Producida por los músicos chilenos Miryam Singer y Eduardo Browne, la obra “Così Fan Tutte”, considerada como una de las óperas más luminosas del compositor vienés, será presentada desde el 29 de agosto hasta el 8 de septiembre en el Teatro Municipal de Las Condes.
Così Fan Tutte, también traducida como Así hacen todas, o en ocasiones presentada como La escuela de los amantes, es un drama que, en tono de humor, pone en evidencias las contradicciones morales de su tiempo, y si bien su estreno en Viena en 1790 no escandalizó al público, sí provocó el rechazo en varios países durante el siglo XIX y parte del siglo XX, siendo declarada como obra non grata en algunos de los principales escenarios del mundo.
Durante este periodo fue escasamente representada, y en varias ocasiones sufrió la censura de escenas y textos suyos considerados ofensivos.
La obra, además de las polémicas causadas con posterioridad, tampoco logró ser lo suficientemente valorada en algunos círculos musicales; de hecho Beethoven la consideró siempre una frivolidad, y Wagner afirmó que para un libreto tan malo, no puede escribirse nunca una música buena. Pero con el tiempo ha sido destacada por diversos creadores como una de las composiciones más bellas y luminosas de Mozart.
Los productores de ésta ópera, género musical que por primera vez será presentado en el Teatro Municipal de Las Condes, son dos músicos chilenos de dilatada y reconocida trayectoria: Eduardo Browne, a cargo de la dirección de orquesta, y la soprano Miryam Singer, quien se ocupará de la dirección de escena, escenografía, vestuario e iluminación.
Ambos poseen una vasta experiencia tanto en el repertorio de Mozart como en la ópera. De hecho el estreno en el género del director musical fue con esta misma obra en 1995, en el Teatro Municipal de Santiago. Por otra parte, la soprano y actualmente profesora de ópera, regisseur, diseñadora y productora, tuvo su debut en el canto lírico también con Mozart, en 1984, claro que en aquella ocasión con el Réquiem.
Para Miryam Singer, la obra operística del genio austriaco es particularmente apreciada por los intérpretes del estilo: «Mozart es un compositor amado por todos los cantantes…. él escribe de manera muy amable con las voces, se ocupa mucho de que la voz humana sea tratada en forma armónica… por eso yo uso mucho su música para mis alumnos, y creo que un cantante que puede interpretar a Mozart puede interpretar cualquier otra cosa», asegura.
Respecto de Così Fan Tutte, la directora de escena no sólo ha estado a cargo de su producción en varias ocasiones, sino además, en su etapa como cantante lírica interpretó a dos de sus personajes en el Teatro Municipal de Santiago.
En cuanto a la poco entusiasta recepción de esta ópera por parte de posteriores músicos, la regisseur opina: «El siglo XIX no fue un siglo amante de Mozart, hay que admitirlo… Mozart es un compositor clásico, por lo tanto su orquestación es delicada, transparente, no requiere de grandes masas de instrumentos, y en el siglo XIX la tendencia fue inversa, por lo tanto, es muy probable que en alguna medida la moda no haya sido muy auspiciosa con la música de Mozart en general, y en particular, con esta ópera no se supieron apreciar sus virtudes musicales y dramáticas». Respecto de esto último, plantea: «Yo creo que Mozart y Lorenzo da Ponte (responsable del libreto) eran personas de inteligencia superior, con un sentido del humor muy refinado, y con una visión de mundo bastante adelantada para la época. Ellos utilizaron esta temática, bastante ofensiva para algunos, para representar una farsa social.»
La historia, según algunas fuentes basada en hechos reales, ocurre en Nápoles, al interior de una casa burguesa en donde viven dos hermanas, las que además están comprometidas con dos jóvenes pertenecientes también a la burguesía local. Pero su tutor, quien las visita de vez en cuando, desea probar la ligereza del alma femenina y apuesta con los novios de éstas que bastan 24 horas para inducir a las jóvenes a la traición.
Pronto el juego picaresco se convertirá en algo serio, revelando que sus protagonistas no contaban con un principio ineludible de la psiquis humana: el que engaña y traiciona será engañado, y traicionado por partida doble.