Edgardo Bruna, presidente de la Unión Nacional de Artistas de Chile.
Desde hace más de un mes la Asociación de Radiodifusores de Chile, ARCHI, ha utilizado sus canales de comunicación para difundir una campaña agresiva y falsa, en contra del proyecto de ley que propone un 20% de música chilena en radios. En su mensaje la ARCHI quiere hacer creer que la iniciativa legislativa se trata de una imposición a los radioescuchas.
Actualmente existe una alta concentración del mercado de la música a nivel mundial. Sólo tres sellos transnacionales poseen más del 70% del mercado mundial (Sony-BMG, Universal Music Group, Emi y Times-Warner). Estas compañías multinacionales ejercen gran presión para que las radioemisoras de todo el mundo programen su producción. En nuestro país, esto se hace evidente ya que casi el 70% de la música que se escucha corresponde justamente a la producida por estas tres transnacionales. Es decir, la obligatoriedad existe de facto.
Además de las consecuencias económicas para la sustentabilidad de la industria local y de nuestros músicos, esta concentración tiene sobre todo implicancias culturales, imponiéndose la cultura musical de ciertos mercados (el norteamericano principalmente) por sobre la gran diversidad de expresiones musicales que existen en el mundo. Esto afecta la identidad de un país, su autovaloración y las oportunidades de acceso a la diversidad cultural de la población.
En este marco muchos países como Francia, Argentina, Uruguay, Australia, Canadá, Portugal, entre muchos otros, han establecido cuotas mínimas -partiendo en un 25%-, como una forma de contrarrestar las distorsiones del mercado mundial y apoyar los sellos independientes de su país. El proyecto en cuestión modifica la actual ley de fomento de la música nacional (19.928) garantizando un mínimo de 20% para ésta.
Uno de los argumentos en contra de esta ley parte de un enorme error, cual es entender como música chilena sólo el folclore de nuestro país, lo que muestra lo poco que se conoce la diversidad de nuestra música. Ejemplo de este error fue el twitter del senador Jaime Quintana, quien consultado respecto de la razón del porqué votó en contra de la idea de legislar por el 20%, le dijo a un tuitero: “Si tanto te gustan Los Quincheros, cómprales su música”.
Al contrario de lo que piensa el senador, la música chilena no es sólo Los Quincheros, es también Víctor Jara, Luis Advis, Violeta Parra, Los Jaivas, Los Tetas, Congreso, Inti Illimani, el premio nacional Fernando García, Los Tres, La Ley, Los Bunkers, Francisca Valenzuela, Chico Trujillo, Verónica Villaroel, Cristina Gallardo Dumas, la Sonora Palacios y una lista infinita de músicos que cultivan el hip hop, el funk, el rock, el jazz y el heavy metal, además del folclore. Pero también la ley permitirá programar una sinfonía de Beethoven interpretada por la Orquesta de la Universidad de Chile o a Paloma San Basilio cantando con los Quillapayón, o Los Bunkers a Silvio Rodríguez.
Como se puede ver, la música chilena es de una amplitud y una riqueza incommensurables, por lo que ninguna radio podría tener problemas para incorporar el 20% en su línea editorial.
Es urgente que los senadores adquieran un compromiso real con el desarrollo cultural del país y se decidan a aprobar la idea de legislar esta normativa.