Esta obra de Eugène Ionesco, que se presentó hace poco más de una semana en Chile, es una pieza teatral que logra en todos los rincones donde ha sido presentada una identificación con los problemas sociales propios. Es una denuncia y una invitación a la resistencia. Cutura+Ciudad conversó con el director francés Emmanuel Demarcy-Mota, pero no sobre el montaje o el éxito de la misma, sino sobre el trasfondo, sobre la crítica al conformismo y a la sumisión del ciudadano común al poder.
Sin duda Rinoceronte, de Ionesco, es una de las piezas teatrales de mayor impacto mundial en el teatro del absurdo. Un calificativo, en cualquier caso, que no tiene nada que ver con la comicidad insensata o incoherente, sino sobre la sin razón, el sin sentido, como prefería llamarlo el propio autor.
Esta magnífica obra ha sido presentada en los teatros más importantes e influyentes del mundo. Para su estreno en Alemania, un década después del fin de la Segunda Guerra Mundial, la fábula fue entendida como el reflejo claro de la intolerancia y totalitarismo nazi y en otras presentaciones contemporáneas, como la última ofrecida en Turquía, su lectura apuntó a la opresión de la mujer y a la necesidad de resistir para defender derechos esenciales. En Chile, la obra se presentó hace pocos días en el marco del Festival Santiago a Mil y pasó lo mismo. Las influencias kafkianas de esta trama que se asienta en la crítica al conformismo y a la sumisión del ciudadano común al poder, penetró en la raíces de nuestra historia reciente generando silencio y reflexión.
Emmanuel Demarcy-Mota, el director francés responsable de llevar esta última puesta en escena a distintos rincones del mundo con la compañía Théátre de la Ville, habló con Cultura+Ciudad sobre el trasfondo, sobre las motivaciones del autor francés de origen rumano y en especial sobre el individuo.
«Eugène Ionesco escribió Rinoceronte después de la de la Segunda Guerra Mundial a fines de los años 50. Lo importante entender es que Rinoceronte parte de una experiencia vivida y personal, por que Ionesco fue testigo del asentamiento del fascismo en Rumania y él vio como su padre se transformó en fascista, entonces la obra trata el tema de la transformación y el autor toda su vida sufrió al ver estas transformaciones, como el hombre podía transformarse en un ser terrible, por lo tanto se plantea cuestionamientos sobre el tema de la humanidad y por ello eligió el rinoceronte como animal, porque es un animal arcaico, con orígenes muy antiguos, que pareciera que no tuviera vida a primera vista y que despierta una gran seducción».
En la obra escrita en 1959 y dirigida desde el 2004 por Demarcy-Mota, Ionesco se inspira en la subida del fascismo que vivió en Rumania en 1937-38. Allí fue testigo del cambio súbito que sufrieron muchos amigos suyos y de cómo la comunicación entre ellos se volvió imposible. Aquí el fascismo Ionesco lo transforma en una enfermedad, que convierte a todas las personas en rinocerontes, y poco a poco invade a todo un pueblo. Así Berenger, el protagonista, ve como todos sus colegas, amigos, e incluso su amada, se convierten en rinocerontes.
Esta conversión no trata de una imposición a la fuerza sino también de un acto voluntario de seguir la corriente
Por eso para mi esta obra, Rinoceronte, es muy importante en el siglo XX, porque trata sobre el tema de la contaminación intelectual y a la vez sobre el lenguaje, y cómo a través del lenguaje es que uno comienza a repetir cosas que hemos escuchado sin reflexionar. La obra termina con el monólogo del protagonista, quien es el único que se resiste a la transformación. Dice “me gustaría tanto ser como ellos, pero no puedo, no voy a renunciar…voy a resistir”. Eso quiere decir que existe la fascinación, la atracción y la tentación de ser como los demás, pero la obra también nos habla de la resistencia individual y de la responsabilidad individual y no solamente colectiva.
Es una denuncia y una motivación
La obra denuncia la uniformidad de la normalización, cosa que podemos ver hoy en democracias estables. La obra sugiere que debemos plantearnos preguntas respecto al tema. ¿Cómo resistir a la unificación del pensamiento y a la dominación colectiva de la política? Esta obra es un llamado para cada individuo. Este espectáculo lo hemos presentado en múltiples países. Es uno de los espectáculos franceses que más se ha presentado en el mundo y esto no creo que solo se deba a la calidad artística del montaje si no también al tema. Por ejemplo en Atenas fue muy impactante la recepción, en Estambul fue similar, se valoró por el tema de la libertad individual, por el lugar que ocupan las mujeres en la sociedad y por cómo se respetan sus derechos, por ejemplo el derecho a decidir libremente temas como el aborto, que en esos momentos en Turquía era un tema que se estaba discutiendo.
Y creo que esta recepción en los distintos países se debe a la necesidad común que existe de resistir y de luchar por valores, que son los temas de Rinoceronte.
¿Y cómo define Ionesco ese concepto de resistencia individual?
El Personalismo es una corriente filosófica que existe en Francia desde los años 50. Es necesario aclarar que el personalismo es distinto al individualismo, que muchas veces se relaciona con el egoísmo y la incapacidad para entender al mundo y a los demás. El personalismo es una corriente filosófica que defiende la idea de que cada individuo debe encontrar su propio camino y conquistar su propia vida. Ionesco por su autobiografía y su sufrimiento cuando era niño, fue muy sensible a esta corriente filosófica que defiende el camino personal, él (Ionesco) por esencia desconfía de todo movimiento colectivo, masivo, tiene miedo de la masificación y a través de la poesía y la literatura él busca su camino, busca la conquista de la libertad.
Pareciera ser que se necesita de una fortaleza especial para resistir…
Lo interesante de Rinoceronte es que el personaje que va a resistir, el que no se va a transformar, no es el personaje fuerte, no es un hombre fuerte, al contrario, es una persona que tiene dudas, que habla de su angustia en la vida, que acepta que la vida puede ser algo angustiante. Habla de la relación con la muerte, de la temporalidad de la vida, de sus límites, de un tiempo contado. Lo interesante es ver cómo este hombre angustiado por la existencia, acepta esa angustia y resiste a la masificación.
Entonces en esta fábula hablamos de valentía
De rebeldía. El personaje a punta a que siempre hay que tener la capacidad de resistir, de abordarlo con rebeldía.
Nota de editor: Esta entrevista fue gracias a la colaboración del Instituto Francés de Chile.