Esta ópera es una adaptación especial para el público infanto-juvenil, en la que se conjugan reconocibles melodías, una puesta en escena de categoría internacional y una historia que relata con gran comicidad un triángulo amoroso y una mágica pócima de amor que en realidad no es más que un vino común y corriente.
Graciosos personajes –un inocente conquistador, una caprichosa hacendada, un descarado sargento y un astuto y charlatán vendedor ambulante–, un triángulo amoroso y una mágica pócima de amor –que en realidad no es más que un vino común y corriente– dan vida a una de las óperas cómicas más representadas del mundo. Se trata de El elixir de amor, de Gaetano Donizetti que, con su partitura de excelencia, gran frescura y reconocibles melodías, se ha convertido en la obra ideal para captar nuevas audiencias o, dicho de otro modo, para encantar a los niños en su primer acercamiento al género.
El elixir de amor es la última ópera de la temporada y del Pequeño Municipal 2013, en una adaptación especial para el público infanto-juvenil. Se trata de una versión de una hora que estará a cargo de la Orquesta y el Coro del Pequeño Municipal y de talentosos solistas, que contará con la dirección musical de Pedro Pablo Prudencio y Rodrigo Navarrete como repositor de la versión del régisseur Filippo Crivelli.
«El formato que se usó este año en ópera en el Pequeño Municipal creció en un 300%. Antes se hacía una producción especial para eso. Era con piano sobre el foso y ahora se usa la escenografía de la mismo a temporada, se utiliza el mismo vestuario; lo único que varía es la extensión de la obra. El relato no pierde continuidad porque tiene sobretítulo y el narrador va uniendo lo que no se hace con narración. En algunos casos hacen una pequeña pantomima con los personajes en escena para mostrar lo que se está quedando fuera, así no se pierde la idea dramática original», cuenta Navarrete, quien dirigió también para niños la ópera El Barbero de Sevilla.
«Realizar una ópera para el Pequeño Municipal es más complicado que para el público tradicional. Porque de partida la versión para niños se debe adaptar eliminando partes de la versión original. Debes reducir una obra maestra y ya eso te pone ante una encrucijada muy compleja. Después hay que plantearse cómo se muestra, porque es para niños y se necesita crear algo que mantenga la atención de ellos. Hay que pensar muy bien qué se deja y qué se saca para que la obra no pierda su estructura musical y que la trama se entienda», señala el director.
¿Cuán importante crees que son estas iniciativas para crear nuevas audiencias?
Mientras más hayan mejor. Con esto es probable que se estén generando futuros músicos o cantantes o escenógrafos. La recepción de un público infantil ante estas obras es muy buena y también muy diferente a la respuesta de un adulto, porque los niños comentan más y se ríen más. También no tiene tantos tapujos. Si ven algo gracioso se ríen con todas sus ganas, es una reacción más espontánea.
Éste es un espectáculo real, lo que se ve en escena es real, las personas, la escenografía. La ópera es un espectáculo especialmente mágico que conjuga muchas cosas: la actuación, la música, el canto, a veces el baile, la arquitectura en los escenarios, la pintura, el vestuarioy la iluminación. Voy a dar un ejemplo que pudiera ser burdo: no es lo mismo ver un clásico de fútbol como Barcelona contra Real Madrid por la pantalla que estar viéndolo en vivo. Me sumo a lo que dicen de la ópera: “el espectáculo más completo de todos los tiempos”, porque reúne muchas ramas de las artes, y hoy en día se le han agregado muchas cosas como proyecciones o actos circenses. Es un espectáculo que puede constantemente con el paso del tiempo ir actualizándose e incorporando nuevos medios.
Ambientada en una colorida aldea campesina, esta producción de El elixir de amor, original del ingenioso régisseur Filippo Crivelli –que será remontada por Rodrigo Navarrete– y los diseñadores Germán Droghetti y Ramón López, contará con dos excelentes elencos de portentosas cualidades líricas y actorales. Encabezarán el reparto internacional Jennifer Black –soprano estadounidense que ha cantado en escenarios como el MET junto a estrellas como Anna Netrebko, Natalie Dessay y Juan Diego Flórez–, Ji-Min Park –tenor coreano que ha actuado en importantes escenarios como la Royal Opera House, el Capitôle de Toulouse, el Covent Garden y La Fenice de Venecia– y Pietro Spagnoli –barítono italiano experto en repertorio de Donizetti y cómico, cotizado por los teatros más importantes del mundo y recordado por el público nacional por su participación en La italiana en Argel y otras producciones en el Municipal. Ellos cantarán los roles de Adina, Nemorino y Dulcamara, respectivamente, roles que en el reparto estelar serán personificados por Pamela Flores, Anton Rositskiy y Sergio Gallardo.
El Teatro Municipal de Santiago ofrecerá siete funciones de este título entre el miércoles 30 de octubre y el sábado 9 de noviembre.