A partir de fotografías instantáneas tomadas de la realidad, la mano de la artista mezcla y manipula la escena para llegar a sus propias composiciones y crear 18 pinturas al óleo.
Como esas composiciones que los músicos llaman “Variaciones sobre un mismo tema”, la artista Ofelia Andrades tituló su obra que expondrá desde el 24 de septiembre al 14 de noviembre en Sala Gasco.
A partir de una misma toma fotográfica basada en una reunión social, la expositora varía la escena y la vuelve a componer, ya sea omitiendo o incorporando personas, cambiando sus poses, sus gestos, la iluminación o el encuadre.
Desde un sencillo meeting, la artista es capaz de traspasar esas vivencias cotidianas y conjugar lo serio con lo lúdico, la imaginación con la realidad.
Y es que en la vida siempre existe un denominador común y la diferencia se hace y se comprende cuando Ofelia compone en sus telas las primeras variaciones. “En algunos casos utilizo incluso una misma fotografía para crear dos cuadros o dos escenas diferentes y sólo modifico algún o algunos personajes”, explica.
La técnica del óleo sobre lienzo imprimado con el gesso a la “media creta”, preparado por la misma artista, dan vida a 18 pinturas: ocho de 115 x 160 cm y diez de mediano formato que serán exhibidas en Santo Domingo 1061.
Andrades no realiza fotomontaje en photoshop, sólo en algunas excepciones utiliza la cuadrícula; a veces dibuja bocetos, pero la mayoría del tiempo improvisa en la tela directamente.
A partir de los 10 años Ofelia se acerca al mundo de la pintura cuando su padre le regala una caja con óleos. “Desde ese momento nunca más dejé de pintar. Sentí que había nacido para eso y que lo iba a hacer toda mi vida”, señala.
Desde pequeña aprendió distintas técnicas. “Todavía recuerdo a mi profesora como una de las personas claves en mi vida. Después de estar 3 años en sus clases fui a estudiar al Liceo Experimental Artístico, una de las mejores etapas de mi vida”.
Convencida que el arte es un lenguaje, Ofelia busca a través de sus pinturas comunicar y rescatar el valor que tiene socializar. En ese sentido, la expositora busca que sus cuadros sean un espejo en donde el público se vea reflejado. “Hay mucho de mí en lo que pinto, son mis amigos a quienes retrato, hay mucho de la juventud, de su vanidad y arrogancia. Para mí funciona un poco como las “Vanitas”, estas escenas son un poco como las naturalezas muertas y su mensaje oculto y oscuro”, señala.
Andrades toma un desafío, un problema pictórico complejo, pero a la vez entretenido. “El retrato, la escena, el gesto facial y corporal, el movimiento, el ritmo, y la espontaneidad me permiten a la vez aprovechar al máximo las ventajas que tiene la técnica. Sin la fotografía no podría trabajar en “lo espontáneo”, que es imposible de capturar con la pose del natural”, explica.