narrar una historia. Lo que hacemos a nivel teatral es único a nivel mundial, y eso hay que destacarlo”.