Los montajes se presentarán entre el lunes 14 y el sábado 18 de enero de 2014, en las salas Isidora Aguirre y Tennyson Ferrada
Con el propósito de abrir el acceso a las artes escénicas, el Centro Cultural Estación Mapocho confirmó una adhesión popular de $2.000 para el ciclo Teatro Indie en la Estación, cuya primera versión incluye funciones de las obras “Barrio Miseria” de Teatro Niño Proletario, “El señor Galíndez” de la compañía Teatro Amplio y “En busca del huemul blanco” de Los Contadores Auditores.
Obra «El señor Galíndez»
Con el propósito de crear un nuevo espacio para las iniciativas teatrales de carácter autónomo y acercar al público a esta línea de producción escénica, el Centro Cultural Estación Mapocho presenta el ciclo Teatro Indie en la Estación, cuyo objetivo es dar a conocer una selección de propuestas independientes dentro de la escena teatral chilena, fomentando así la asistencia al teatro y abriendo el acceso a las artes escénicas con entradas de bajo costo (adhesión única de$2.000) para cada una de las funciones.
Para esta primera versión se convocó a tres compañías: Teatro Niño Proletario, Teatro Amplio y Los Contadores Auditores, las que realizarán funciones de sus más recientes montajes escénicos Barrio Miseria, El señor Galíndez y En busca del huemul blanco, entre el 14 y 18 de enero de 2014, en las salas Tennyson Ferrada e Isidora Aguirre del Centro Cultural. Cabe destacar que los colectivos Teatro Amplio y Niño Proletario forman parte del programa de Residencias Teatrales impulsado por el CCEM.
Barrio Miseria, Teatro Niño Proletario
Dirección: Luis Guenel
Elenco: Giannina Fruttero, Francisca Cruces, Camila Espic, Fernanda Ramírez,
Claudio Riveros, Rodrigo Velásquez, Diego González, Diego Salvo.
Funciones: 14 al 18 de enero, 22:00 horas | Sala: Tennyson Ferrada, tercer nivel norte
La puesta en escena instala “la población” como campo de batalla, cuyos habitantes son los portadores de la enfermedad más destructiva de nuestro siglo, el capitalismo. Valparaíso, la ciudad patrimonio de la humanidad, es solo una fachada mentirosa para estas almas que deambulan frenéticamente de esquina en esquina intentando aferrarse a algo que les permita sobrevivir. Es así como los personajes de Barrio Miseria transitan y se enfrentan en los bajos fondos de los cerros de Valparaíso: familias hacinadas, niños furiosos, música punk, droga fácil, perros hambrientos, sangre y sobre todo la ausencia de amor y un posible futuro.
En busca del huemul blanco, Los Contadores Auditores
Dirección: Juan Andrés Rivera
Elenco: Andreina Olivari, Sandra Araneda, Andrea García-Huidobro, Evelyn Ortiz, Ricardo Montt, Patricio Yovane y Pablo Manzi
Funciones: 14 al 18 de enero, 20:00 horas | Sala: Tennyson Ferrada, tercer nivel norte
En busca del huemul blanco es una criatura mítica que habitaría en las espesuras del bosque austral de Chile. Su existencia es solo corroborada por leyendas y por una foto borrosa que una señora solitaria una vez tomó, y en la que destaca entre las oscuras ramas de los verdes árboles una silueta casi luminosa. La obra cuenta cómo un particular grupo de albinos se adentra en la foresta con el objetivo de hallar al blanco ciervo y darle sentido a sus vidas. Una perversa directora de cine, una atleta a punto de desmayarse, un viejo insoportable, una gordita que sabe tocar la guitarra, una neurótica sabelotodo, un galán de mala muerte. Una búsqueda tan difícil como absurda, con obstáculos más allá de la nieve tempestuosa y los ánimos que se quiebran, un viaje que los hará encontrarse con algo más que un mito.
El señor Galíndez, Teatro Amplio
Dirección: Antonio Altamirano
Elenco: Luis Dubó, Daniel Antivilo, Gabriela Medina, Mariana Muñoz, Nicolás Zárate y Roxana Naranjo
Funciones: 14 al 16 de enero, 20:00 horas | Sala: Isidora Aguirre, tercer nivel sur
El señor Galíndez coloca sobre las tablas el extraño y confuso mundo interior de hombres de distintas edades que han quebrado la ética fundamental de la vida, actuando como piezas reemplazables del sistema dictatorial, que valida la más brutal violencia como un acto cotidiano, pero, más que eso, acepta y releva la tortura como institución. La puesta en escena está lejos de mostrar a hombres desfigurando rostros, quemando huellas dactilares o extrayendo a punta de alicate el oro de las dentaduras de detenidos políticos; muy por el contrario, la búsqueda se centra en el comportamiento del “agente torturador” antes de iniciar su “trabajo”. ¿Cómo se desenvuelve en el día a día? ¿Cuáles son sus motivaciones para, desde las sombras, mantener viva la dictadura? ¿Qué ocurre cuando un joven aprendiz más instruido llega como posible amenaza de reemplazo? ¿Cómo la violencia se vuelve incuestionable entre instituciones policiales, militares, carcelarias y paramilitares chilenas?
