Aun cuando no faltan quienes opinan que los platos que lucen las vitrinas tienen tantos años como el propio Portal Fernández Concha, en el kilómetro 0 de Santiago, lo cierto que esas especialidades se preparan todos los días para hipnotizar a los comensales que salen a darse una vuelta por el centro a la hora de almuerzo.
Tras conversar con un dependiente en la puerta de El Portal (Ex Bahamondes) frente a la Plaza de Armas de Santiago sobre las tentaciones que se ofrecen en vitrina, se fue aclarando un mito. «Los platos que están en la vitrina los preparamos todos los días y todos los días hay que retirarlos por la noche. Intentamos poner maquetas de plástico pero la gente no entraba, quería ver el plato tal cual”, cuenta mientras no deja de mirar a ese posible cliente que, como parte de su trabajo, debe enganchar para que entre al comedor. En eso ayuda bastante la vitrina con los platos, aunque parezcan un poco mustios con el correr de las horas. Las pizzas son tales, los sandwiches también. Incluso las cazuelas tienen un perfil tentador.
La vista se repite con pollos asados, gordas, completos, especiales, escalopas a lo pobre (aunque ya les dicen milanesas) y otros tantos platos que figuran como principales en varios locales del Portal Fernández Concha, que desde hace más de un siglo se esmera en tentar con su comida. Primero fue un espacio receptor de las modas venidas desde afuera -como la de los hot dogs a contar de los años 1920- para luego adoptar ese perfil entre popular y clasemediero frente a la transversal Plaza de Armas. En el kilómetro cero de Chile reside parte de lo que se come en nuestro país.