Se trata de un colectivo británico que anima basureros, bancos, grifos, puertas y árboles a punta de graffitis y ojos inflables. También suelen hacer aparecer de las ventanas de los edificios tentáculos de pulpos gigantes. Por estos días han atacado con cohetes inflables la Estación Mapocho y han inflado un tentáculos que sobresalen del edificio. Además han instalado una enorme brocha gorda que chorrea pintura sobre el techo del GAM. Es parte de su repertorio de esculturas gigantes inflables.
Así luce el GAM por estos días. Una brocha gorda gigante inflable que chorrea pintura sobre su techo, obra de Filthy Luker, un dúo de artistas callejeros compuesto por los ingleses Luke Egan y Pete Hamilton, invitados internacionales a la segunda versión del festival Hecho en Casa, evento de intervenciones callejeras que por esta semana se dejan ver por Santiago y concita la atención de los atribulados transeúntes.
Filthy Luker se hizo famoso por apostar por los elementos inflables para crear su propio estilo dentro del arte urbano y de paso atacar la normalidad de las ciudades con apariciones espontáneas y públicas que actualmete realizan por diversas partes del mundo desde 1996. Según consta en su página, su trabajo callejero está dividido en tres modalidades: “Art Attacks”, “Manifestations” y “Street Life”.
“Art Attacks”comprende las esculturas inflables, como es el caso de la brocha en el Gam. “Manifestations” tiene una intención didáctica y consiste en usar animales disecados o inflables para reproducir el ambiente en donde éstos vivían y de paso los niños aprender de su existencia. Fue así como en Salamanca, en 2008, montaron el fondo del mar en un barrio. Los transeúntes podían cruzarse con cardúmenes de peces gigantes voladores inflables, con medusas, con autos como corales, en un ambiente lleno de burbujas. Y “Street Life” corresponde a la animación de basureros, bancos, grifos, puertas y árboles que realizan a punta de graffitis y ojos inflables.
Su trabajo partió en Bristol, en principio de manera clandestina e ilegal (realizaban sus intervenciones de noche para no ser sorprendidos por la policía) para luego ser reconocido y solicitado por otras ciudades de Inglaterra. De ese tiempo primero recuerdan: “Uno de los mejores momentos de nuestras intervenciones consistía en ver a los policías reír a carcajadas en lugar de correr a detenernos”, comentó a El País . También han presentado su arte en el Festival de Glastonbury (de artes escénicas) e incluso en el Cirque du Soleil.
Definen sus obras como “chistes llevados demasiado lejos”. Y parece que no la pasan mal, pues el humor es su punta de lanza en su cruzada por revolotear con arte y espíritu lúdico el gallinero del espacio público. “Nosotros consideramos que al hacer nuestros trabajos lo estamos pasando bien de una forma seria. También nuestro trabajo es para diferentes edades y el humor nos permite llegar más fácilmente a más gente. Logra imprimirle un factor sorpresa más atractivo para las personas. Los inflables es un recurso que utilizamos porque no es serio, entonces hacer arte con inflables le da un elemento de movilidad a la figura” explica Egan.Afirma que escogió poner una brocha de pintura en el techo del GAM porque considera que es un símbolo de la pintura, el graffiti y el arte callejero.
Otra de sus típicas instalaciones son los cohetes o lápices en los techos de edificios, tal como desde ayer se pueden observar en el techo del Centro Cultural Mapocho, que ha resistido el ataque de unos cohetes inflables. También por ahora a la vieja estación de trenes se la ve asediada por un pulpo gigante, donde sobresalen unos tentáculos del techo, otra de sus usuales esculturas inflables. En otras ciudades han hecho aparecer los tentáculos desde las ventanas de los edificios. Asimismo, acostumbran a intervenir los parques enterrando ovnis en ellos.
En Manchester el año pasado llevaron a cabo una intervención inédita en la que el público podía interactuar directamente con ésta: se trató de la recreación del juego “Space Invaders”. Los transeúntes podían jugar por minutos a acabar con los alienígenas (había un botón de disparo y controles) teniendo como pantalla una de 17 m de alto, que estaba puesta sobre la fachadas del municipio de esa ciudad inglesa, visible a varios metros de distancia. Los ovnis del juego fueron hechos a base del reciclaje de barreras, conos de tránsito, cables y vallas, y los aliens fueron iluminados con luces LED. De noche los transeúntes de Manchester disfrutaron de este espectacular clásico juego en versión gigante.
“Nosotros comenzamos haciendo figura abstractas, grandes figuras que buscaban mostrar la cultura de ‘Hazlo tú mismo’, y a la gente le gustaban estas figuras porque tenían que inventar sus propias explicaciones de qué se trataba. Con el tiempo comenzamos a hacer cosas más figurativas que lograran tener una interacción con el lugar donde se instalaban, un poco como side especific, y nos gustó esta veta como más juguetona de la intervención urbana. Pasaron a ser como bromas gigantes, elementos sorpresas que aparecían en medio de la ciudad y es lo que hemos mantenido hasta ahora en nuestro trabajo, ya que nos ha funcionado mucho mejor que el trabajo abstracto, señala Hamilton.