Bellavista 052, loc. 94, Providencia
Hace dos semanas que abrió este vinobar, reviviendo uno de los espacios menos explotados por este complejo de restaurantes de Providencia. Hay decenas de interesantes opciones por copas, una carta por botellas potente en variedad pero también en precios, y una comida de inspiración criolla y mirada internacional, que de partida funciona. Buen debut.
Era raro que en ese múltiple espacio de bares y restaurantes que es Patio Bellavista, imán de bohemia y de turistas extranjeros, no existiera un espacio ciento por ciento para el vino. O sea, sí, hay restaurantes con buenas botellas en tribuna preferencial –Bellavista Grill y su cava de vinos premium- pero no uno donde la palabra “vinobar” fuera el apellido (de paso poniéndolo en nuestro idioma frente al manido “winebar”) y que mostrara lo que puede pasar cuando hay centenares de etiquetas y botellas disponibles. Hace dos semanas que abrió y Barrica 94 luce con bastante gente en sus dos niveles, reviviendo uno de los espacios menos explotados por este complejo de locales de Providencia, que ve en este nuevo inquilino una de sus buenas noticias, mientras están sumidos en una intensa lucha frente al poder municipal y su idea de recortar el horario de expendio de alcoholes en el sector.
Caben 180 personas cómodamente y la carta es extensa tanto como la de vinos, donde hay 200 etiquetas por lo bajo y una mirada independiente y diversas respecto a cepas, estilos y orígenes. Un punto en contra: precios elevados que seguramente bajarán conforme se asienten en el barrio y simplifiquen su listado. Ahora, en lo que a copas respecta parte la entretención. Son 34 opciones servidas en formatos de 15 y 150 cc., elegidas de acuerdo a la motivación de los sommelieres a cargo y lo que observan respecto a las tendencias de producción del vino en Chile. Hay cosas bien indie como la fresca, viva y elegante mezcla de Maitia ($ 3.200 y $ 1.700), clásicos-clásicos como Tarapacá Gran Reserva etiqueta negra cabernet sauvignon ($ 3.500 y $ 1.900) aparte de vinos de altísima gama como el magnífico carmenère icono Antiyal ($ 9.900 y $ 5.500) o dulces como el grato Armidita, pajarete de nueva generación ($ 3.300 y $ 1.800).
Los precios de los vinos hacen un contraste evidente con una carta de comidas grande como la de las bebidas y que seguramente, acotarán con el tiempo. La idea es inspirarse en recetas chilenas para crear algo entretenido guiñando al turista. Un detalle no menor: salvo un plato, todo lo individual vale menos de $ 10.000, y sus pretensiones gourmet funcionaron en buena mayoría. Para compartir es imperdible la Chorrillana ($ 7.900 y $ 6.500 la de pollo) con papas fritas a la minuta que llegaron secas y suaves, listas para absorber una mezcla de cebolla al vapor, crema con queso de Huentelauquén, dos huevos pochados y tomate confitado. De lo mejor en el estilo. Otros platos efectivos: el Crocante de Prieta ($ 3.100), masa tipo rollo primavera rellena de prieta con arándanos y con salsa de ají verde; un muy buen sandwich Vegetariano ($ 5.100) con betarraga, camote peruano, cebollín grillado, espinaca, brotes de arveja y queso feta; las selecciones de empanadas con una de cuatro quesos sabrosa y otra no tanto de mechada, aparte de fondos entretenidos como la Pechuga de pollo rellena de lengua y salsa nogada ($ 8.100) o un Tartar de atún ($ 6.100) para quienes gustan de las frecuencias bien suaves de sabor.
Debuta con ganas y bien, porque hay sabor y sencillez para el visitante de aquí o de allá y sin duda es uno de los buenos debutantes de la temporada, en un Patio que no suele contar con grandes atributos gastronómicos más allá de la gran concentración de locales que lo convierten en un ineludible destino bohemio de la ciudad. Esta es una excepción en proceso.
Bellavista 052, loc. 94, Providencia.
Tel. 2273 24939
www.barrica94.cl
