Con intereses en la pintura, en la música y hasta en la poesía, el realizador de «La Nana», confiesa en esta entrevista que sus procesos creativos habitan entre dos mundos: el personal, íntimo, autobiográfico, y el ficcional, donde el temor ha sido el sentimiento que atraviesa un par de sus obras. Recientemente acaba de estrenar Crystal Fairy, un road movie, en donde secretamente incorpora escenas sorpresivas, sin desarrollo en la obra, que explica como «tallas internas», pero no en entre el equipo, sino que para sí mismo. Una especie de huella de sus motivaciones.
Estas últimas semanas para Sebastián Silva, han sido un carrusel de entrevistas. Jornadas completas frente a la grabadora como parte del proceso de promoción de su nueva película Crystal Fairy, cuyas riendas de la distribución de su cinta en salas de cine del país ha corrido por cuenta de CinemaChile.
Para el realizador, quien alcanzó fama internacional con la película La Nana, protagonizada de manera brillante por Catalina Saavedra, en su cine existen mezclas de un poco de todo, desde una clara autobiografía en varias de sus historias (La Nana , Crystal Fairy) hasta la ficción absoluta, nacida de la fijación de un tema en particular, como la muerte y el miedo, que subyacen tanto en su ópera prima La Vida me mata como en última cinta Magic Magic, que realizó de forma paralela a la historia de Crystal Fairy.
Esta última película es un un road movie, que narra la historia de dos extranjeros y tres chilenos por el norte grande en busca de un San Pedro, el «peyote» chileno, para tener una experiencia alucinatoria.
En esta entrevista, Silva repasa sus procesos creativos y aborda con profundidad otros aspectos de su cinematografía.
Crystal Fairy se rodó en 12 días, sin guión formal y muchos diálogos improvisados. ¿Qué riesgo supone filmar una película inspirada por la química entre los actores?
Tuve la suerte de tener en la película a tres de mis hermanos actuando, entonces en ese sentido ya tenía la química lista, en definitiva son tres personas que han estado juntos toda su vida, entonces tienen una dinámica imposible de escribir. En el caso de Michael (Cera), é había estado en la casa de mi familia como tres meses y medio y se fue a un viaje al norte muy similar al que hicimos en la película, por esto entre ellos también existía una dinámica muy buena. Gaby (Hoffmann) ya había trabajado antes en un proyecto para HBO donde conoció también a Michael. Bueno también creo que en este tema también hubo un exceso de confianza en mi mismo de que “voy a lograr lo que quiero y aunque no sean todos actores, voy a conseguir que esto salga adelante”
¿Exceso de confianza o confianza ciega?
No, uno nunca puede tener certezas absolutas, siempre existe la posibilidad de que todo se pueda ir a la mierda y que la improvisación pudiera funcionar pésimo.
Respecto al riesgo de trabajar de esta forma, creo que me gusta, porque hacer películas es muy entretenido, pero también puede ser tedioso. Hasta el momento he hecho seis películas y trato de que cada película sea muy distinta a la otra; que se distingan por los espacios en donde se filma o las historias que se narran, como La Nana que es una historia basada en una nana que tuve y usar mi casa como escenario, entonces busco que me pasen cosas que no me pasarían si grabara en un set. Trato de que mis películas, aparte de ser una historia filmada sean experiencias personales, signifiquen algo para mi emocionalmente, trato de mezclar las cosas, para que no sea solo trabajo.
Esta necesidad de experimentar una emoción cuando realizas una obra ¿podrá venir del desarrollo de tu trabajo como pintor?
Puede ser, como la pintura es más abstracta para mi, a pesar de que también hago cosas muy figurativas, es algo que no comprendo tanto como el cine que realizo, que es más pragmático, en el sentido de que hay personajes que son de carne y hueso, que realizan actividades, se comunican, hay diálogos, y todo esto hay que filmarlo. En cambio la pintura es una instancia muy solitaria en la que uno se enfrenta a colores y formas y temáticas que no necesariamente son tan narrativas como en el cine, si no más bien experienciales, entonces creo que sí, creo que estoy buscando eso en el cine, formas de hacer una película y que se transforme en algo más personal y a un nivel más espiritual.
En general en tus películas se pueden ver personajes muy coherentes en su psicología, ¿cómo lo haces? ¿construyes el personaje y en torno a éste la historia o al revés?
Varía según la película. La vida me mata es una historia en la que creé personajes para explorar el fenómeno de la muerte, con algo de humor, hice una especie de listado con temas que tuvieran relación con la muerte como, el suicidio, la morgue, los doctores, los funerales, la iglesia, los entierros, la ouija, los espíritus, etc. A este acercamiento después le agrego personajes, y busco mostrar todos estos temas a través de ellos. Pero en el caso de La nana es todo lo contrario, está basado en un personaje que existió y que significó algo muy importante para mi y los personajes que rodean a la Raquel, están basados en mi abuela, mi mamá o versiones de ellos. Es una dinámica completamente distinta a la otra y en Magic Magic nuevamente el recurso que utilizo es como en La vida me mata: quería explorar cuál era mi miedo más grande, que puede definirse como la angustia de que un hecho se transforme en un episodio esquizofrénico y la esquizofrenia misma y vivir inseguro de tus propias capacidades mentales. Después me pregunto: ¿cómo hago para que eso se transforme en una película?
Lo que hago es que voy agregando personajes que van relatando la historia y busco mis fetiches y los meto en la película también. Crystal Fairy es más parecida a la La Nana porque está basada en una historia autobiográfica, pero también se ficcionó muchísimo, porque los aspectos confrontacionales de Jamie y Crystal Fairy son totalmente inventados.
¿Cómo fue el desafío de mostrar en esta película los efectos alucinógenos del cactus San Pedro en Jamie, sin que resultará un lenguaje incoherente, de una experiencia que puede ser intransmisible?
Creo que nunca me planteé hacer una especie de maqueta visual de las alucinaciones o de las experiencias de cada uno de los personajes, sino que la idea fue concentrarse más en el comportamiento. Las experiencias de drogas en esta película creo que son más objetivas que subjetivas, por que el espectador ve a Jamie teniendo un ataque de pánico y después lo vez mirando detenidamente sus manos, también en divagaciones como las que cuestiona los genes de los humanos por el parecido entre los hermanos que son sus amigos; también se puede ver a Gaby tratando de ser libre, girando y sacándose la ropa. Entonces son más comportamientos que experiencias visuales subjetivas. No quise meterme en los ojos de nadie, porque era innecesario y también porque me parece una forma anticuada de tratar experiencias con drogas.
De todas maneras hiciste igual una pequeña alteración en los colores de ese momento en la película…
Sí, hay pequeño cambio, que en general muy poca gente ha reparado en eso. Los colores se ven más contrastados, esta idea la realizamos con Cristián Petit, que es el director de fotografía. Lo que buscábamos es que en cada escena los colores se saturaran cada vez más y cuando se llegaba a mitad de la escena los colores comenzaran a desaturarse hasta el final ; y cuando comenzaba la escena siguiente, nuevamente comenzaban a saturase, es como una especie de ola de variaciones de color, por llamarlo de alguna forma, pero es un efecto muy sutil, del que no mucha gente se ha percatado. Es como si fuese un cuento medio subliminal para el espectador y no son solo los colores el sonido también sufre una pequeña variación, todo esto reafirma mi idea de traspasar la experiencia de los personajes con el San Pedro desde afuera, no es una mirada de ellos la que cambia, es la fotografía la que lo hace, la que retrata sus actos.
Hay ciertas escenas, en Crystal Fairy en que uno pudiera pensar que la película daría un giro hacia el trhiller pero luego se diluye ¿qué buscabas con eso?
Esa es una buena pregunta, porque es como una talla interna, pero no estoy hablando del equipo, sino una talla interna para mi, solamente yo me río. Creo que uno puede experimentar con distintas cosas en las películas, puedes tener una narrativa súper lineal y puedes interrumpir el relato con este tipo de cosas, porque finalmente ¡qué importa!, a mi me encanta el absurdo, soy fanático del humor absurdo, por ejemplo el recurso que utilizó a la gente le puede dar un poco de risa o causarles sorpresa, pero tiene que seguir viendo la película y a mucha gente se le olvida. Para mi es una especie de cita a esos videos de youtube que te hacen ver algo muy pacífico y de la nada aparece una cara gritando, y bueno si uno quiere analizar un poco más el tema se puede tomar desde el punto de vista de que muestra un poco el odio que está sintiendo Jamie o anticipar en la audiencia que algo puede pasar.
Tus proyectos han sido diversos. En música, en pintura, en cine ¿Qué otro género pretendes explorar?
Yo creo que el documental, pero no tengo un tema definido, eventualmente creo que voy a hacer algo relacionado con el baile, pero no creo que conmigo bailando.