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El secreto del grupo Congreso para seguir vigentes tras 45 años de existencia El sábado se presentó en Lollapalooza

El secreto del grupo Congreso para seguir vigentes tras 45 años de existencia

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Nacieron en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, debutaron discográficamente en la UP, resistieron la dictadura sin exiliarse y también sobrellevaron la transición. Hoy siguen vigentes, con 16 discos publicados -“La loca sin zapatos (2001), “Con los ojos en la calle” (2010) y “Congreso sinfónico” (2014)-, tras actuar en todo el mundo, sin perder nunca el rumbo musical.


La celebración de los 45 años de existencia del grupo Congreso continúa. El sábado, los músicos dijeron presente en el festival musical Lollapalooza en uno de los escenarios del Parque O’Higgins de Santiago, para interpretar durante una hora canciones con un fuerte contenido social y étnico.

Con éxitos como «Hijo del diluvio», «Dónde estarás» y «En horario estelar» hicieron vibrar al público chileno que a primera hora de una calurosa tarde de verano comenzaba a llegar en masa a la cita musical.

Durante la presentación del histórico grupo, también se escucharon temas de su álbum «Pichanga», inspirado en la obra del poeta  Nicanor Parra, y que fue realizado especialmente en 1992 para la Convención Internacional de los Derechos del Niño.

«¡Fuerza a Valparaíso!», gritaron los integrantes de la banda al finalizar su presentación, en alusión al incendio que azotaba un bosque cercano a la ciudad portuaria y que ha obligado a decretar zona de emergencia en la zona de donde son originarios.

Foto Cristóbal Saavedra

Foto Cristóbal Saavedra

Perseverancia sin igual

Congreso, que mezcla folklor y rock progresivo de una manera muy chilena, nació en Quilpué en 1969, a partir del trabajo de los hermanos Patricio, Sergio y Fernando González, el bajista Fernando Hurtado y el vocalista Francisco “Pancho” Suazo. Han tocado en todo el mundo, incluido el Festival de Viña (2005), y llevan 16 discos de estudio publicados.

“Aunque el trabajo de Congreso raras veces ha encontrado el eco masivo, su perseverancia y la solidez de su sonido le han permitido sobrevivir durante más de tres décadas, enfrentando la falta de espacios tras la llegada de los militares, la permanente deserción de integrantes y la escasa difusión para su compleja fórmula musical”, escribe Jorge Leiva en el sitio musicapopular.cl.

“Con una serie de recesos en su historia, Congreso ha escrito su nombre en la historia de la música popular chilena, con una fundamental fusión que, pese a todo, se mantiene vigente y saludable, gozando de un enorme respeto en la comunidad musical. Por su formación han pasado varios de los más destacados instrumentistas del país”, como Joe Vasconcellos (1980-1984).

Instrumentos nunca utilizados

De la primera época es el flautista Hugo Pirovich. “Nos conocíamos de Quilpué  y cuando Congreso  vino a Santiago a grabar el primer (disco de vinilo) de 45, yo estudiaba en la Católica de Chile y ofrecí un departamento que arrendábamos con uno compañeros para utilizarlo durante la grabación”, recuerda.

En 1971, el grupo hizo su primer disco, “El Congreso”. “Yo grabé una de las canciones, ‘El Cóndor pasa’, con una flauta dulce baja y la otra canción,  ‘Como la gente sencilla’, con una viola da gamba baja, lo cual era un acontecimiento musical, pues nunca se había utilizado esos  instrumentos en la música popular y por supuesto que fue Congreso el primero en utilizarlos”, agrega. Ese mismo año, se presentaron en el Festival de la Nueva Canción Chilena.

Dos años después, el golpe militar cambió aquel ambiente para siempre. En el caso de Congreso, afectaría la grabación de su segunda placa, “Terra Incógnita”, que saldría recién en 1975, sin abstraerse de la dura época que vivía el país, incluido el apagón cultural.

En ese disco “había versos potentes que denunciaban lo que se estaba viviendo”, señala Jaime Atenas, saxofonista e integrante desde 1984. “Eso ayudó a que otros cantautores o bandas de la época se atrevieran a expresar lo terrible de la época. Es cosa de escuchar ‘Donde estarás’ o, aún más, ‘La cueca del apocalipsis’”.

La voluntad y letras crípticas les ayudaron a sobrevivir, aunque no evitaría la dispersión de sus miembros: Sazo, por ejemplo, se marcharía en 1980 a Bélgica, para hacer un doctorado en filosofía. Volvería recién seis años después.

Pacos y autógrafos

¿Cómo vivieron los integrantes aquella época oscura? “Hubo muchos conciertos suspendidos mediante bandos militares”, recuerda Pirovich. Pero también varios “donde los carabineros nos pedían autógrafos”… toda una paradoja.

“Congreso nunca fue un conjunto panfletario, pero durante la dictadura el ingenio de los textos de Pancho (Sazo) ayudaron a decir lo que sentíamos: dolor, impotencia, pena, rabia…”, añade,  “lo cual nos daba una gran satisfacción como músicos, puesto que la mayoría de los conjuntos estaban vetados”.

“Eran momentos difíciles, está claro”, coincide Atenas.  “No era fácil organizar eventos masivos, pues no teníamos la seguridad de que pudiéramos realizarlos. Los militares, muchas veces, cancelaron el concierto con la gente adentro del local donde nos presentaríamos. No recuerdo alguna anécdota importante, pero escapar de los gases cuando estábamos en plena actuación, de seguro lo es. Tenías que agarrar tu instrumento y ‘apretar cachete’ al lugar menos tóxico”, rememora.

Para Atenas, el grupo pudo sobrevivir a esa época por distintas razones. “Sabíamos que nuestro trabajo era luchar por la democracia desde dentro”, afirma. “Salvamos de no ser exiliados porque Pancho construía inteligentemente las letras. Las metáforas fueron nuestras grandes aliadas, y no sólo nuestras, todas las bandas bajo dictadura militar en Latinoamérica así lo hacían. Había que ser valiente para cantar en esos años”.

La dictadura no se la pudo con Congreso, que aún entonces se las arregló para editar ocho discos, incluido “Para los arqueólogos del futuro”, de 1989, que superó las 15.000 copias y se convirtió en su primer disco de oro.

Con el retorno de la democracia, Congreso vivió uno de sus mayores hitos, al participar en el mítico concierto “Desde Chile… un abrazo a la esperanza”, de Amnistía Internacional en 1990,  junto a connotados artistas internacionales. “Mi mayor alegría”, confiesa Pirovich.

La democracia y la muerte de Vivanco

Durante los años 90, el grupo continuaría su trabajo, con discos como “Aire Puro” (1990), “Los Fuegos del Hielo” y “Pichanga” (ambos de 1992) y “Por amor al viento” (1995).

La década siguiente los golpearía con uno de los hechos más trágicos que les tocó enfrentar: la muerte de su tecladista y compositor Jaime Vivanco, con apenas 42 años y miembro también de Fulano, debido a un edema pulmonar, en medio de la tristeza por la muerte casi simultánea de su hermana y padres.

“Nos dejó sorpresivamente el verano de 2003”, rememora Atenas. “Todavía no me reponía de la muerte de (Eduardo) ‘Gato’ Alquinta (de Los Jaivas), cuando vino esta estocada tremenda de saber que Jaime ya no estaba con nosotros”.

En estudio, desde el año 2000 Congreso produjo los álbumes “La loca sin zapatos (2001), “Con los ojos en la calle” (2010) y “Congreso sinfónico” (2014). Este último es un compendio de cuatro años de presentaciones en vivo de su repertorio más clásico por los 40 años del grupo, junto a las orquestas sinfónicas del Teatro Municipal de Santiago, Antofagasta y la Universidad de Concepción.

Capacidad de adaptación

La vigencia del grupo es indudable. ¿Cuál es el secreto?

“Creo que Congreso se caracteriza por su invaluable capacidad de adaptarse a los tiempos”, señala Federico Faure, bajista y miembro desde 2006, tras reemplazar al histórico Jorge Campos. “Creo que la capacidad que tiene el grupo de no encasillarse en un estilo y de siempre estar haciendo cosas nuevas, hacen de esta banda, única en su especie”.

Para Pirovich, la longevidad se explica porque “cada integrante tiene un trabajo relacionado con la música, donde recibe una remuneración periódicamente, lo cual permite hacerse los tiempo necesario para dedicarle a Congreso  y además, tratando siempre de ser tolerante respecto de la posición de los demás  y tratando de buscar un equilibrio entre lo que yo quiero y lo que los demás quieren”.

Por ahora, queda Congreso para rato.

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