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La Patriagonia de Ivonne Coñuecar Ensayo

La Patriagonia de Ivonne Coñuecar

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A la memoria de Pedro Lemebel, Coyhaique, 23 de enero 2015


inv catabatica.aiIba a ser un tercer libro –Anabática– pero LOM apostó a reeditar los anteriores: Catabática (2008) y Adiabática (2009) para presentar esta trilogía que se mueve como un corpus escritural intenso, rotundo y autónomo, como los vientos, como la geografía, como el clima de esta Patriagonia, o patria agonía, que contiene las claves de la escritura radical e interpeladora de Ivonne Coñuecar.

Patagónica, “agónica geografía” , cohiaiquina , que no teme a las calles de Coyhaiqueer, y quien desde la Patriagonia urbana, refunda un habla poética en la que interroga su cuerpo, su patria, sus calles, su posdictadura, su historia propia y ajena , y las llamas, las llamas que a ritmo del pop y del viento, nos dice que “la patriagonia arde/allá lejos para cualquier ciudad/arden los bosques para que habiten colonos/sueños tiemblan de frío y miedo/sembrando en el hielo/arde”.

A Ivonne Coñuecar, poeta, periodista, Licenciada en Comunicación Social; Magister en Literatura Hispanoamericana, mujer patagónica de origen mapuche-huilliche que nació en 1980 en Coyhiaique, a quien leí en la antología poética de mujeres mapuches (siglo XX –XXI) editado el 2010, con magníficos estudios de Maribel Mora Curriao y Fernanda Moraga, se la ubica como parte de una generación que surge el 2000, con una obra que destaca como su poemario “Chagas” y que ha sido premiada y distinguida en distintos concursos del país.

Becaria del taller de la Fundación Neruda, editora y antologadora , Ivonne Coñuecar también dirige talleres de escritura y creación, y desde su ciudad natal, se apronta a publicar su primera novela, Coyhaiqueer.

En el epílogo denominado “en construcción”, de la Antología poética de mujeres mapuches se señala:

“En los últimos años han aparecido propuestas poéticas que si bien no apelan estrictamente ni siempre a referentes sociales y culturales del pueblo mapuche, si no que con frecuencia se vinculan a temáticas de la poesía universal y de mujeres en general, sí se identifican como producciones que se cruzan, con el abanico de manifestaciones escriturales de las autoras mapuche, como son las propuestas de Ivonne Coñuecar y Mariela Malhue.

La incorporación de estas manifestaciones literarias en esta antología-prosigue el estudio-se ha hecho, primero porque las mismas poetas se asumen como mujeres mapuche y poeta, y segundo , debido a que parte de su escritura dialoga, contribuye y complementa el campo poético mapuche femenino a partir de diferentes retóricas en la escritura.”

En la diversidad de temas y apuestas éticas y estéticas que se asoman en estas voces que emergen desde los confines de nuestra geografía, la de Ivonne Coñuecar ya se escuchaba con nitidez.

En Eluwun, cuyos fragmentos fueron publicado en la mencionada antología, ella escribe:

“entonces/anuncié tormentas con mi sllencio/levanté marejadas con mi sollozo/despertó mi piel en un cuerpo desconocido/soñé que nada había sucedido/y seguí durmiendo…”

El cuerpo, la patria, la lengua; el cuerpo , el fuego, el viento; el fuego..¿alguien la salvará de sus incendios? Patriagonia- Anabática-el tercer texto o el final de la trilogía funciona como cierre apocalíptico, dantesco en cada una de sus dos partes.

La primera, “ adolescencia radioactiva” , a ritmo del pop, con banda sonora de Nirvana, Christina y los subterráneos y otras guiños rockeros, precedidos por una cita de Warhol, se asoma Coñuecar disparando su escritura de guerrillera urbana y parapetándose del frío, del fuego y de los vientos convoca la noche de coyhaiqueer, mientras evoca la ira , el desamparo, las revoluciones fallidas , las transiciones aguafiestas, aguachentas, entre otros fracasos..

En la segunda parte de Anabática, llamada “Los incendios”, vemos como se consumen esa patria, ese cuerpo, esos sueños, las memorias, cariña, esa patriagonía, que como los vientos dejan huellas.

Pero ya es demasiado tarde para esta poeta radical, que escribe en los bordes de las fracturas geológica, ideológicas, geográficas, biográficas, anabáticas, desde donde todos pierden la inocencia.

Porque en los intersticios de esas fallas se ha deslizado su infancia, su adolescencia, una parte de su vida, cariña, como la que se les escurrió a las almas que dicen que saltaron del puente, como las que se hicieron agua bajo las cruces de la isla de los muertos, como las de las ánimas que caminan tras los pasos impunes-inmunes de sus verdugos: los míos, los tuyos y los nuestros..

Ya es demasiado tarde. Las llamas han arrasado con todo. Solo quedan los vientos sembrados en la patriagonia de Ivonne Coñuecar que le permiten, cariña, limpiar las heridas para seguir desafiando las fallas, fracturas, fisuras, para que el fuego vuelva a prender.

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